Charles Leclerc. •6

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Nuevamente estamos en otro hotel, aunque esta vez nos dieron una habitación mas grande, gracias a Dios. Ser la esposa de un piloto se vuelve cada vez mas llevadero y normal, pero con Charles, es como si fuésemos novios aun, las risas, los juegos y las bromas siguen presentes.

Sinceramente ya olvidé el evento que debe cubrir hoy, solo sé que no iré y no porque no me haya invitado, sino que hoy prefiero solo esperarlo, los días han sido pesados y los vuelos largos.

Sé que ahora se esta vistiendo, debe llevar traje, Boggie Milano dejó un conjunto de traje negro para él. Lo escucho vestirse en el pequeño vestidor que esta antes de llegar al baño donde yo me encuentro ahora, amo los hoteles por sus grande tinas, el hidromasaje me da la paz que necesito justo después de aterrizar.

Llego a su encuentro en una típica bata de baño blanca de hotel, esta frente al espejo poniéndose los gemelos de cochecito que mi padre le regaló el año pasado por su cumpleaños. Uno creería que el amor y el deseo de pareja disminuye con los años y agradezco que mi amado esposo y yo solo tengamos un par de años juntos, porque sino fuera por eso, no habría notado lo exquisito que se ve. Los pantalones mas negros que haya visto le ciñen a la perfección, la camisa blanca de seda sigue sin abotonarse y ¡madre mía! las gafas que lleva puestas. Parece un sexi profesor.

Me recargo en el marco de la puerta sin dejar de mirarlo, nuestras miradas se encuentran en el reflejo del espejo.

-¿Que observas?.- camina en mi dirección viéndose aun mas sexi.

-A ti.- acomodo el cuello de su camisa. -Pareces profesor, ¿Cuánto tiempo te queda antes de irte?.- una idea surgió en mi cabeza de pronto.

-Cerca de una hora, antes de que deba estar en el lobby.- me mira confundido. -¿Que tiene en mente, bella dama?

Se que puedo retrasarlo o que talvez arruine su traje pero yo me siento arder. Lo acerco al diván del vestidor con la intención de que tome asiento, abro por completo su camisa y comienzo a besar su trabajado abdomen, con la intención de dejar algunas marcas, amo esos cuadros. Su erección comienza a formarse, puedo sentirla crecer bajo el tacto de mis manos. Me reincorporo y me siento en su piernas.

-Dígame profesor, ¿Voy a aprobar su materia o debo esforzarme un poco mas?.- le saco las gafas para colocármelas y verlo por encima de ellas.

-Lizzie, eres buena en clase, veamos como es tu practica.- me sigue el juego de palabras divertido mientras desamarraba mi bata, quedando mi frente al descubierto, me remuevo en su regazo intentando sentir mas su bulto, ato mis manos a su cuello mientras el besa el mío. Pero esta es mi fantasía, debo ser yo quien tenga el control.

Me pongo de pie frente a él para terminar de sacarme la bata, me mira con deseo, como si fuese nuestro primer encuentro, relame sus labios en señal de calor. Hago que se recargue dándome espacio para poder liberarlo de tan ajustado pantalón, sostengo su erección entre mis manos generando la suficiente presión de disfrute, mis manos bajan y suben cuidado de masajear su glande. Sin previo aviso mi boca entra en acción también, la humedad me aligera el trabajo y me hace disfrutarlo, mis mejillas se ahuecan de manera que la presión interna lo hacen quedarse sin aliento y por si fuera poco, el espejo esta frente a él, tiene una gran vista a mi trasero desnudo.

Acomoda una de sus manos atada a mi cabello, guiándome con fuerza, me gusta cuando hace eso. Se pone de pie obligándome a estar hincada a la altura de su polla, aun llevo las gafas puestas tira de mi cabeza hacia atrás, sé a donde va esto. Con su mano libre se masturba a sí mismo, soltando gemidos y quejidos, me mojo solo de escucharlo. -Estas casi por exentar, saca la lengua.- su cuerpo se tensa y me acerca mas, en un quejido su espesa y tibia carga, explota en mi boca, muevo mi lengua con la intención de tomar la ultima gota que resbala por sus venas remarcadas, haciéndolo estremecer. Logro ponerme de pie quedando a su altura des pues de un rato de dejarlo recobrar el aliento, toma mi rosto y me besa aunque mis ojos están cerrados lo siento sonreír a mitad del beso.

-Acabamos de arruinar un traje de 2 mil dólares, mi amor.

-Que lo carguen a mi cuenta.- su característica risa se hace presente.

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Vi esa foto de Charles y no pude evitar notar lo increíblemente guapo que luce con gafas! le quedan tan bien, que ignore por completo que también Carlos estaba en las fotos.

Disfruten de este otro pequeño relato.

Nuevamente gracias por seguir interactuando conmigo.

Arrivederci<3

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora