Capitulo 14

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Julieta 

—Ey, tengo algo que proponerte —dijo Wendy, pasándose la mano por el cabello con nerviosismo mientras me miraba con una sonrisa.

La observé con seriedad, entrecerrando los ojos, intentando descifrar qué trama estaba tramando.

—Mmmhh —murmuré, dando señal de que podía continuar.

—Hay una fiesta... Me encantaría que vinieras. Llevas semanas aquí encerrada y, francamente, ya nadie parece recordarte. Sería una oportunidad perfecta para desconectar un poco y... —se interrumpió, cruzando los brazos y negando con la cabeza, como si estuviera desechando otras ideas que se le ocurrían.

—No pienso ir —respondí sin titubear, para después volver a centrarme en mi comida.

—Pero, Julieta, ya han pasado varias semanas. Nadie te reconocerá. ¡Vamos! Será solo diversión, te lo prometo —su voz era un suave susurro, pero sus palabras resonaban en mi mente como un eco lejano.

—No me mires así. No tengo intención de salir y que me reconozcan —expresé con un deje de paranoia. En realidad, me sentía cómoda aquí, y quizás ese era mi mayor temor: encontrarme con alguien conocido que me recordara el mundo exterior.

—Nadie te reconocerá, Julieta. Ven a divertirte —insistió, rogándome una vez más que reconsiderara su oferta.

—¿Y tú dónde estarás? —pregunté con escepticismo.

—Tendré que estar pendiente de algunos asuntos en el local, negocios un tanto turbios en los que una respetable oficial no debería entrometerse —contestó, con un tono que mezclaba picardía.

—Se dice detective para ti. Pero no caeré en tu juego. No iré —afirmé.

—Está bien, no vayas entonces —suspiró, aparentando un enfado fingido. Se levantó de la mesa, caminó hacia el marco de la cocina y, antes de desaparecer de mi vista, añadió— Menos mal que tengo una lista interminable de chicas que estarían encantadas de acompañarme. Probablemente morirían por la oportunidad —y sin más, se perdió escaleras arriba.

—¡WENDY OLSSON, VEN AQUÍ! —exclamé, persiguiéndola escaleras arriba con una sonrisa traviesa.

Ella se detuvo y se volvió hacia mí.

—¿Qué pasa, Julieta? —preguntó con una mezcla de curiosidad y diversión.

—TU SABES BIEN QUE PASA —casi grité, mostrando un ligero enfado.

—¿Entonces estás celosa de todas esas otras chicas que estarán deseando ir conmigo? —bromeó, arqueando una ceja con picardía.

—¡Claro que no! —exclamé con rapidez, cruzando los brazos sobre mi pecho y fingiendo indignación.

—Ajá, claro —respondió Wendy, descendiendo un escalón. Yo permanecía en el medio de la escalera, apoyada en la baranda.

—Eso dije —repliqué con una sonrisa.

—¿Por qué no mejor admites que estás celosa? —preguntó Wendy con una chispa traviesa en su voz, desafiándome con una sonrisa pícara.

—¿Celosa yo? ¡Ni en tus sueños! —respondí con una risita nerviosa, intentando mantener mi compostura frente a su mirada intensa y provocadora.

—Oh, vamos, Julieta. No tienes que ocultarlo. Es completamente normal estar celosa cuando se trata de mí —dijo con tono burlón, pero sus ojos brillaban con una chispa de diversión.

Mis mejillas se ruborizaron ligeramente ante su comentario, pero me negué a darle la satisfacción de admitirlo.

—¿Cuando se trata de ti? —pregunte con un toque de incredulidad— Dios, no puedes ser tan egocéntrica.

Amor Bajo Fuego  (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora