Charles Leclerc •17

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Soy una mujer fuerte, de las caminan con los ojos al frente, mis pisadas son fuertes y ser así me ha construido mucha confianza. Me gusta la tranquilidad, pero disfruto de una buena compañía.

Recorría serena los pasillos del paddock, sinceramente solo estoy aquí por mi hermano, el bull número 11, no suelo frecuentar los premios, los deportes no son lo mío. Sin embargo, no soy indiferente y puedo notar las maravillas que este lugar ofrece.

Mi camino no fue largo, ya que mi cuerpo fue chocado por un hombre que me hizo parar en seco y girarme, unos devil eyes fuertes y potentes, de un color que jamás había visto, entre azul y verde. Es la primera vez que unos ojos me intimidan, me sentí sometida. No me dirigió la palabra, ni siquiera se disculpó. Realmente me sorprendió su indiferencia, pues era Leclerc. Siempre parece bueno, pero ahora parece molesto.

-Idiota.- me gire nuevamente a mi camino.

-¿Disculpa?.- ah vaya, se disculpó.

-Disculpa aceptada, imbécil. Hay que observar por donde vas para evitar golpear a los demás.- Nuevamente nos vemos al ojos, pero su mirada se suavizó dándome una sonrisa, ¿pero qué diablos?.

-Debes tener cuidado cuando caminas, linda. No quieres ser quien le provoque un accidente a un piloto. ¿Quién te dejo pasar?

Una persona lo llamó y este se fue. ¿Qué le pasa? Sé que no siempre estoy aquí, pero digo, no le hablas así a la hermana de uno de tus compañeros. No solo camina como si el piso le perteneciera es ególatra y narcisista.  Jamás hubiera imaginado que fuera así.

Encontré mi lugar, la vista era increíble y comenzaba a emocionarme de estar viendo lo que sucede, los coches se mueven muy rápido y los sonidos me hacen ponerme de pie cada vez que pasan por mi zona, esto es increíble. Y para sorpresa de todos el Ferrari con el numero 16 ganó.

Mi mala suerte no terminaba pues me dirigía con mi hermano cuando nuevamente me encontré con él.

-¿Estas siguiéndome?.- se acomoda su cabello al retirarse la gorra negra con la leyenda 1st.

-Por supuesto, vine hasta acá a darte un premio por tu gran hazaña.

-¿Ah, sí?, ¿Qué es, un beso?.- no me quitaba la mirada de encima y a decir verdad estaba punto de bajarla, pero hoy soy la chica que le dará una lección.

Me acerque a él, y tome su cuello para besarlo, la sorpresa es notoria pues su boca no se abrió hasta después de varios segundos, para ser tan rápido en la pista hoy, aquí se vio lento. No quise darle oportunidad de tomar el control, pues me las arreglé para comenzar a baja el cierre de su mono rojo. Mis manos recorrieron sus oblicuos hasta su pecho clavando mis uñas, fue uno de esos besos donde quieres probar algo, y yo lo probé, su actitud es una fachada.

Terminé mi osadía, y comencé a caminar, no sin antes darle un guiño. El chico tomó actitud de campeón y estiro mi brazo para atraerme hacia él y tomarme de la cintura. Su mano libre tomo parte de mi nuca para tenerme mas cerca, el tiempo se detuvo y entendí porque todas parecen estar obsesionadas con él, tiene las facciones perfectas y te sonríe como si el mundo le perteneciera. Escudriñó mi rostro para hacer un ademán en mi cuello con su nariz, aspirando mi perfume.

-Lost Cherri, de Tom Ford.- me dio un beso húmedo como si olerlo no fuera suficiente, quiso saborearlo.

-¿Vienes conmigo?.- me soltó de su agarre y con su mano me invitó a seguirlo.

-Oh, Charles, ya conociste oficialmente a mi hermana.- la voz conocida de mi amado hermano apareció.

Charles estaba algo confundido, nuevamente me observa, como si un balde de agua fría le hubiera caído encima. No distingo si su postura es porque fue grosero al principio o por nuestro acalorado momento.

-¿Eres la pequeña Lizzie?.- sus ojos se abrieron muchísimo.

-Bueno, ya no tan pequeña.- mi hermano mayor se dirigió a Charles.

-Me doy cuenta.- Sus ojos no dejaban de observarme.

-Liz, ya no tardes, te veo en mi vestidor. Charles.- se dieron la mano, y se fue.

Colocó sus brazos en la cadera en modo de jarra, yo realmente me reí por la escena, esta avergonzado, su piel esta tornada de un rojo carmesí. ¿A dónde se habrá ido su actitud de campeón?

-Pero, aun quiero hacerlo contigo.- dije controlando mi risa. -Préstame tu mano.- anoté mi numero en su palma, ya que no llevaba su teléfono. -Llámame, estaré por aquí, Cherri.

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Ya sé que les encantan los hot!, pero hay que dejar descansar la mente perversa un rato jajaja

¿Alguna petición pequeñuelas?

un besiñoooo

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora