Lando Norris •24

3.2K 103 3
                                    

-Pasa.- la puesta se abrió y un pequeño apartamento se mostró a mis ojos.

Habíamos quedado en festejar mi cumpleaños haciendo de cenar nosotros, no quería algo ostentoso y fuerte este año. Lo que más deseo ya estaba conmigo.

Puse las compras en la barra, Lando Encendía las luces manteniéndolas tenues. Lucía increíble, sus rizos estaban acomodados, como si se hubiera tomado el tiempo de perfeccionarlos. Vestido completamente en todos oscuros.

-¿Fue mi idea hacer pasta boloñesa?.- él me miró muy confundido.

-¿No quieres cenar eso?.- yo solo me divertía y él ya sufría.

La cebolla se freía en la sartén, mientras con sus manos lograba hacer diminutas bolitas de carne, verlo tener que usar guantes porque le daba náuseas es muy gracioso.

Las trajo a un lado del estufa donde yo estaba cuidando lo demás, sus manos se ataron a mi cintura y posó sus labios en mi nuca haciéndome sentir escalofríos.

-Tranquila muñeca, primero cenaremos.- su tranquilidad me mojó aún más, las bragas de encaje seguramente estarían arruinadas y mi sorpresa para él no se vería como lo planeado.

Las velas en la isla se veían románticas, las copas alargadas llenas de un vino tinto que me regaló Lance, ambos platos frente al otro. Siempre me gustó festejar mi cumpleaños, pero ahora de alguna manera se sentía cálido.

-Feliz cumpleaños, Lizzie.

Y yo sonreí, genuina y enamoradamente, su mano arropó la mía y de pronto ya no podía mantenerme serena. Las ganas de sentirlo me estaban sobrepasando. Cerré los ojos por inercia, imaginando lo delicioso que sería quitarle la camisa.

Botón tras botón se fueron abriendo, 8 botones no dejaban ver su pecho que tanto me gustaba. Mis uñas se clavaron en su brazos. Haciendo que sus ojos cambiaran su manera de mírame. Y con decisión el hombre me levantó de mi alto banco. Giró mi cuerpo y bajo la cremallera de mi vestido.

Las medias que iban desde la punta de mis pies hasta mi cintura cubrían un set de encaje, sus labios se mojaron por el paso de su lengua. Admirando que yo estaba más que preparada para esto. Yo quería una cosa por mi cumpleaños. Que se enterrara con fuerza en mí.

Sus manos rozan mi piel, provocando que mi piel se erice, sujeta ambos lados de mi cintura con fuerza. Estrujando mi cuerpo.

Me abalanzo a su boca, atacando sus labios en efusivos besos, besos que te quitan el aliento, que te dejan queriendo más. Su cuello está atado en mis brazos acariciando su nuca provocando que no se separe de mí. Le arrebato su traje, dejándolo en unos ajustados boxers. Mis ganas de tenerlo subían y subían, por lo que cuando lo lancé al sillón y me posicioné en su regazo no le provocó risa alguna.

Me divertía en su cuello, con besos húmedos, mientras me removía en su entrepierna jugando con su erección. Podía sentir el palpitar de su excitación.  Mi mirada se quedó fija en la suya, rogándole que me diera la atención que necesito. Y fue entonces cuando su mano izquierda tomó mi cuello, sujetando con una presión ligera. Y con la mano restante me provocó un ardor en la mejilla. Mi cara era de excitación, me estaba dando lo que quería.

Desabrochó mi sostén, dejando que la gravedad cayera en mis senos. Que aún tenía marca de nuestro encuentro anterior. Sin titubear y sin la necesidad de permiso, su lengua remolineaba mis pezones, haciéndome arquear la espalda. Sabe que el placer que me provoca en los senos me vuelve loca, me vuelve sumisa y un mar de fluidos. Estaba aferrado a mi pecho, su boca y sus manos jugaban a darme apretones. Podía sentir como los gemidos salían de mi boca y en conjunto con su respiración entrecortada me sentía completa.

No podía seguir esperando, con la fuerza que me quedaba me levanté, me arrebaté el restante de mi ropa y me puse de rodillas. Saque su erección y le di un par de vueltas con mi lengua. No quería hacerle un oral, solo quería ponerle el condon con la boca y que me destruyera.

Así que cuando se lo coloque, me devolví a su regazo. Comencé con círculos para poderme adecuar a su grosor, sus manos estaban por mi espalda dándome la libertad de movimiento. Podría jurar que iba a ser mi orgasmo más fácil de alcanzar, porque me sentía estallar. Estaba perdiendo el equilibrio, por lo que me aferré a sus brazos. Mala idea por su piel, pero las marcas que le quedarán serán un recordatorio de mi amor por él.

Y como si Dios también supiera de mi cumpleaños, mi excitación salió de mí en un grito, mi líquido empapó su entrepierna y de pronto lo sentí más tibio. Él también no pudo contenerse.

Nuestros pechos subían y bajaban, la respiración nos costaba. Y con nuestros cuerpo piel a piel no parecía difícil.

-Liz.- la voz parecía lejana. -Liz, ¿no vas a tocar tu cena?.

-¿Cómo?.- la confusión me hizo parpadear varias veces.

-¿Estás bien?.- la fantasía me consumió.

-Yo, te necesito, Lando...- y con la cara llena de lujuria se levantó y me atrajo a él.

-Apretaste tanto las piernas que era obvio que fantaseabas. Me encantas.

————————————————————————————————————————————

Hola muñec@s. Primero que nada una disculpa por la ausencia. Pero aquí les traje un nuevo shot.

¿Cómo estuvieron las fiestas? Que la hayan pasado increíble.
Debo agradecer por las vistas y los votos, he recibido mensaje pidiendo shots, así que estoy intentado escribirlos.

Quejas y sugerencias aquí.

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora