"POV FREEN"
El sonido constante de las olas rompiendo contra la orilla y el aroma salado del mar me envolvían mientras caminábamos hacia la playa. La casa de Rebecca, situada en una apartada bahía, era el lugar perfecto donde por un instante podría sentirme libre. Aunque la playa estaba bañada por el sol y la brisa marina me acariciaba la piel, mi mente estaba en tumulto, por un lado Heng qué pasaría cuando regresara, sabía que tenía que terminar con él pero acaso todo esto era real.
Rebecca había sugerido un picnic al atardecer, y con una manta de rayas azules y blancas, una cesta repleta de frutas frescas, queso y una botella de vino, nos dirigimos a un rincón aislado de la playa. El sol empezaba a descender en el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa.
Nos sentamos en la manta, y aunque la conversación fluía naturalmente sobre temas triviales, mi corazón latía con fuerza. Rebecca notó mi tensión y me miró con esos ojos cafés intensos, llenos de curiosidad y una pizca de preocupación.
—¿Estás bien, Freen? —preguntó suavemente, su voz como un bálsamo para mi alma inquieta.
Respire hondo, sintiendo la arena suave entre mis dedos y el cálido resplandor del sol en mi rostro.
—Rebecca, hay algo que necesito decirte —comencé, mi voz temblando ligeramente—. Desde hace mucho tiempo he estado guardando esto para mí, pero ya no puedo más.
Rebecca frunció ligeramente el ceño, su atención completamente centrada en mí.
—Desde que te conocí en la escuela, siempre he sentido algo especial por ti. Me enamoré de tu risa, de tu espíritu libre y de tu manera de ver el mundo, y como supe que tú tenías a Charlotte en ese entonces supuse que jamás me mirarias, así que intenté ignorarlo, pero mis sentimientos nunca desaparecieron y ahora no se que tan cierto sea todo esto, parece un tanto irreal.
Hice una pausa, observando cómo Rebecca procesaba mis palabras. Sus ojos se suavizaron y una pequeña sonrisa curvó sus labios.
—Freen, yo... —comenzó, pero la interrumpí.
—Éramos muy jóvenes, Rebecca. Cada vez que estoy contigo, siento que estoy donde debería estar. Pero... Heng, y no es justo para él ni para nosotras que yo siga ocultando esto. Necesito ser honesta, tanto con él como conmigo misma.
Rebecca me miró en silencio por un momento, luego tomó mi mano entre las suyas, sus dedos cálidos y reconfortantes.
—Freen, yo no se porque jamás tuve el valor de aceptar que me gustabas y si me lo preguntas también he sentido algo especial por ti desde hace mucho tiempo. No sé realmente donde estuvo mi cabeza en todo este tiempo. Pero ahora que lo sé, quiero que sepas que estoy aquí para ti, sea cual sea la decisión que tomes.
Una sensación de alivio y felicidad me inunda al escuchar sus palabras. El sol estaba a punto de desaparecer en el horizonte, tiñendo el cielo de un dorado profundo. Sin pensarlo dos veces, me incliné hacia adelante y la besé. Fue un beso suave y corto, lleno de promesas y esperanza.
Rebecca me observó por un instante a los ojos y después bajó su mirada a mis labios, su labio atrapó mi labio inferior mordiendo con tanta suavidad, y mientras nuestros labios se fundían en un beso, me tomó de las caderas sentándome a horcajadas en ella, haciendo que soltara un leve gemido.
—Grrr..
—Me encantas, susurraba Rebecca.
—Y tú también
Paso sus manos por mi espalda descubierta haciéndome tener un leve escalofrío, deje de sentir su mano pues esta ya se encontraba jalandome el hilo del traje de baño para que dar mis senos completamente a su merced.
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Me Recuerdas
FanfictionBecky Armstrong es una chica proveniente de una de las familias más adineradas de Tailandia. Lo tiene todo una familia perfecta, un trabajo estable, dinero y una chica brutalmente sexy, pero carga un vacío dentro de ella que no lo puede explicar, y...