—¿Estás despierto? —preguntó resignándose a qué ya no podría dormir.
—¿Por qué?
—Acabo de recordar que no le avisé a Jess que no iría a nuestra cita.
Con calma, estirándose un poco, Terry dió la vuelta con cuidado, tratando de no caer de la cama y de no lastimarse más.
—En el merendero donde a veces voy por café, hay un teléfono.
—Perfecto; puedo aprovechar para traer el desayuno —se levantó.
—Los hombres no tardan en llegar —comentó—. Debo esperar a Jacob o al arquitecto. Después iremos
—Descansa. Yo iré. No es bueno que te muevas demasiado —sonrió.
—En realidad pensaba volver a casa hoy, quería esperar hasta pagarles y dejar al arquitecto a cargo. Por órdenes del médico, me quedaré en casa durante la semana.
—Eres un paciente muy responsable —sonrió besándolo.
—¿Solo eso merezco?
—No; pero tus trabajadores no tardan en llegar... —lo hizo reír
—Me gustaría mostrarte el avance que llevamos. Pero me siento mucho peor que ayer.
—Te traeré aspirinas y algún ungüento —comentó cepillándose el cabello.
Minutos después Candy se sorprendió al saber que Steven era el arquitecto de la obra, aunque solo lo saludó brevemente, dejándolos que hablaran y yendo hacia el merendero.
Después de sus pendientes, mientras caminaba de regreso trataba de imaginar cómo sería su vida en ese lugar.
No podía negar que Brooklyn le agradó desde la primera vez que estuvo ahí, y de cierta forma se sentía impaciente.
¿Y si el lunes, Bill le decía que ya tenía a su reemplazo?
Si eso pasaba, podría cuidar a Terry, así como él la cuidó cuando tuvo el accidente. Bueno, quizá no exactamente igual, pero podría atenderlo.
Aún así, comenzaba a lamentar la idea de dejar su trabajo. Todos le decían que debía cuidarse, que tenía que descansar, que lo hiciera por el bienestar del bebé. Y sí, ella sabía que era importante, lo hacía, se cuidaba, al menos eso intentaba, aunque también comprendía que igual que ella, esas personas tenían miedo de lo que ese nuevo bebé podría implicar para su bienestar emocional, pero a pesar de eso, de algún modo, se sentía más como un peso que como un apoyo.
Cuando la rubia entró y vió a Terry jugando con Tessie, no pudo evitar sonreír porque, aunque su inicio en la maternidad había sido complicado, el tiempo la ayudó a forjar un fuerte vínculo con su hija. Y es que, en el fondo, aunque no lo quería admitir, extrañaba esos días en Chicago y en el hogar de Pony, cuando entre sus labores pasaba todo el día a su lado, enseñándole a hacer sonidos de animales, ayudándola a caminar y enseñándole algunas palabras.
Sí; volver a trabajar se sintió bien, pero sentía que en el proceso perdió momentos importantes de su hija.
¿Por qué no podía trabajar mientras cuidaba de Tessie?
Lo comprendía, un hospital era peligroso para los niños.
Odiaba sentirse así, odiaba sentirse tan confundida e indecisa, tan temerosa de lo que podría llegar a suceder.
Además, por otro lado, no le agrado enterarse de lo que le había sucedido a su esposo mientras ella estaba tan lejos. Necesitaba estar ahí para él, tanto como él estaba para ella.

ESTÁS LEYENDO
Por un Poco, Por Siempre
FanfictionTercer entrega de la trilogía "Por un Poco, Por Ahora, Por Siempre" ••• Aunque las cicatrices no se desvanezcan, después del dolor, lo único que prevalecerá será la lección que nos deja, aquella que gracias al amor, es más fácil de comprender. !!Adv...