Oscar Piastri •26

1.8K 79 2
                                    

Como si de una deliciosa paleta, o el platillo más exquisito se tratará. Estaba yo en la misma cama que mi ardiente esposo, la habitación estaba inundada de aquel sonido que tú y yo sabemos que cuando aparece es porque estás recibiendo la mayor cantidad de amor posible. Un sonido que no aturde, lleno de calor. Su cadera chocando con mis glúteos y su mano atada a improvisada coleta.
Tan estirada que mi cara se levanta y ajusta mi cuerpo dando una gran vista de la escena.

El golpeteo no cesa y sus quejidos me ponen cada vez más ansiosa. Y aunque me siento arder, el cielo es infierno, siento su mano restante girar mi cintura y ponerme a mirarlo directo. Veo sus ojos, llenos de lujuria y deseo. Subo mis piernas a sus hombros, con tanta comodidad que sus palabras me hicieron esbozar una sonrisa.

-Buena chica.- y sentí una nalgada muy cerca de mi muslo.

Esta posición es increíble, entre más alzada mi cadera, más entra en mi, su entrada y salida, ya no generaban el sonido. Ahora era su respiración la que estaba presente. Su cabello, que movía hacia atrás peinando con sus dedos, y el sudor brotando de su frente. La escena más exquisita.

Mi pierna derecha, bajó de su hombro para colocarla de lado, presionando su erección dándole tanto placer, que sus estocadas eran profundas. Dándome el mejor mañanero de la semana. Ya eran las 8:00 ninguno de los dos llegara a tiempo a trabajar. Aunque eso fue lo último que mi cabeza pensó. Estaba alcanzado mi punto más alto, el ardor estaba irrandiando, cuando mis manos fueron atadas con la suya por mi espalda.

-¿Te gusta?.- ¿cómo se pone a hacerme preguntas?. -Háblame preciosa, quiero escucharte.

-Hazlo más fuerte.- y mi petición fue escuchada, estaba recibiendo una atención increíble.

El líquido espeso y tibio se escurrió entre mis pliegues y yo me estremecí alcanzado de igual manera mi orgasmo. Mi chico, sin salir de mí se recostó encima. Llenando mi cara de besos tiernos.

-Mejor aviso que no llegaremos hoy, estaremos mejor en cama.

Y de nuevo gracias empiezo a sentir el vaivén de sus caderas, aunque con mi giro, dejándome encima de su cuerpo. Pude tomar el control.

-Es mi turno, guapo.- y dirigí mi boca a su cuello.


————————————————————————————————————————————

Muy buenos días! Que osadía la mía de volver así tan de la nada. Lo lamento.

Estoy intentando retomar la escritura, y esto fue lo que imaginé antes de dormir.

Besos

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora