Aroma a Canela y Menta. (Drarry Omegaverse)

Capítulo 1.

Carta dirigida a quien le interese mi historia:

Mi vida siempre fue una montaña rusa, repleta de altos y bajos. Desde que llegué a Hogwarts, enfrenté peligros innumerables, me vi envuelto en misterios oscuros y luché contra las fuerzas más tenebrosas que jamás hubiera imaginado. Pero ahora, después de la guerra que se llevó consigo tantas vidas y dejó cicatrices en todos nosotros, me encuentro en la etapa más extraña y, a la vez, emocionante de mi vida. Adivina qué, el protagonista de esta historia no es solo un Omega cualquiera; no, soy yo, Harry Potter, y mi compañero en esta nueva travesía es nada más y nada menos que Draco Malfoy, un Alpha. ¿Suena extraño? Bueno, te invito a que tomes asiento y leas, ya que me dispongo a relatar la increíble historia de nuestro último año en el castillo que es Hogwarts.

Puede que para algunos, la idea de que Harry Potter y Draco Malfoy compartan sus vidas sea un tanto inusual. Incluso lo era para mí al principio, considerando nuestro pasado lleno de rivalidades, desprecios y antipatía mutua. Pero, como suele suceder con los giros inesperados de la vida, las cosas cambian. La historia que voy a contarte es un testimonio de cómo las personas pueden transformarse, cómo las diferencias pueden superarse y cómo el destino, en ocasiones, se burla de tus expectativas para entregarte algo que nunca imaginaste.

Así que, siéntate, relájate y prepárate para adentrarte en una travesía que te llevará a través de los pasillos y aulas de Hogwarts, a los rincones más misteriosos del castillo y, por supuesto, a los recovecos de mi mente y mi corazón. Permíteme contarte la historia de cómo Draco Malfoy, mi Alpha, se convirtió en una parte fundamental de mi vida...

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-Apártate.- Espetó Draco mirando con desprecio a Harry.

El aula de Transformaciones zumbaba con la charla animada de estudiantes mientras Harry conversaba amenamente con Ron y Hermione. Los tres no se habían percatado de que estaban parados en el umbral de la puerta, absortos en su conversación, cuando una voz característica cortó el aire, enviando un escalofrío por la espalda de Harry.

Después de que Voldemort fuera derrotado, y los cuerpos sin vida de alumnos y profesores fueran llevados al Gran Comedor, Harry había intentado, en vano, suavizar las asperezas con Draco Malfoy. Había deseado comenzar su último año en Hogwarts con el pie derecho, buscando un nuevo comienzo después de tanta tragedia. Sin embargo, en lugar de una reconciliación, solo había obtenido indiferencia y palabras crueles de parte del rubio.

No obstante, una diferencia notoria se hacía palpable: a pesar de su hostilidad, Harry notaba que, al menos, no era objeto de burlas ni comentarios despectivos cada vez que se cruzaban en los pasillos. Draco simplemente lo pasaba por alto, como si no valiera la pena su atención.

Harry se apartó para darle espacio, sin decir una palabra y mirando hacia un lado. Draco siguió adelante, impactando su hombro contra el del León, antes de proseguir hasta su asiento. Allí le esperaba Blaise Zabini, que le saludó con una palmada en la espalda.