Capítulo cuatro

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Sábado 4 de marzo de 2023

Que cansado es viajar.

Me encanta hacerlo, pero aun así es agotador.

Después de mi partido de futbol tocaba ir a la casa de mi amiga Juli.

Eso de despertarse temprano e ir a jugar un partido de futbol el cual me queda a más de dos horas es una locura, pero no solo es por el futbol sino la convivencia que hay alrededor.

Recuerdan a Leo ¿cierto? Mi mejor amigo que conocí en la preparatoria.

Bueno, el me invitó a un equipo cerca de su casa en donde jugaban su hermano, su papá y amigos de ellos.

Fue a principios de año cuando me invitó y decidí aceptar por un par de razones.

Primero, porque dejando de lado la distancia ¿quién no quiere pasar el tiempo con su mejor amigo?

Segundo, los partidos serían los sábados en la mañana y no tenía ningún compromiso esos días.

Todos los sábados asistía y esta vez no era la excepción.

Acabando el partido me dirigía al metro en donde vería a mis amigos.

Después de ultimar muchos detalles días antes para asistir a la casa de Juli, por fin se lograría hacer.

Ya estábamos todos reunidos y nos dirigíamos a su casa que se encontraba a una hora de allí.

Me sentía muy adolorido del cuerpo, era lo único malo de jugar.

Llegamos y la casa de Juli no era una casa exactamente, era un departamento.

Su familia vivía en una unidad habitacional y era la primera vez que iba a un hogar así.

Parecía ser todo tan pequeño, la cocina, la sala, hasta los focos parecían pequeños, pero solo fue mi primer impresión.

–Hola mamá­–. Juli saludaba a su madre mientras nos hacía pasar.

–Hola señora buenas tardes­–. Le decíamos todos mientras le estrechábamos la mano.

Me sentía algo apenado por el atuendo que no iba de acuerdo con la ocasión. Llevaba puesto mi uniforme de futbol: tenis, calcetas, short, playera. Sin contar que olía a sudor, el desodorante ayudaba, pero no tanto.

Era una cuestión que le había comentado a Juli días antes y ella decía que no importaba, lo importante era que asistiera.

La razón por la cual estábamos allí era para que su madre pudiera conocer a las tres personas que se quedarían con su hija en el hotel y así estar segura del tipo de sujetos que éramos.

En los últimos días me había dado cuenta de que eran buenas personas los tres, que el cotorreo entre nosotros era lo mejor.

Obviamente lo que me había dicho Enrique en aquel inicio de semestre era mentira.

No se como le pude creer, pero entiéndame querido lector, es el primer día de clases, no ubico a nadie y luego el único chico que conozco me dice un chisme de los compañeros con los que voy a compartir cuarto en un hotel.

En fin, estaba muy feliz con mis amigos.

Lucas y yo diciendo bromas, y las chicas riéndose por todo, en especial Juli.

Es increíble que no hayamos matado de risa a la chica de pelo ondulado.

Pero Juli era algo más que solo una "risa bonita", pocas eran las veces que nos encontrábamos solos los dos, y el día del cumpleaños de Kenia tendríamos la primer plática de muchas.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora