Amor Bajo Fuego (chicaxchica)

Prólogo

Una joven de cabello oscuro irrumpió en la majestuosa mansión con una determinación implacable. Aquel lujoso lugar, escenario de una sofisticada fiesta de la alta sociedad, se encontraba fuertemente custodiado por agentes de seguridad y un intrincado sistema de cámaras de vigilancia. El primer guardia que se cruzó en su camino intentó detenerla, pero ella continuó avanzando sin inmutarse, desafiando cualquier obstáculo que se presentaba.

El joven guardia, ansioso por cumplir con su deber, se atrevió a interrogarla nuevamente en el elegante vestíbulo.

-Necesito su nombre o su invitación, señorita -insistió. La mirada desafiante que recibió como respuesta hizo tambalear su determinación por un momento. No obstante, en un último intento, reiteró la necesidad de obtener su identificación. Con voz clara y pausada, ella proporcionó su nombre. Tras una breve búsqueda en la lista de invitados, el joven guardia confirmó que no estaba registrada y procedió a invitarla a retirarse de la fiesta, tomándola del brazo y advirtiéndole sobre la inminente intervención de la seguridad.

Con un gesto elegante, la joven extrajo una pequeña arma y la apuntó decididamente hacia el guardia.

-Tócame de nuevo, y no tendrás oportunidad -advirtió con un tono frío y decidido, haciendo que el joven, vestido impecablemente con un traje negro, se estremeciera de miedo.

Justo en ese tenso momento, una voz autoritaria surgió desde la oscuridad que rodeaba al joven guardia.

-Olsson, deja de asustar a mis guardias. Lucas, vuelve a tu posición -ordenó un hombre canoso elegantemente vestido.

La mujer de cabello oscuro se abrió paso junto al hombre, rozando apenas su hombro con una sonrisa cargada de arrogancia y seguridad.

-La próxima vez te quedarás sin personal, Gambino -sentenció con suficiencia antes de aceptar una copa de champán de un camarero y adentrarse en el mundo de la alta sociedad que se reunía en esa fiesta privada, dejando atrás al hombre sonriendo.

Vestía un elegante vestido negro con un tejido suave y sedoso que se ajustaba a su figura a la perfección, realzando cada curva. El cuello alto y la espalda al descubierto aportaban un toque de sensualidad sutil.

Mientras disfrutaba de su copa, la joven exploraba el entorno con una mirada aguda, en busca de su próxima presa entre los invitados, sus ojos recorriendo atentamente los rostros de los invitados. Sin embargo, su atención se desvió hacia Iván Pércovich, el hijo de un influyente político con el que había mantenido relaciones comerciales poco ortodoxas. Una sonrisa juguetona se formó en sus labios al divisarlo a lo lejos, y él se aproximó con paso pausado.

-Luces más impresionante que nunca esta noche ,Olsson -elogió el rubio.

-Lo sé. Siempre encuentro formas de sorprender -dijo con un toque de egocentrismo.

Ambos compartieron un intercambio de miradas cargado de complicidad mientras la noche avanzaba en la lujosa mansión.

La música que se escuchaba en el lugar era tranquila finalmente, digna de esta fiesta.

Olsson se acercó a un hombre canoso que sostenía una copa de vino, junto a una mujer elegante con un vestido rojo muy llamativo y un escote en V reluciente.

El hombre presentó a la mujer como su prometida, saludando a Olsson con un fuerte estrechón de manos.

-Hablemos de negocios -dijo firme Olsson, mirándolo seriamente.

Mientras Olsson y el influyente empresario estaban a punto de cerrar el trato en medio de conversaciones de negocios, el teléfono móvil de la joven de cabello oscuro comenzó a sonar, rompiendo la tensión del momento. El mensaje que recibió no solo la inquietó, sino que sembró el pánico en su interior. Las palabras que aparecían en la pantalla eran inquietantes.
"Sal de ahí ahora mismo. El sistema cayó. No eres invisible. Estás desprotegida. Tenemos un topo."

El impacto de esas palabras se reflejó en su rostro. Su sistema de invisibilidad, que la había mantenido oculta de las cámaras de seguridad, había fallado. Se dio cuenta de que las cámaras podrían detectarla en ese momento, lo que la exponía a un grave peligro.

Bajo la imponente fachada de Olsson se ocultaba un oscuro secreto que la inteligencia había estado tratando de descifrar durante años. Era una mafiosa de renombre, una sombra escurridiza que había evitado la justicia con maestría. Su habilidad para mantenerse invisible a través de un software de identificación facial la había convertido en una figura legendaria en el mundo criminal. No existían pruebas tangibles de sus actividades ilegales.

En medio de la lujosa fiesta de la alta sociedad, Olsson se encontraba en una carrera contra el tiempo. La vida que había construido a lo largo de los años, su imperio clandestino, estaba en peligro de desmoronarse.

Mientras la joven intentaba deslizarse sin levantar sospechas fuera de la mansión de la fiesta, en una oficina de inteligencia lejana de Los Ángeles, un avanzado sistema de reconocimiento facial analizaba en tiempo real las imágenes de la mansión. La sorpresa se apoderó de los operadores cuando el sistema arrojó un resultado impactante: un 70% de coincidencia con el rostro de Wendy Olsson, una influyente criminal del submundo, buscada por tráfico de armas y por liderar un imperio de criminales.