One shots F1.

Oscar Piastri •3

Mrs. Oscar & Lizzie Piastri.

Cuando tenía 15 años y acompañaba a mis padres a bodas, solía pensar que las mujeres perdían su autonomía, me parecía imposible que alguien inteligente tomara esa decisión. Que equivocada estaba, o solo es hipocresía.

Jan, mi mejor amiga pidió al hotel donde será la recepción que trajeran la mayoría de sus espejos, para colocar de manera que en cada pared pudiera verme, es una chica lista.

Me miro detenidamente, mi cabello está atado en un pulido moño y el vestido, wow, lo que daría por que Oscar pudiera verme ya. Los tirantes gruesos del vestido hacen que mis clavículas se noten, pues el escote es completamente recto, la falda cae de manera tan clásica que toca el suelo. Meto las manos a los bolsillos que tanto pedí que le pusieran.

-Oscar, es afortunado. Somos afortunados que eligieras ser nuestra familia.- mi suegra derrama lágrimas y toma mi rostro con ternura. -Té amamos.-

Mi estómago estaba hecho un vuelco y de repente ya me encontraba frente a las grandes puertas de madera listas para abrirse y darme paso.

Respiro agitada.

Carlota y Chequito caminan tirando a su paso pétalos de hortensias, me hace sonreír verlos perder el paso. La marcha nupcial suena, es mi turno.
Con fuerza me aferro a mi ramo de alcatraces, y sé que su tallo no va a resistir.
Por fin puedo ver a Óscar, usa sus manos para cubrir su boca, me conmuevo al verlo lagrimear, se ve tan increíblemente guapo en smoking beige. Es el hombre con el que todas desearían algún día casarse.

-Yo, Oscar, te tomo a ti Lizzie, como mi esposa. Prometo amarte, adorarte y cuidarte por el resto de mi vida.- pone la sortija en mi dedo y todo se vuelve real, de verdad estoy uniendo nuestras vidas por amor.

-Yo, Lizzie, prometo amarte y cuidar de tus sueños, tomar tu mano y guiarnos cuando tú no puedas. Hoy más que nunca te reafirmo mi sentir.- aprieto su mano y me uno a él en un beso, tierno y sincero. Su mano libre se aferra a mi cintura y logramos abrazarnos

***
Baile de presentación, At last by Etta James suena de fondo y estoy segura, si pudiera verlos, todos los invitados están maravillados de esta escena, éramos una pareja cero publica y ahora bailar en el centro es como si no quisiera que terminara.
El rostro de Mr. Piastri está encajado en mi cuello. Damos un par de vueltas y la lluvia de trozos de papel seda blanco cae, mi sonrisa es tan grande que no puedo ocultar mi felicidad.

-No puedo esperar a nuestra honey moon, Mrs. Piastri. Quiero recorrer su cuerpo al ritmo de esta canción.- ¿cómo me convertí en la esposa de este ser maravilloso? Gracias Dios por haberme puesto ese verano en su camino.

-Pero aún no hemos probado el pastel.- echó su cabeza hacia atrás soltando una ligera carcajada. La canción terminó.

-Quiero que pruebes un pastel australiano.- su mano tocó el relieve de mi columna, haciéndome ahogar un suspiro en mi boca entre abierta. -No te preocupes, sé que te gusta.-

-Me casaría de nuevo contigo solo para que cada vez que bailemos, tu roce me haga desearte.- sonríe y me mira con sus ojos divertidos, me soltara uno de sus comentarios rancios que cree son graciosos.

-¿Casarte de nuevo?, mi chica, la nunca me voy a casar, porque no quiero perder mi autonomía. ¿Me está pidiendo casarnos otra vez?.-

-Eres todo lo que está bien, Mr. Piastri.-

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Holaaaaaaaaaa! Soy yo de nuevo, estoy muy contenta de que estén leyendo esto! Somos poquitas, pero sinceramente creí que nadie me notaría jajajaja

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Buen domingo 🤍