Capítulo uno

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Lunes 23 de enero de 2023

Iniciaban las clases y se sentía muy extraño.

Esos nervios por ser el primer día y las ansias de comenzar con un nuevo semestre lo hacen especial.

El caminar por los pasillos a las siete de la mañana, ver a los alumnos, algunos profesores, la mayoría emocionados, otros no tanto.

En general, todos íbamos con las expectativas altas de este nuevo comienzo.

Entré al salón con la ilusión de conocer a alguien con quien pudiera hacer amistad rápido, pero no fue así.

Todos eran desconocidos. Sí ubicaba a uno que otro chico, pero no era muy cercano a ellos.

Me estaba arrepintiendo de haber elegido un grupo diferente que al de mis amigos del semestre anterior.

En fin, acabó la primer clase y tocaba ir a laboratorio.

Por suerte allí ubicaba a más personas, pero aun así no era lo que esperaba.

La maestra organizó de forma aleatoria los equipos con los cuales trabajaríamos en todo el curso:

–¡Rodríguez Saúl!

–Aquí profesora.

–Equipo siete.

Me dirigía a la mesa del equipo y no hubo nada nuevo, los compañeros eran desconocidos para mí.

"Un momento... Este chico se me hace familiar. ¿Dónde lo he visto? ¿Dónde lo he visto?"

Era un chico alto, robusto, con cabello chino, su presencia imponía y, cómo no, pues si era un joven de 23 años.

No pude recordar quien era, pero era muy amigable y parecía ser amigo de todos. La mayoría lo saludaban:

–"Hola Lucas". "Que milagro Lucas". "¿Cómo has estado Lucas?".

¿Lucas? Con que ese era su nombre.

Quien diría que ese tal Lucas y yo llegaríamos a ser como "uña y mugre" en la universidad.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora