Capitulo 16

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Advertencia: Este contenido puede contener temas o situaciones que no son adecuados para menores de 18 años. Se recomienda discreción al lector.

— Pensé que te alegraría verme — resonó una voz femenina en la entrada.

— La verdad, verte es lo último que quería hoy. ¿Qué quieres? — dijo Wendy manteniendo su firmeza, con los brazos cruzados sobre el pecho, mirando a la rubia con desagrado.

— Vine porque tengo un trato que necesito que tú cierres — habló la otra mujer.

— ¿Perdón? Salazar, sal de mi casa — dijo Wendy, con un tono frío y directo.

— Oh vamos, Olsson, necesito que me ayudes un poquito y te dejaré en paz, te lo juro — la rubia intentaba acercarse.

— Ahórrate el discurso y eso de andar jurando, porque siento que vas a ser un puto grano en el culo — respondió Wendy, tratando de cerrar la puerta.

— Olsson, tú controlas la zona baja, Dios, ayúdame — insistió la otra mujer.

— Dije que no, Rosa. — replicó Wendy.

— Solo quiero mantener el negocio familiar y tú eres mi fuente — argumentó Rosa.

— Puedes irte de mi casa ya. Tu presencia me da asco — sentenció Wendy, cerrando la puerta con arrogancia y dejando a la otra persona fuera.

Por otro lado, en la sala de estar, Julieta y su hermana estaban sentadas en el sofá, hablando mientras escuchaban atentamente lo que ocurría afuera.

—Creo que no eres la única en la vida de esa chica —Maite habló, golpeando suavemente el hombro de Julieta, quien observaba con atención cómo se cerraba la puerta.

—Cállate —respondió Julieta

¿Quién demonios es esa chica? pensó Julieta.

Observaron cómo Wendy se aproximaba hacia su dirección con un semblante serio, pero al llegar al lado de Julieta, su rostro cambió, mostrando una sonrisa que evidenciaba algún tipo de enamoramiento.

—Hola, cariño —saludó Wendy con una sonrisa cálida, rompiendo la tensión en la sala de estar.

Julieta devolvió la sonrisa de Wendy con una mezcla de ternura y curiosidad, preguntándose qué había sucedido afuera para cambiar tan drásticamente su semblante.

Maite, observando la interacción entre las dos, no pudo evitar soltar una risa.

—Vamos, déjense de miraditas o me largo —intervino la hermana menor de Julieta, interrumpiendo el momento con un tono de impaciencia.

—Uy, sí, te puedes ir yendo, que no te soporto —respondió Wendy, dejándose caer en el sillón al lado de Julieta.

—Me caes pésimo —replicó la mini Julieta, levantándose ahora para pararse delante de Octavia, que salía de la cocina con un refresco en las manos. La mini Julieta le arrebató el refresco.

—Entonces solo vamos a la oficina y decimos que fue un malentendido, si nos creen los policías realmente son estúpidos —dijo Octavia mirando a Julieta—. Sin ofender, claro.

—Solo tienen que entrar y decir que estás bien, hacer una escena o algo , ¿entendido? —habló la detective animada mientras jugueteaba con su mano acariciando el brazo de Wendy, quien simplemente estaba recostada mirándola como idiota.

—Dale, vamos, mini Wendy o lo que seas de esa, me quiero largar de aquí —exclamó Maite, su voz cargada de una impaciencia teatral mientras abría la puerta, preparándose para la huida.

Amor Bajo Fuego  (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora