Capítulo 16.

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-¡Bájame, por favor! ¡Es-Esto es muy vergonzoso!- Exclamó Ron mientras se revolvía como podía del agarre del Slytherin. Sus intentos de liberarse solo provocaban que Zabini lo abrazara con más firmeza, atrayéndolo hacia su propio cuerpo.

-Te bajaré cuando lleguemos al sitio que tengo preparado.- Aseguró Zabini con una sonrisa que difícilmente se la podía quitar. Se sentía como en una nube, y todo gracias al chico que portaba en sus brazos. Por fin, después de tanto tiempo, podía expresar libremente su amor sin el constante temor de ser descubiertos.

Aunque las expresiones perplejas de los estudiantes con los que se cruzaban eran dignas de un cuadro, a Blaise le importaba poco. Ron, por otro lado, ocultó su rostro avergonzado en el pecho de su pareja. La vergüenza que sentía era tan intensa que temía morir de pena en ese preciso momento.

Tras un extenso recorrido, finalmente alcanzaron el séptimo piso. Zabini continuó avanzando con Ron en sus brazos, y gradualmente, una imponente puerta empezó a materializarse en una de las paredes del pasillo, provocando que detuviera su paso.

-Hemos llegado.- Anunció Zabini. 

Ron alzó la mirada, revelando sus ojos por primera vez después de mantenerlos ocultos durante todo el trayecto. Observó la majestuosa puerta y el entorno, reconociendo de inmediato el lugar. -La Sala de los Menesteres...- Murmuró sorprendido. Su mirada se encontró con la de su novio, y Zabini inclinó su rostro, depositando un delicado beso en la frente de Ron. -¿Cuánto tiempo llevas planeando esto?- Preguntó curioso, permitiéndose disfrutar del beso.

-Uff...- Blaise suspiró de manera exagerada, dejando escapar un sonido que expresaba alivio y satisfacción. -Una eternidad...- Admitió con teatralidad. -Pero la espera ha merecido la pena.- Dejó que Ron se deslizara de sus brazos con gracia. Extendió una mano hacia adelante con elegancia. -¿Me haces los honores?- Preguntó con un toque de galantería.

Ron observó la mano extendida y, sin dudarlo, la tomó, entrelazando sus dedos con los de Blaise. -Haré los honores por el resto de mi vida.- Declaró sin titubear.

Con aquella respuesta, ambos giraron el pomo de la puerta y se adentraron en la estancia con asombro. Sus ojos quedaron prendados ante la visión de la hermosa habitación que se desplegaba ante ellos. Las paredes, revestidas de terciopelo rojo y verde oscuro, fusionaban la elegancia de Slytherin con la pasión de Gryffindor. La iluminación suave de lámparas flotantes arrojaba un resplandor íntimo sobre una mesa central elegantemente preparada con velas perfumadas. Un acogedor sofá de terciopelo en tonos combinados invitaba al confort, y una cama de matrimonio decorada con sábanas de seda, destacaba de entre todas las cosas. 

Ron quedó completamente cautivado por la asombrosa belleza que se desplegaba ante sus ojos. -Guau...Esto es increíble.- Murmuró, sumergiéndose en la maravilla que tenía ante él.

Aprovechando que su novio estaba distraído, Zabini se posicionó estratégicamente detrás de él, rodeando con sus brazos la cintura del pelirrojo. Apoyó su barbilla en el hombro de Ron, acercando sus labios a su oído con suavidad. -Tú si que eres increíble...- Susurró, dejando que el cálido aliento impactara delicadamente contra su mejilla.

Ron, ante ese gesto, experimentó una sensación electrizante. Giró su cuerpo por completo, deslizando sus brazos alrededor del cuello de Blaise. Alzó su rostro y fundió sus labios con los de él en un beso apasionado.

Entre el suave juego de besos y caricias, sus cuerpos danzaban por el espacio hasta encontrarse con la espléndida cama matrimonial que ocupaba el lugar. Las piernas de Ron se enredaron momentáneamente con el pie de la cama, provocando que ambos perdieran el equilibrio y terminaran cayendo sobre la suave superficie, con Blaise recostándose sobre Ron. Un breve momento de silencio se apoderó de la habitación. Sus ojos se encontraron, y se quedaron mirándose fijamente durante unos preciosos segundos, hasta que Zabini decidió acortar la distancia entre ellos una vez más. Con una destreza innegable, Blaise acomodó el cuerpo de Ron en el mullido colchón, colocándolo en el centro de la cama.

Aroma a Canela y Menta. (Drarry Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora