One shots F1.

Lando Norris •11

La lencería cubría su cuerpo, un corset celeste hacía que sus pechos se elevaran formando pequeñas montañas por encima. Las bragas eran ligeras, dejando sus glúteos casi por fuera. Su cabello atado en dos trenzas francesas por preferencia del amante. Un par de medias blancas le cubrían las piernas por encima de la rodilla y los tacones de aguja igual de blancos.

El sonido de su zapatos altos se hizo presente al subir las escaleras que llevaban a la habitación, con precisa cautela abrió la puerta. Encontrando al británico, los rizos caen en su frente aún húmedos por la ducha que tomó, su pectorales trabajados están al descubierto mientras que la parte baja de su cuerpo yace cubierta por las sábanas grises.

Nota la presencia de la morocha, quien yace recargada en el marco de la puerta. Apaga el teléfono que acaparaba su atención anteriormente.

-Vas a matarme, tengo una lucha interna entre arrancarte cada pieza o simplemente hacer a un lado ese diminuto calzón.- la lujuria se hizo presente en la habitación y con un gesto de su dedo índice la morocha llamó al chico.

El álbum AM de arctic monkeys suena de fondo, coreando los movientes calculados del erótico  baile que Lizzie hacía mientras la manos de Norris recorrían su cuerpo sin piedad.

-¿Te gusta?.-se preguntó
-Mírame, no necesitas preguntar.- La creciente erección se notaba en el pijama rojo, pidiendo a gritos atención. No podía ignorar la carpa y terminó por dejar su cuerpo desnudo dándose placer al masturbarse, subiendo y bajando su mano izquierda.

Como por arte de magia el corset desapareció de su pecho. Y las manos ágiles de Lando enrollaron las medias hasta la punta de sus pies, aún hincado dejaba besos en el interior de los muslo de Lizzie. Haciéndola detener por completo su baile. 

Consideró que ya la había dejado mucho tiempo ser quien llevará el control, la pobre chica no se esperaba la reacción. En un movimiento rápido los roles se invirtieron y la chica en un pestañeo tenía el pecho pegado a la orilla de la cama y las piernas bien separadas.

-A las chicas malas, se les da duro.- y así, fuerte, se adentró en un coño goteante, arrancándole un fuerte gemido, que aturdió la habitación.

Estocada tras estocada, haciendo nuevamente suya a la chica que siempre lo ha complacido, sujetándola fuerte de las largas trenzas. Su pelvis chocando en su trasero causando sonidos que te hacen respirar entrecortadamente. Era una escena completa, Dos cuerpos húmedos y acalorados haciéndose uno solo.

-Lando.- chilló Lizzie. Y es un tono que conoce a la perfección, está deseosa, lista para recibir una palmada fuerte y dura en su trasero, la marca rápidamente apareció. Era lo que necesitaba para que una lluvia se escurriera entre la polla de Lando.

-No te di permiso de terminar.- dijo con su voz ronca y otra palmada se dibujó. -¿Sabes qué pasa con las chicas que desobedecen?.

Salió de ella y soltó su agarre.

-Híncate, si quieres ser tratada como la zorra que eres, hazlo.- su lenguaje subió de tono, tono que solo utilizan en ese contexto. La sonrisa lujuriosa en Lizzie se hizo presente al ver a Lando masturbarse de nuevo obedeciendolo.

-Con tus manos junta tus senos, ahí quiero terminar.- Lizzie lo hizo, juntó sus pechos, Lando aprovechó la estatura para pasar su polla goteante por la cara de la chica, sin dejar de darse placer, el movimiento era desesperando, quería dejar su carga espesa y caliente en su cuerpo, el gemido que soltó disparó el líquido, dejándolo plasmado entre sus senos y boca.

-Bien hecho preciosa.

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Holaaaa! Hoy experimenté en tercera persona, les agrada?

Lando es de mis favoritos y escribir de él en este contexto se me da fácil. Esta chiquito pero tiene cara de que te deja inválida jajajaja

Buenas noches chicas! Disfruten del relato.
Un beso!