Lewis Hamilton •13

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Las paredes están rojas por las luces y mis manos atadas a la cama con esposas. Esto comenzó como un juego y ahora, es parte de nuestra vida.

La gente opina de mi relación con Lewis diciendo que tengo problemas de Daddy issues. Se nota que hablan desde la ignorancia, prueba a un mayor y no hay marcha atrás.

Nuestros encuentros son un frenesí de deseo y lujuria. Justo en este momento es lo que llena la habitación.

Un Hamilton completamente desnudo, acaricia y saborea mi cuerpo cubierto de aceite sabor cereza. Sus besos son entre intensos y ligeros. Es el comienzo de una buena noche.

-¿Conoces la palabra de seguridad?.- dice apretando ligeramente mis pezones.

-Monoplaza.- digo riéndome, tuvimos que cambiarla porque alguien cercano la descubrió.

-Muy bien preciosa, comencemos.

Empieza a recorrerme con la fusta, primero mi boca, siguiendo la anatomía hasta mis senos, que reciben varios golpes haciéndome estrujar un poco las esposas, la sensación del cuero con el aceite me comienza a quedar corta para seguir con mi excitación.

Veo a Lewis disfrutarlo, sus ojos están llenos de brillo, y su polla se ve exquisita desde mi vista. Quiero sentirla ya.

La fusta es sustituida por un látigo, ese es mi favorito, es doblemente más excitante. Las tiras se arrastran hasta mi entrada. Donde recibo un golpe seguido de un gran beso húmedo de su parte. Gemí tan fuerte.

-De nuevo.- digo cegada por el deseo.

-Ruégame.- el látigo azota en la cama.

-Lewis, por favor, de nuevo.- le ruego desesperada, y lo siento de nuevo.

Una lengua entrenada recorre mis pliegues, haciendo remolinos en cada centímetro húmedo de mi entrada. Un ligero mordisco me hizo removerme en las sábanas liberando un gemido. Soy alguien que no se controla a la hora de gemir y a eso se le sumaba el sonido de la esposa chocar con la cama. Era una sinfonía.

Me sentía tan llena, las sábanas debajo de mi trasero ya se sentían empapadas era hora de que ya me bendijera enterrándose en mí.

Con la rapidez de un campeón mundial, gira mi cuerpo quedando mis brazos cruzados aun atados, eleva mi trasero dejándonos en una posición ya conocida, y particularmente su favorita. Acomoda mi espalda, casi pegando mi pecho a la cama.

-Como quisiera que vieras la vista que yo tengo.-  y lo sentí entrar, se adecuó a mis paredes con el vaivén de su cadera.- Maldición, Lizzie.

La fuerza de sus embestidas me causaban un dolor exquisito, me da un par de nalgadas y termina por escurrirse en mí.
Luego de recobrar el ritmo de su respiración, acomodó mi cuerpo y me quitó ambas esposas.

-¿Cómo te sientes?.- siguió el filo de mi mejilla.

-Con suerte.- y pude darle un beso que sin duda terminará en otra sesión.

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Lewis tiene cara de que te deja inválida y la verdad es que le agradecería jajajaja
Y lo acepto, soy team mayores.

Soy de relatos más románticos, pero este ha sido mi favorito.

Un saludo y un beso! Arriverdeci💗

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora