||#06: ¿Día especial? ||

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En este mundo existen corazones qué se rompen y que jamás se reparan, pero que de todas formas aprenden a latir de nuevo—MissingP

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En este mundo existen corazones qué se rompen y que jamás se reparan, pero que de todas formas aprenden a latir de nuevo—MissingP.

DEVON

Salgo de mi habitación haciendo el menor ruido posible, sinceramente no quiero verle la cara a ninguno de mis familiares, esos que por ahora debo seguir soportando. Hoy cumplí dieciocho años y en unos días podré mudarme por mi cuenta y no tendré que soportar a mi madre y a su perfecto esposo con su perfecto hijo, estoy podrido de todos ellos. Se siente como si me resfregaran en la cara la perfecta familia que son cada día que pasa. Soy el único defectuoso en está casa. No tengo las notas sobresalientes de Dashton, y mucho menos soy bueno en los deportes ni en nada, y todo se volvió peor desde que saben que soy gay. Soy basura para ellos, y sinceramente estoy comenzando a creer que no valgo la pena para nadie, aún cuando sé que es una tontería.

Eso no es cierto, lo sabes, eres muy bueno, hijo, cualquier cosa que te propongas podrás lograrla sin problema alguno —dijo dándome una sonrisa sincera y llena de cariño—, eres mi pequeño genio.

—Lo dices porque soy tu hijo, le dices lo mismo a Mila.

—Ustedes son mis dos tesoros, aún así no tomes mis palabras solo como las de tu padre, tómalas como las palabras de alguien que ha vivido muchas experiencias y ha conocido muchas personas increíbles.

—Mm, por ahora voy a creerte, papá.

Me detengo frente a la puerta de salida al sentir que ese recuerdo me golpea tanto que hasta se me han llenado los ojos de lágrimas, tomo aire y parpadeo ahuyentando mis lágrimas. Guardo mis manos temblorosas en los bolsillos de mi chaqueta al sentir que alguien se aproxima, cuando giro un hombre de traje y expresión monótona me observa con atención.

—¿Vas a salir?

Giro completamente y asiento, mi voz parece haber desaparecido. Suele pasarme cuando a mi mente se le da por traer el pasado en el que era feliz a mi realidad.

—Responde, tienes una boca —Su tono es exigente, y vaya que me fastidia mucho más cuando continúa hablando—. Estás bajo mi techo, al menos merezco respeto de tu parte.

—No te pedí tal sacrificio —escupo, mordaz—, y sí te molesta qué esté bajo tu techo, no te preocupes, no será por mucho.

—¿Y qué significa eso? —La voz fría de mamá me tensa, ella camina hasta donde estamos sin dejar de mirarme con seriedad—. Dime, Devon.

La mujer de ojos oscuros, cabello negro recogido en una cola de caballo alta y elegante, está frente a mí, al parecer ya a regresado de su viaje de negocios, a veces se marcha por semanas, normalmente no me deja ver su cara, así que estoy un poco sorprendido al verla, mucho más en este día.

—Me iré a vivir solo —aviso intentando mantener un tono seguro.

—¿Qué? —Su ceño fruncido me recuerda a esos días en los que me regañaba cuando era un niño—. Eres menor de edad, no puedes irte, así que deja de lado esa idea, además, aquí tienes todo lo necesario para vivir bien.

Cierro los ojos y siento como mis sienes duelen un poco, así que me las presiono y luego libero un poco de aire, mis ojos decepcionados se clavan en ella.

—Hoy terminaste de hacer pedazos tu título de madre conmigo, pensé que ya me había dolido suficiente qué te hayas olvidado de mi nacimiento por tres años seguidos —declaro, apretando mis dientes—, pero veo que esperar algo de ti es inútil, pensé que está vez recibiría un regalo de cumpleaños, señora Isabel, pero solo me diste otra decepción, no, mas bien, la última.

