Capítulo 9

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**Freen-POV 

"Sólo la noche y yo éramos testigos de la agitación que sentía cuando Beck me acompañaba hasta mi coche. Podría afirmar que ansiaba alejarme de esa situación, inmersa en un torbellino de emociones: por un lado, la ilusión de reencontrarme con el amor platónico de mi adolescencia; y por el otro, la decepción al darme cuenta de su actitud esa noche. A pesar de no mencionar que tenía pareja, no dejó de coquetear con otras en la pista de baile."

Llamada entrante**

—Oye hiciste lo que te dije? —pregunta Noey con cierto interés.

—¡Por supuesto! —responde Freen con un tono defensivo—. No soy de las que coquetean con personas comprometidas. En cuanto tuvimos un momento a solas, me marché rápidamente hacia mi auto y fui completamente indiferente con ella. Créeme, no muestra interés alguno hacia mí.

—Tengo la impresión de que sí lo tiene —asegura Noey de manera enfática—. Y créeme, la indiferencia es el arma más efectiva para captar la atención de alguien. Cuanto más la ignorante, más insistente será.


—Si no supiera que estudiaste psicología, diría que eres una maestra manipuladora —Freen suelta una risa irónica.

—Es evidente, Freen. Todo lo que me ha contado sobre ella indica que es la típica persona que quiere tenerlo todo. Y cuando no lo consiguen, se vuelven impulsivos. Te conviertes en un deseo irracional para ellos —afirma Noey con convicción.

—Pero, Noey, ya no me interesa. Somos adultos y ella tiene pareja y yo también —suspira Freen.

—Si realmente no te importa, ¿por qué actúas con tanta indiferencia? —interroga a Noey.

—Supongo que quise darle una prueba de su propia medicina. Ya no soy la chica introvertida de antes —Freen contesta, sonriendo pícaramente mientras se quita el labial.

—Si no fuera por esas fotos del pasado, jamás creería que fuiste esa chica —exclama Noey con nostalgia.

—Olvidémoslo. Fue entretenido reencontrarme con un viejo amor, pero eso ya quedó atrás —segura Freen.

-¡Como quieras! Pero al ser indiferente, dejaste una marca en ella. Y te seguro que intentará acercarte de nuevo —advierte Noey, riendo maliciosamente—. Es sabido que las personas egocéntricas siempre quieren ser el foco de atención.

—¡Y juro que no aplicas tu psicología en estas situaciones! Pero dime, Freen, ¿no te gustaría saber qué se siente tener a Rebecca Armstrong a tus pies? —Noey pregunta, con un tono juguetón.

—¡Absolutamente no, especialmente sabiendo que tengo novio! —Freen responde con firmeza.

—Tengo que dejarte, Noey. Mañana recojo a Heng en el aeropuerto temprano —menciona Freen, bostezando ligeramente.


—¡Pues disfruta la noche sumergiéndote en recuerdos de Rebecca! —bromea Noey con una risa contagiosa.


—¡Adiós, sucia! —Freen contesta con cariño antes de colgar.

Fin de la llamada**

-¡Hola amor! ¿Me has extrañado? Porque, sinceramente, yo a ti muchísimo. No te preocupes, estos viajes serán temporales. Estoy cerrando todos los negocios en Japón para que podamos mudarnos allí. Y, por cierto, te traje esos tés que tanto querías —dijo Heng, depositando un beso suave en los labios de Freen.


—¡Claro que te extrañé! Realmente me hiciste falta —afirmó Freen con seriedad.—Vayamos a casa. Necesito cambiarme porque deseo llevarte a comer —propuso Heng.


—¡Perfecto! ¿Dónde tienes mente para comer? —preguntó Freen, sonriendo con expectación.—¿Qué te parece si vamos al club? Podemos comer allí y después jugar un poco de tenis —sugirió Heng.


—¡Me parece ideal! —acordó Freen.Ambos se dirigieron a su hogar y, más tarde, al Club deportivo, un prestigioso centro recreativo frecuentado por la élite tailandesa. A ambos les atraía la idea de jugar tenis y encontrarse con algunos amigos.


En el club, Freen demostró un talento innato para el tenis, captando la atención de todos no solo por su habilidad con la raqueta, sino también por la sensualidad y elegancia que desplegaba. Al concluir el juego, se retiró a los vestidores y revisó su celular. 


Había un mensaje de Noey.

—¡Oye, picarona! ¿Cómo te fue anoche? ¿Pensaste en R.? —preguntó Noey con entusiasmo. Freen emitiendo antes de responder: —Yo, picarona? Estás confundida. ¡Y deja de insistir! Es evidente que no hay interés mutuo. ¡Ah, y Heng quiere invitarte a cenar pronto!

Después de enviar el mensaje, Freen se dispuso a ducharse.


Más tarde, en casa, Heng, impaciente y deseoso de pasar una velada íntima con su novia, le llamó con humor desde la habitación: —¡Vamos, Freen! ¡Estoy a punto de quedarme dormido!—¡Espera! Estoy lucir intentando aún más atractiva para ti —contestó Freen desde el baño, juguetonamente.


Al salir, la mirada de Heng se intensificó, evidenciando el deseo que sentía hacia Freen. Ella, consciente de la necesidad de reconectar en la intimidad, compartía su anhelo pues quería reconectar con Heng.


De manera impaciente Freen se sentó a horcajadas de Heng, ingresando ella misma el miembro de Heng comenzó a cabalgar de manera apresurada—¡Espera! Freen!!!!—hablo de manera agitada Heng.

—¡Se que estas tan entusiasmada como yo pero aunque sea besame!!!!—hablo de manera agitada Heng.

—¡Lo siento Heng, pensé que te gustaba duro!!!!—hablo de manera agitada Freen.

—¡Te juro que si me gusta, pero no quiero perder mi pene!!!!—hablo de manera agitada Heng.

Freen solo quería reconectar con él, pues no podía permitirse que de nueva Rebecca entrará en sus pensamientos. Cuando Freen comenzó a cabalgar de una forma más sensual bajando la velocidad, pues no quería que Heng se volviera a quejar.

—Escucho la entrada de un mensaje y volteo de manera involuntaria a su buro y solo alcanzo a ver un mensaje proveniente de B. Armstrong , por lo que solo volteo a ver a Heng y comenzó a cabalgar más rápido como si su vida dependiera de eso. . . .

—¡Espera! Grrrr, aaahh!!!!—Heng se vino antes de lo previsto, pues al parecer Freen cabalgó como jinete profesional.

—¡Espera! babef, aaahh!!!!—Heng solo pudo estirar sus brazos de forma relajada hacia su cabeza, pensando que su chica también se había corrido.

Freen se retiró de Heng, sin haber corrido, tomo su celular y se dirigió al baño....



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