La luz matutina se desplegó con una intensidad deslumbrante, filtrándose a través de cada una de las ventanas que embellecían el Castillo. Los pájaros trazaban su camino en una libertad envidiable, surcando el horizonte y desvaneciéndose en la vastedad del cielo. Las copas de los árboles se mecían en un danzar lento y rítmico, contribuyendo con una belleza sin igual a la escena.
En la serena calma de esa habitación, Harry yacía profundamente dormido, envuelto en los brazos reconfortantes de Draco. La noche anterior había sido abrumadora para ambos, dejándolos exhaustos y rendidos. El primero en despertar fue el rubio, quien contempló con atención y acarició con suavidad el cuerpo relajado del León. Sus labios rozaban la espalda y los hombros de Harry con ternura. La magia de la noche anterior había sido tan intensa para él que, durante unos efímeros instantes, creyó que su felicidad había alcanzado su cenit, siendo inalcanzable por cualquier otra experiencia.
Gracias a las caricias que Draco le prodigaba, Harry abrió lentamente los ojos, adaptándose a la suave iluminación que llenaba la habitación. Al intentar incorporarse, su cuerpo y los brazos de Draco lo retuvieron. Giró con parsimonia, observando con cierta perplejidad el rostro del rubio.
-Buenos días, Leoncito.- Saludó Draco con ternura, elevando su mano para acariciar la mejilla de Harry.
Los recuerdos de la noche pasada surcaron la mente de Harry, ametrallándolo con las escenas vividas y las frases que le dedicó a Draco. Se quedó petrificado, con un sonrojo que amenazaba con hacer explotar sus mejillas. Trató de ocultarse entre las sábanas, pero Draco lo impidió al alzarle el rostro y sellar la escena con un beso. Logró su cometido al relajar al León, tranquilizándolo con el juego de lenguas que compartían. Tras separarse, Draco acercó aún más sus cuerpos, quedando completamente fusionados y sosteniéndose con una mirada intensa.
Harry contemplaba el rostro del rubio con devoción, pero un atisbo de duda se apoderó de él. Desvió su mirada hacia abajo, sintiendo la curiosidad de descubrir qué motivó a Draco a buscarlo y, por ende, rescatarlo del Ravenclaw. -Draco...- Empezó a decir, pero el rubio lo detuvo con una respuesta anticipada.
-Sé que puede parecer algo que nunca hubiera hecho, considerando el historial que tengo, manchado con todo lo malo que te hice pasar...- Comenzó a decir Draco. Pronunciar esas palabras le causaba un dolor profundo en el alma. Había sido tan cruel con Harry que la carga de sus acciones lo acompañaría por siempre en su corazón. -Después de lo que ocurrió en el cobertizo, una parte de mí creía que podría sobrellevarlo bien y, bueno, darle punto final a lo nuestro...- Continuó, entrecerrando los ojos mientras una punzada de dolor le embargaba el pecho. -Pero cuantos más días pasaba sin verte, más desesperado y perdido me encontraba. Comprendí entonces que todas mis acciones fueron impulsadas por celos y rabia, el deseo de tenerte solo para mí, aunque en su momento me negaba a aceptarlo. Me enamoré de ti y necesitaba desesperadamente disculparme contigo, pero también pensaba que lo mejor era dejarte en paz. Creía que con mi lejanía podrías sanar y volver a ser feliz con otra persona...-
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Aroma a Canela y Menta. (Drarry Omegaverse)
Fanfiction⤏ LEER LA DESCRIPCIÓN ANTES DE CONTINUAR ⤎ ❤ Omegaverse ❤ La vida de Harry Potter, el legendario héroe de Hogwarts, se ve repentinamente amenazada por un acosador implacable proveniente de Ravenclaw. Obsesionado con Harry, este estudiante pone en...