Ya no me tendría que doler, pero joder me siento hecho pedazos. Con una última mirada de decepción, dirigida a la mujer que me dio la vida, salgo de la gran mansión Tarver y cuando estoy a punto de encender mi motocicleta, veo a Dashton y Ashton bajar de sus autos, luego caminan juntos hacia la entrada, riéndose.

Ellos parecen hermanos. Me pregunto si nos hubiéramos llevado así de bien, hermanita. Hago una mueca de dolor cuando las sienes me duelen de nuevo, dejo de lado mi idea de marcharme cuando comienzo a marearme.

—¿Qué pasa, Devon? —Puedo ver que alguien se aproxima, pero mi visión es borrosa—. Ey, Devon, ¿Devon? ¡Cuidado!

Siento que mis piernas fallan, y cuando voy cayendo percibo qué alguien me sujeta con fuerza, las voces se vuelven un zumbido antes de que se apaguen completamente.

***

—Va a estar bien, solo déjenlo descansar por lo menos una hora más —dice una voz tranquila.

—Sí, gracias, doctor.

Quiero abrir los ojos, pero los siento demasiado pensados, es como si tuviera algo pesado sobre mis párpados.

—Mamá, él va a estar bien —Reconozco la voz de Dashton—, cuidaré de él, regresa a casa, no has descansado nada desde que volviste de tu viaje de negocios.

—No, me quedaré hasta que despierte…

—No te quiero aquí —digo, mi voz sale cansada—, vete, ya no tenemos nada que decirnos.

—Devon —Abro los ojos lentamente, puedo ver el rostro de Dashton, está sonriendo—, ¿te sientes bien?

—C-Claro qué estoy bien —digo e intento levantarme, pero él lo impide.

—Descansa un poco más, el doctor dijo que te desmayaste por estrés y que tienes una leve anemia —Hago una mueca—, debes alimentarte mejor, hermano.

—No somos hermanos —le recuerdo con el ceño fruncido, él suspira—, no tienen que quedarse, así que adiós.

—Quédate con él —Mis ojos se centran en Isabel—, y lamento haber olvidado que hoy es un día especial, hijo.

¿Día especial? No he tenido un día especial en estos últimos años, así que no puedo hacer más que sonreír con tristeza.

—No quiero una disculpa de tu parte —digo y mi voz adopta un tono lleno de frialdad—, no quiero nada de ti, y si crees que lo que dije fue solo por decirlo o porque estaba enojado, te equivocas, me iré y no volveré a verte nunca más, ya no hay razón para vernos de nuevo.

—Hijo…

—Dejé de ser tu hijo hace muchos años —digo y me siento en la camilla. Humedezco mis labios y sonrío sin emoción—, en el momento en el que ellos murieron, en ese momento me perdiste, nos perdiste a los tres.

Dashton nos mira sin comprender de qué estamos hablando, pero es normal, él no formaba parte de la vida que teníamos antes de que todo se fuera al carajo, bueno, la formaba de manera indirecta.

Los ojos de Isabel están llenos de lágrimas qué caen, pero no me importa, porque ella no estuvo cuando yo moría ahogado por el llanto, ella no estuvo cuando mi alma y mi corazón se hacían pedazos por echarles de menos. Ella no me sostuvo cuando me volví un desastre sin dirección, fue como si me hubiera dejado de considerar su hijo, fue como si sus emociones maternales se hubieran muerto el mismo día que papá y mi hermana murieron.

—No tienes que ser tan… mamá, espera, mamá.

Dashton sigue a la mujer que sale casi corriendo de la habitación de hospital, por mi lado tomo una profunda respiración y luego la libero lentamente.

—Sé que no estás feliz con mi decisión, papá —susurro mientras lloro—, pero no voy a perder el tiempo con personas que no lo merecen.

No me importa estar solo en el mundo, de alguna manera saldré adelante, no la necesito, de todos modos ella me ve como una carga desviada, y ahora yo no puedo verla más que como alguien que no quiero en mi vida.

MissingPages12.

I'm magnetic.©#2 [Saga Yo Soy] 🏳️‍🌈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora