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❤ Omegaverse ❤
La vida de Harry Potter, el legendario héroe de Hogwarts, se ve repentinamente amenazada por un acosador implacable proveniente de Ravenclaw. Obsesionado con Harry, este estudiante pone en...
Y así concluye mi historia. Las últimas semanas de curso fueron las mejores de mi vida. Estuve rodeado constantemente de mis amigos y, por supuesto, del hombre que amo con todo mi ser. No puedo expresar con palabras lo agradecido que estoy por cada momento vivido, por cada risa compartida y por cada obstáculo superado.
Después de Hogwarts, Draco y yo decidimos seguir juntos este camino llamado vida. Y déjeme decirle que ha sido un viaje lleno de sorpresas, alegrías y, por supuesto, amor. Draco se convirtió en mi esposo, el compañero de vida con el que siempre soñé. Lo más hermoso de todo es nuestro pequeño milagro, nuestro hijo. Un niño precioso que ha iluminado nuestras vidas con su risa y su inocencia. Lo tratamos con todo el amor y cariño que dos personas pueden ofrecer. Es asombroso ver cómo Draco se transforma en un padre tierno y dedicado, y cada día me enamoro más de él al verlo interactuar con nuestro pequeño.
Confío en que estas líneas sirvan como fuente de inspiración y reflexión. Quisiera transmitirles la idea de que, aunque la vida nos presente desafíos y obstáculos, siempre hay un sendero distinto aguardando para ser explorado. Incluso en los momentos más oscuros, siempre existe la posibilidad de encaminarse hacia la luz y la paz, tanto en relación con uno mismo como en armonía con quienes nos rodean.
Dedicar unas últimas palabras tanto a Ron Weasley como Hermione Granger, por ofrecerme sus experiencias. Los tres hemos tenido nuestros propios desafíos personales y miedos que parecían insuperables, pero no hemos dudado en ningún momento de expresar nuestro valor con palabras o decisiones que cambiaron completamente nuestro rumbo. La magia de la amistad y el amor perdura, y siempre llevaré sus recuerdos en mi corazón.
Gracias por todo. Con cariño:
Harry Potter.
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-¡¡Cariño!! ¡¡Ven, corre!!-
Un repentino grito resonó desde el salón, captando la atención de Harry mientras estaba sentado. Intrigado, cerró la carta con cuidado y la guardó en un sobre, llevándola consigo mientras se dirigía hacia la fuente del sonido. Navegó por el pasillo de su hogar con rapidez y abrió la puerta de la habitación de su hijo, revelándose una escena encantadora y llena de ternura.
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Los ojos de Draco centelleaban de emoción mientras observaba cómo su pequeño daba sus primeros pasos independientes hacia él. Cautivado por la escena, el niño daba pasitos titubeantes, sus diminutos brazos extendidos hacia adelante en un gesto de determinación. La atención del pequeño no se apartaba del rostro del rubio, y su boquita entreabierta dejaba escapar balbuceos melodiosos, como si estuviera compartiendo un logro emocionante con su padre.
-Por Merlín...- Musitó Harry, a punto de derretirse mientras observaba cómo, finalmente, el pequeño Ominis alcanzaba a su padre y lo abrazaba. Caminó hasta ponerse a un lado de Draco y se agachó junto a él. -Crecen muy rápido...- Expresó con un tono nostálgico.
