Capítulo cinco

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Lunes 20 de febrero de 2023

Era el cumpleaños número diecinueve de Kenia.

Era una buena amiga y al parecer buena pareja para Lucas.

Acabando las clases teníamos planeado ir a comprar una pizza para celebrar.

–Si quieren Kenia y yo nos adelantamos y ustedes se quedan aquí en los pastos a poner la manta vale.

Lucas nos aconsejaba y a todos nos pareció buena idea.

En los pastos de la universidad sería donde comeríamos.

Juli todos los días traía una manta para que los cuatro nos recostáramos cuando queríamos platicar en las áreas verdes de la escuela.

El lugar donde vendían las pizzas no estaba tan lejos de la escuela, así que tuve tiempo para hablar con la chica de pelo ondulado.

–¿Y como te ha ido en el amor Saúl?

–Pues que te digo, no es como que haya mucho que contar en esa rama.

–No te creo, a ver ¿cuál fue el último amor que tuviste?

Esa pregunta me hizo soltar una pequeña risa.

–Ya tiene varios meses desde que tuve mi último amor.

Juli se sentó en la manta e hizo una señal para que me sentara frente a ella.

–Siéntate, me gustaría escuchar la historia.

Voltee para ver si había señal de Lucas y Kenia, pero nada, no me sentía tan cómodo como para hablar de lo que había sucedido con Luna.

Aun así, no vi nada de malo con hablar del tema con ella. No la conocía del todo, pero no me generaba nada de inseguridad.

Era muy buena escuchando.

Traté de resumirle lo que había pasado con la prima de mi mejor amiga y se notaba atenta a todo lo que decía.

Terminaba el relato y tomaba la palabra.

–Woow que historia, supongo que fue duro para ti, pero ¿ya la superaste?

–Pues se puede decir que si, no miento que a veces me acuerdo de lo que pasó, pero ya no tanto como antes. De hecho, escribí una historia en donde hablo a fondo de lo que viví.

–¿Cómo crees? Debes de mandármela, quiero leerla. Bueno si tú quieres claro.

Esa emoción que reflejaba era muy característico de ella, era alguien que sentía las emociones a flor de piel.

–Si está bien, por mí no hay problema.

–Gracias, cuando la lea te diré que me pareció.

–Perfecto.

Los dos sonreímos y nuestros amigos llegaban con la comida.

Se podría decir que a partir de ese día daba comienzo oficialmente nuestro grupo de amigos con los cuales viviríamos cosas que ni siquiera nos imaginaríamos.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora