Aroma a Canela y Menta. (Drarry Omegaverse)

Capítulo 20.

-¡¡Aparta tus asquerosas manos de mi!!- Gritó Harry una vez más. Estaba dejándose sus cuerdas vocales, y cada grito emergía más desgarrado.

Oliver aún permanecía encima de él. Le había arrancado toda la ropa a la fuerza, dejándolo solo los boxers que llevaba ese día. A pesar de la presencia del celo, el León estaba decidido a resistirse con las pocas fuerzas que le quedaban. Odiaba cada caricia que le propinaba el Ravenclaw, sintiéndose cada vez más asqueado. Con las manos, arañó con fuerza cada centímetro de piel expuesta de Oliver, intensificando la ira del chico y empeorando el trato que recibía.

Oliver se despojó de la túnica y la camiseta, dejando al descubierto su torso. -Deja de poner las cosas más difíciles. Si te portas bien, seré rápido.- Sugirió mientras volvía a sujetar el rostro de Harry con una mano y lamía su mejilla. Cada gesto de Oliver solo aumentaba la incomodidad y la resistencia de Harry, cuyos ojos reflejaban asco y miedo a la vez.

-¡¡Te voy a matar, lo juro!!- Gritó nuevamente el León. Se retorcía en el colchón con todas sus fuerzas. El lugar que solía ser su refugio se estaba transformando en un trauma, un espacio del cual ansiaba escapar. mordió su labio con fuerza, sintiendo la sangre brotar por la herida abierta. La frustración y la desesperación lo abrumaban, y las lágrimas volvieron con más fuerza que nunca.

-Me gustaría ver como lo intentas, Leoncito lindo.- Resonó una carcajada en la estancia.

Con rapidez, Oliver liberó sus feromonas, dejándolas expandirse hasta alcanzar a Harry. Sin embargo, este fue más rápido. Se tapó la boca y la nariz con una mano, apretando con fuerza. No iba a permitir que nada lo influenciara, incluso si eso significaba quedarse sin respiración.

-Bueno, así estarás calladito.- Dijo Oliver con burla en su voz. Bajo su mano, agarró el borde del bóxer de Harry y lo deslizó de un tirón, dejándolo completamente desnudo y a merced de él. Se relamió los labios con un gesto de satisfacción mientras se inclinaba hacia delante y volvía a besar y lamer cada trozo de piel que se le presentaba.

Por desgracia para Harry, su miembro parecía ajeno a la angustia que ocurría a su alrededor, ya que tenía una erección que pedía atención a gritos. Su cuerpo comenzó a liberar sus feromonas, inundando la estancia con ellas. ¿Por qué tenía que ser él la persona de la cual Oliver se obsesionó? ¿No podía simplemente buscar a alguien que le quisiera y correspondiera? No, tenía que hacerle la vida imposible a él. Su frustración e impotencia iban en aumento, rozando los límites de su propia existencia. -P-Por favor...- Suplicó una vez más dentro de su mano. -No hagas es-esto...- Sollozaba sin parar. Estaba claro que Oliver no le iba a hacer caso, pero no le quedaban más alternativas, y el tiempo corría en su contra.

La súplica del León pareció excitar aún más a Oliver, quien comenzó a restregarse contra su cuerpo. -¡Aahhg!- Gimió gravemente mientras continuaba con ese contacto -¡Dilo una vez más! ¡Suplícame que pare!- Sus ojos brillaban con una locura perturbadora, y su sonrisa infundía terror.

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Draco estaba a punto de alcanzar el quinto piso; apenas unos cuantos escalones lo separaban de su destino. La angustia se apoderaba de él al imaginar que alguien podría estar reteniendo a Harry en contra de su voluntad. Esta inquietante idea se intensificaba a medida que ascendía. Desesperadamente, ansiaba convencerse de que el León simplemente se había cansado del bullicio del comedor y había decidido retirarse para descansar, pero la certeza de que algo más oscuro estaba en juego lo atormentaba. Sabía que Harry no actuaría así; no se iría solo sin avisar a sus amigos.