Carlos Sainz •2

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En los últimos tres años no me había puesto a pensar en lo que había hecho con mi vida. Me veo en el espejo que yace frente a mí; nunca me habían tenido que peinar o maquillar alguien que no fuera yo, pero ahora se siente como algo casual.
Las cámaras están esperando por mí y parece que me demoro más de lo que todos estamos acostumbrados.

--Lizzie,  ya no podemos esperar más.- mi corazón se estremeció no me había sentido tan nerviosa cómo ahora, solo es un photoshoot me repetía una y otra vez.  -Colócate ahí y haz lo que sabes hacer.-

En mi cuerpo porto un vestido de seda color cereza, un par de tacones dorados y mi cabello parece sacado de una revista de los 90's, eso en particular me gusta. Cuando escucho los disparos de la cámara me muevo una y otra vez intentando que esto funcione.  Veo a todos sonrientes y aplaudiandome. Sinceramente soy buena en esto. El ajetreo cesa y damos por terminado el shooting, tomo mi latte en las rocas y camino más serena que nunca a mi camerino, me retiro los zapatos y siento que descanso.

-Ahora solo falta desabrochar este vestido.- digo en voz alta solo para mí, me observo una última vez en el espejo y sonrio, me gusta lo que veo.

Llevo mis manos al cierre posterior batallando en poder bajar el cierre y liberarme de tan ajustado vestido, mis bragas negras quedan al descubierto y mis pechos quedan libres al espectador, vuelvo a sonreír al espejo.

-Deberías usar de nuevo los tacones, solo para que tu fiel seguidor pueda fantasear un poco.-  me extiende ambos zapatos que por inercia tomo y me coloco.   -Vaya,  ya que estas tan obediente creo que en mi cama la fantasía es mucho mejor.-

Me hace sonreír inmediatamente y me avalanzo hacia él,  mi manos atadas a su cuello sintiendo el relieve de su  cabello, sus ojos me miran con deseo y sus manos se fuerzan para no bajar a mi trasero.

-Carlos.-  digo su nombre y al instante veo su cabeza tirar hacia atrás.  -Tu cama esta a dos horas de aquí,  ¿para que esperar?, si a esa puerta le podemos poner el pestillo.-  Me sonríe para soltarme y cual hombre deseoso corre a ponerle el seguro a la habitación.

Sus manos me toman por la cintura, con tanta fuerza que flaqueo -No me hagas esperar, besame.-  Me observa por última vez y a pesar de que mi agarre en su cuello lo hace estar tan cerca de mí, se acerca mas a mi oído solo para decirme algo que me hizo ponerme de rodillas.

-En mi fantasía yo soy quien pide y tu cedes.-  gimo por deseo y mis manos desabrochan cada uno de los botones de su lives 501, acaricio sus oblicuos de arriba abajo, mi boca empieza a salivar como si de un platillo gourmet se tratara. Dios, cuanto amo a este hombre.

Mi boca se convierte en un vaivén y de ves en cuando nuestras miradas se topan, mis manos hacen un agarre en sus caderas, porque estoy segura que sino lo hago desvanezco. Siento su cuerpo colapsar, se contrae y se relaja, solo significa que su descarga quedara en mi boca. La abro más y mi lengua se posiciona por fuera, lista.  Pero me levanta, algo confundida y aturdida.

-¿Cuándo una fantasía a sido tan corta pequeña?.-  me arrastra con él a el lavamanos, ambos de frente, él detrás mio,  hace a un lado mis bragas y se adentra en mi sin aviso.  -Seré rudo, solo porque sé que te quitaste ese vestido así para provocarme, sabias que estaba ahí.-

¿Y cómo diablos no iba a saberlo? Su colonia había invadido cada centímetro de mi camerino.

Su  brazo yace en el filo del lavabo cuidando mi abdomen,  aun siendo tan duro, cuida de mí.  Entra y sale con fuerza y mis gemidos son cada vez más altos y eso me avergüenza, lo que me hace agachar la cabeza.  -No, observate, ve el desastre que eres cuando estoy haciéndote mía.-  Su mano sujeta mi barbilla haciéndome vernos en el reflejo del espejo, había destruido mi  cabello de revista asi como el sudor comenzaba a brotar de su frente. Y como si esa imagen se adueñara de mi mente, siento mis paredes contraerse, la sensación de desespero me atormenta y su agarre en mi barbilla se torna con más fuerza, lo que irónicamente me vuelve loca. Su respiración entrecortada lo hace ahogar sonidos que sino fueran por el lugar en donde estamos emitirian gemidos celestiales anunciando que él también se correrá.

-Hazlo, termina conmigo dentro de tí.-  sus embestidas son profundas y entonces escucho ahora si el sonido que me hace estallar; el ardor cesa y una sensación eléctrica me recorre entera, acto seguido el liquido se escurre entre mis piernas. -La próxima vez que te desvitas fingiendo que no estoy, como consejo, sugiero que lo hagas más lento, me prende más.-


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Hola de nuevo, esta bien, lo acepto, la verdad es que prefiero los shots spicy. ¿por qué? No lo sé, solo son mejores.

¿Ustedes también se imaginan a Carlos así de rudo? O ¿solo es mi mente loca?

Opiniones y sugerencias escriba con toda confianza aqui:)

One shots F1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora