17. Agonía

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Antes de que comiencen a leer, quiero hacerles una pequeña advertencía:

Pañuelos a la mano, por favor, en este y en el capitulo siguiente, sobre todo si son chillonas como yo 😅

•••

Aún era temprano cuando Terry se levantó y se vistió con prisa. Desde el pasillo podía escuchar a Candy, comenzando a prepararse para el trabajo y sonrió al verla aún en camisón.

—No me tardo —respondió la pregunta que vió en su mirada, incluso antes de que ella la pronunciará.

—Hoy me voy más temprano —dijo con dos dedos en la boca mientras comía algo, viéndolo vistiendo su chaqueta.

—Vuelvo antes de que te vayas —confirmó saliendo.

Pero minutos más tarde; él aún no volvía y ella necesitaba irse. Por suerte, Tessie ya se había acostumbrado a no despertar tan temprano, eso le dió la confianza para marcharse, aunque dejó una nota en la mesa.

Estaba feliz, quería aprovechar la mañana para trabajar tranquila y alistar los documentos que necesitaba para la junta de ese día. El aire fresco la hizo sonreír, recordándole que pronto estaría de vuelta en el hogar de Pony, con su madre y los niños, iría a Lakewood y se perdería en la profundidad del bosque, tal vez sumergida en el estanque, permitiendo que el agua se llevará todos esos pesares acumulados. Deseaba que esa semana pasará lo más rápido que fuera posible.

—Buen día, jefa —al llegar al atrio del hospital la saludó una enfermera.

—Buen día —lamento no saber su nombre.

Candy sonrió pensando en que tal vez no tendría que entrar por urgencias, pero al voltear hacia la entrada, su sonrisa se borró al reconocer a Terry de espaldas besando a Emily, en un rincón, a un costado de la puerta principal.

Aprovechando la distracción de la pareja, comenzó a caminar más rápido deseando llegar a urgencias aunque cuando casi pasaba esa zona, alguien corrió tras ella.

—¡Jefa White! ¡Espéreme, por favor! —apretó los ojos maldiciendo su suerte, volteando hacia el lado contrario en que ellos estaban—. Gracias —era una enfermera muy joven que al llegar con ella intentaba recobrar el aliento.

—¿Qué sucede?

—El encargado me dijo que la alcanzara para que firmara esto —entregó el documento sostenido en una tabla—. Es del área de donación de sangre —le informó antes de voltear hacia la pareja—. ¡Hola Emily! —agitó la mano mientras Candy leía.

—¿Tienes bolígrafo?

—¡Ah! Sí —buscó en sus bolsillos hasta encontrarlo y entregarlo—. Gracias, que tenga un buen día.

—Gracias a ti —no sabía si debía voltear o no, pero esperó al ver a Bill frente a ella, corriendo en su encuentro.

—Que bueno que llegaste temprano —la tomó del brazo y la condujo hacia la puerta principal—. ¿Tienes todo listo para la junta?

—Casi, solo me faltan algunos papeles y el abogado dijo que hoy por la mañana me traería los últimos documentos de la demanda contra el doctor Young —de reojo, mientras buscaba en su bolso, los vio moverse.

—Terry; buen día —el cirujano comprendió que no debió haber entrado por ahí.

—Bill, Candy —carraspeó.

—Terry, Emily; buen día —trató de fingir tranquilidad al no tener otra opción y enseguida volvió su atención al director, continuando su camino—. El viernes el jurado votó en contra del doctor Young y el abogado me dijo que en cuestión de días le revocarán la licencia médica. Es un caso que podría llegar a la prensa por lo que implica para las mujeres; pero lo importante es que no podrá volver a ejercer la medicina.

Por un Poco, Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora