Llegar a Appleton con una bebé tan pequeña y una niña de casi cuatro años fue estresante para todos, pero ahí estaban otra vez, esperando en el hostal hasta que Terry volviera con la camioneta, aprovechando que Abby se había quedado dormida para poder llevar a Tessie al comedor.
Terry llegó durante las primeras horas de la tarde y lo que encontró en la alcoba fue un caos. Tessie lloraba al igual que Abbie, mientras Candy también había comenzado a llorar al no saber qué hacer para calmarlas.
—Que bueno que llegas —balbuceó al verlo, sintiéndose aliviada.
—Papi —corrió buscando consuelo.
—Ven aquí, Estrellita. ¿Por qué lloras? —la levantó escuchando lo que su hija tenía que decir, aunque gracias al llanto no entendió demasiado.
—Estaba jugando, se cayó de la cama mientras yo estaba en el baño y despertó a Abbie —fue Candy quien le explicó.
—¿Te golpeaste fuerte? —preguntó.
—Shi...
—Tranquila, mi Estrellita. Ya pasó —la besó, pero ni así logró calmarla—. En cuanto se tranquilicen, iremos al almacén.
Gracias a la ayuda, Candy pudo intentar calmarse para concentrarse en la bebé, logrando que minutos más tarde la familia saliera de aquel lugar, aunque sin lograr evitar algunas miradas molestas.
—¿Qué importa? —dijo el castaño cuando la rubia lo mencionó en la camioneta—. De todas formas, solo estaremos aquí durante algunos días —imaginaba que su incomodidad era por lo que vivió en el hospital.
—Para ti es fácil decirlo, porque tú no eres a quien juzgan.
Terry exhaló tratando de tener paciencia, aunque a veces se le dificultaba. Lo que menos quería era discutir con su esposa durante el primer día que pasarían ahí. Necesitaba un buen argumento.
—Pensé que podías con cualquier tipo de rumor —no quería teñir su voz con molestía, pero no pudo evitarlo—. En el hospital decían cosas peores de ti; ¿me equivoco? —arrancó.
—¡¿Qué?! —su indignación fue clara.
—Es claro que te afecta y me doy cuenta de que necesitas descargarlo con alguien —exhaló pensando en si debía comenzar a manejar—. Pero no puedo hacer nada al respecto, no puedo bajar de la camioneta, ir con la señora de allá —señaló a una mujer mayor—; y pedirle que se disculpe por haber dicho que no eres capaz de callar a tus hijos —ella no escuchó eso—. O ese hombre —señaló a un sujeto recargado por ahí—. Ni siquiera entendí lo que dijo.
—Insinuó que mi busto le gustaba porque le pareció muy grande —lo hizo reír.
—¿Qué quieres que haga? ¿Qué vaya a golpearlo por haberse fijado en ti?
—No... —balbuceó.
—Hay cosas que podemos controlar y otras que no —apagó la camioneta—. Lo sabes tan bien como yo. Además de que también nos lo dijo Jess en una de las ocasiones en que me pediste que participará contigo —inhaló y exhaló intentando controlarse—. No debe importarte lo que la gente diga; son personas que quizá no volvamos a ver y que no significan nada para nosotros —sonrió de lado tomándose su tiempo para continuar, volviendo a encender la camioneta—. Lo que debe importarte es que yo creo que eres la mejor madre que Tessie y Abbie pudieron tener.
Comenzó a manejar sin recibir respuesta, pero notando que su pecosa se había quedado en silenció con el cual persistió mientras hacían las compras y hasta que en medio de la oscuridad llegaron a la cabaña.
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Por un Poco, Por Siempre
FanfictionTercer entrega de la trilogía "Por un Poco, Por Ahora, Por Siempre" ••• Aunque las cicatrices no se desvanezcan, después del dolor, lo único que prevalecerá será la lección que nos deja, aquella que gracias al amor, es más fácil de comprender. !!Adv...