Aquel ruido solo fue un venado buscando algo para comer. Ni siquiera se percató de que había contenido la respiración pensando que podría ser Tom, sino hasta que dejó salir el aire de sus pulmones. Pero, en el momento en que la mirada de ese animal se cruzó con la suya sintió al menos un poco de paz; para ella había sido como si la señorita Pony le dijera que todo estaría bien.
—No vendrá en al menos dos semanas —se tranquilizó ella misma, tenía tiempo suficiente para comenzar a poner todo en marcha y para pensar en las disculpas que le debía al vaquero.
Aunque, por el momento, se acomodo junto a su hija, decidiendo terminar la carta al siguiente día.
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Puedes estar tranquilo, te aseguro que siempre cuidare e intentaré hacer lo mejor para nuestra hija, porque para mí ella es más importante que cualquier otra persona en el mundo.
Con cariño, Candy.
P. D.: Tienes razón, hay temas que sería mejor tratarlos en persona. Prometo intentar no volver a abordarlos hasta que eso suceda.
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Sería un día agitado, lo supo al terminar y leer su carta. Debía avisar sobre su decisión, la cual a pesar de la inseguridad era una vía de escape segura y conveniente para Teresa y para ella; aunque no estaba completamente segura respecto a de qué o quién escaparía.
—¿Hermana María?... —la busco con el objetivo de comentarle sobre su nueva decisión, pero aún no sabía cómo hacerlo.
—Te irás, ¿Cierto? —siempre le sorprendía la facilidad con que sus madres también la descifraban, sobre todo la señorita Pony.
—Aún no, pero lo haré cuando haya alguien que la ayude a cuidar a los niños. Volveré a Nueva York.
—Si Pony aún estuviera con nosotros se alegraría al escuchar que volverás al lado de tu esposo —sonrió con calma—. Rezamos mucho para que sus problemas se solucionaran.
—Creo que... —se detuvo al darse cuenta de que quizá era mejor que la mujer pensará eso, una mentirita blanca era mejor que verla preocupada—. La verdad, hermana, es que tengo miedo de volver y de que la historia se vuelva a repetir —confesó—. En los periódicos dicen que...
—Seguramente los periódicos publicarán cualquier cosa que les convenga, pero eso no quiere decir que todo lo que muestran es verdad —hizo una pausa—. Por ahora vamos a preparar el desayuno, más tarde tendremos tiempo para conversar. Adelantate, los niños no tardarán en levantarse.
En cuanto el almuerzo terminó preparó la carreta que Jimmy había donado al hogar, necesitaba hablar con Albert, era urgente, ya que él regresaría a Chicago esa misma tarde.
—Comprendo que tú temor sea debido a esos artículos en los que se relaciona a Terry con varias actrices, y también porque estarás lejos de tu zona de confort —comentó luego de escucharla procurando no mencionar lo que se decía respecto a ella en el último reportaje que leyó—. Pero me parece admirable que a pesar de ello hayas tomado está decisión pensando en la felicidad de tu hija —al oírlo la rubia sintió una punzada de culpa—. Quiero creer que una vez hayas vuelto a retomar las riendas de tu vida volverás a encontrar el amor.
—Sí, tal vez —no estaba tan convencida de ello—. Aunque creo que ya tuve suficiente al respecto.
—Aún eres muy joven como para pensar así, ¿o es qué?... —hizo pausa observandola con cautela—. ¿Recuerdas que puedes confiar en mí?
—Sí, lo sé —imaginó hacia dónde iba—. Prometimos contarnos nuestros secretos.
—Entonces dime; ¿Qué te sucede? Intentaré ayudarte en lo que me sea posible —la rubia suspiró—. ¿Aún sientes algo por Terry? —eso era algo que el joven patriarca no había considerado.
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Por un Poco, Por Siempre
FanfictionTercer entrega de la trilogía "Por un Poco, Por Ahora, Por Siempre" ••• Aunque las cicatrices no se desvanezcan, después del dolor, lo único que prevalecerá será la lección que nos deja, aquella que gracias al amor, es más fácil de comprender. !!Adv...