Pierre Gasly •12

2.4K 50 0
                                    

Las noches eran largas, la oscuridad y el viento se colaban en la habitación. Se podía notar como las cortinas se ondeaban momentáneamente. Italia es increíble en estas fechas.

-¿Estás despierta?.- una voz rasposa me saca de mis pensamientos.

-Si, ¿no puedes dormir?.- su cuerpo gira y y sus piernas me atrapan haciéndome reír.

-Vamos al yate.

Podía notar sus ojos brillar a pesar de la oscuridad, no hay manera de que yo me pueda negar algo que me pida, mi vida es suya, yo sé la daría.

Se podría decir que corrimos hasta la orilla, el muelle se notaba tranquilo y muy calmado. Solo nosotros.
Como pudo y con la linterna de su teléfono, subimos al yate. Las vistas son espectaculares, la luna en el cielo y el movimiento del agua ligeramente meciéndonos.

-¿Cómo otra ciudad se puede sentir tú hogar?.- le dije mientras se reincorporaba a mi lado después de que su cabeza descansaba en mi regazo.

-¿Tienes miedo?.- me preguntó escudriñando mi rostro, él si parecía tenerlo.

-Contigo nunca, Pierre.

Beso tras beso dejaba en mi cara, acompañado de su risa y oraciones en francés que sin saber lo que dicen yo me volví loca. Los tirantes de mi camisón resbalaron de mis hombros dejando mi pecho descubierto. Estaba lista para que su boca atrapara mi piel.

Con sumo cuidado me tendió ayudándome a quitar el resto de mi ropa. Mi vista era increíble, se retiraba su playera blanca alocándo su cabello.  Mi cuerpo recibió su peso, dándome un par de besos en el abdomen.

-Lizzie, tú eres mi hogar.

La frase rebotó en mi cabeza, atraje su rostro al mío para ser yo quien lo besara. La fuerza del beso nos dió a ambos el preámbulo perfecto para comenzar con el frenesí de una noche exquisita. Lo montaba con delicadeza, en movimientos que dibujan mi nombre en su entrepierna. Los quejidos de placer arrullaban la noche. Con la luna de testigo.

Su manos se aferraban a mi cintura para hacer más profundas las entradas. El apretón perfecto para desatar el nudo de mi orgasmo. Un par de movimientos que me sobrestimulaban lo hicieron terminar también.

Con el calor de nuestro cuerpos, dejé de sentir el viento. No quise moverme, y así con él aún dentro.  Me recosté en su pecho. Sus dedos acariciaban mis espalda dándome la sensación de hogar que había dicho.

-Pierre...-buscó mi mirada.- Yo también te amo.

————————————————————————————————————————
¿Será verdad que los Franceses son románticos?, espero que si porque realmente es como veo a Gasly.

Este sin duda ha sido de mis relatos favoritos. 

Buenas noches! Y espero sea de su agrado.
Un beso💗

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora