Mi Bella Inquietud

Capítulo once

Viernes 17 de marzo de 2023

Salíamos a caminar por el pueblo y la gente se hacía presente.

Parecía ser un lugar bastante tranquilo. No había muchos carros, el cielo ya despejado, los faros alumbrando todas las calles.

Yo al igual que Juli llevábamos nuestras chanclas, nuestros tenis los habíamos dejado en la habitación para que se secaran.

Hablamos de lo que había pasado en nuestro día.

Si algo agradecía de que ella estuviera separada de nosotros era porque teníamos tema de conversación y una diferente perspectiva de lo que fue la granizada.

Fuimos a la farmacia y todo bien, encontramos la pomada que necesitamos.

Enfrente de ese lugar había un Oxxo, Juli y yo compramos un café para entrar en calor y regresábamos al hotel.

Todavía no salían nuestros amigos de la habitación, así que nos sentamos en las escaleras del hotel a seguir platicando.

Observábamos la vista que tenía el hotel, no era la gran cosa, pero la paz que se sentía lo hacía especial.

–Ya leí tu novela Saúl.

–¿Cómo?

–Tu historia con Luna, la leí.

Vaya, ya se me había olvidado que le había llamado la atención la historia.

–Y ¿qué te pareció?

–Me encantó, ¿en verdad todo lo que escribiste pasó en la vida real?

–Si, se puede decir que fue real. Faltaron algunas cosas, pero en esencia así pasó.

–Pero no sé, siento que mentiste en un punto.

–A caray, ¿en qué mentí?

–¿Nunca has tenido novia?

–Mmm pues no oficialmente. Pequeños romances que duraron dos o tres semanas, pero solo eso.

–No digas, ¿cómo un chico como tú no ha tenido novia? De verdad no puedo creerlo.

Esperen, creo que la indirecta es muy clara ¿o no?

Solo le di un sorbo al café y esperé a que Juli siguiera hablando.

–Es que cuando estaba leyendo decía "este chico es muy maduro para su edad" y no me la creo. La verdad si te mereces un amor bonito, no te vayas a conformar con menos, si te gusta alguien inténtalo y, si no te quieren, ellas son las que pierden, no tu.

Vaya, no era nuevo lo que ella me decía, muchos a mi alrededor me lo han dicho, pero ¿por qué cundo ella lo comentó se sintió diferente?

No se como explicarlo, pudo ser el hecho de que teníamos frio, estábamos tomando café, sentados en las escaleras muy pegados el uno al otro. Pero hablar con ella era sinónimo de tranquilidad, o bueno, así me sentía.

–Tienes razón, pero pues no sé, creo que el problema es que me fijo en las chicas equivocadas y en cambio hay otras que están cerca de mí con la que podría tener una bonita relación y yo no las pelo.

Tomé el vaso de café y se lo ofrecía. Sabía que estaba jugando con fuego.

–Y ¿por qué no le das una oportunidad a las que están cerca de ti? –. Le daba un sobo al café mientras sonreía.

No puede ser, llegábamos al clímax de la conversación.

En ese momento vino el recuerdo de Dalia a mi mente y no sabía que decir.

Querido lector, al momento de que vino el recuerdo de Dalia se me vino un dilema enorme.

"Que estás haciendo Saúl. Tienes que elegir, no puedes estar jugando, o eliges a Juli o eliges a Dalia".

Eso era lo correcto, no podía elegir a una de ellas y después, si las cosas no salían bien, intentar algo con la otra.

Inclinarme por Juli que me hacía sentir bien y en paz o inclinarme por Dalia con la que había sentido un flechazo que con ninguna otra había sentido.

Por dentro sabía cual era la decisión correcta y seguramente usted también sabrá qué era lo mejor.

No conocía a Dalia en nada, solo la vi una vez y escuchaba a Juli hablar de ella, pero solo eso. Aparte, tenía novio, que no es un tema menor.

Se que por lo mismo no podía inclinarme por ella, iba a tardar tiempo en que se dieran las cosas, si es que se daban.

Pero, qué tal si elijo a Juli y al momento de convivir con Dalia me arrepiento de mi decisión.

Obviamente no podía pasar eso.

Iba a ser un volado al aire, quería a conocer a Dalia más a fondo con esperanzas de que el destino por fin me sonriera siquiera una vez.

Solo puedo decir que el ir por el camino de Dalia sería una montaña rusa de emociones de la cual bajarme no sería opción.