Capítulo trece

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Sábado 18 de marzo de 2023

Volvían a sonar las alarmas de todos.

Que rico era dormir.

No quería levantarme, la cama era cómoda, estaban calientitas la sabanas, me había desvelado, en fin, muchas las razones para no levantarme.

Uno a uno mis amigos se levantaron y yo en la cama, esperando hasta el último minuto para alistarme.

Después de una insistencia de Lucas para que ya dejara la cama, volvía de nuevo.

–¿Cómo te sientes Kenia? Ayer no te veías muy bien.

–Pues un poco cruda, pero bien. Ya lista para regresarme.

Les pregunte a Lucas y Juli lo mismo y ellos solo se sentían soñolientos, ya después se les pasaría.

Nos alistamos bien los cuatro y todas las cosas que habíamos traído estaban de vuelta en su maleta.

Estando ya en el lobby el rostro de muchos de nuestros compañeros no se notaba del todo bien. Algunos desvelados, otros crudos, otros cansados.

Después de esperar a los profesores y a los autobuses partíamos de nuevo a nuestra escuela.

Nos volvíamos a sentar de la misma forma en la que habíamos llegado: Juli junto a mi y Lucas con Kenia en la parte trasera.

–¿Ayer como a qué hora nos metimos Saúl?

–Como a las dos más o menos, si nos pasamos un poco.

–Pero estuvo bueno ¿o no?

–Bueno eso sí.

Eso de las desveladas no era como que les tuviera cariño, pero vaya que valió la pena.

Viernes 17 de marzo de 2023

Que deliciosa era el agua caliente

Después de una granizada, estar casi todo el día con la ropa mojada y aparte estar a la intemperie por mucho tiempo, el agua caliente era un lujo.

–¿Entonces cuál es el plan? –. Les decía a mis amigos mientras me salía de bañar.

–Pues primero hay que ir a comer. Hay que salir a ver a donde.

Buena idea, solo tenía que acabar de alistarme y salir a caminar de nuevo.

Me quedo mucho con el recuerdo de lo que pasó después de la comida.

Caminamos por el centro del pueblito, la luces, las artesanías, la música, un reloj enorme en las áreas verdes, todo muy bonito.

Después de la caminata y de las fotos y videos, pasaríamos a tomar un café.

Cada uno pidió una bebida diferente y la plática seguía y seguía.

–Esperen tantito que me está marcando Poncho– decía Lucas mientras veía su celular.

–Qué onda Poncho ¿Qué pasó? ... Estamos en una cafetería en el centro ... Esta enfrente de las oficinas ... Bueno aquí te esperamos ya mero nos vamos.

Colgaba el teléfono.

–Era Poncho, que viene para acá.

Poncho era un compañero de la escuela, se podría decir que era un amigo en común de los cuatro.

Pocas eran las ocasiones que yo le hablaba, las que tenían más comunicación con el era Kenia y Juli ya que eran compañeros de laboratorio.

No era como que su compañía me incomodara, parecía ser buen sujeto.

Eso hasta que el tiempo haría ver la realidad.

Pero bueno, acabábamos nuestro café y llegaba Poncho con gran ánimo.

Nos saludó a todos y nos dirigíamos de nuevo al hotel.

–Oye Lucas, ¿no quieren ir al bar que está al lado del hotel? – decía Poncho mientras caminábamos.

–Mmm no sé, depende de lo que digan ellos.

La verdad yo estaba un poco cansado, pero no estaba cerrado a la idea.

–Anímense chicos, varios del salón están allá y dicen que está chido.

Me encontraba hablando con Juli y vi en su mirada que no estaba tan convencida con la propuesta de su compañero de laboratorio.

–¿Qué dices amor, vamos? – le decía Lucas a su novia.

–Si, me gusta la idea. ¿Ustedes que dicen?

–Pues si ustedes van yo también.

Juli era la única que faltaba en decidir, pero terminó aceptando.

El bar estaba bonito, la decoración, las luces, la música.

En fin, fueron casi cuatro horas estando en el bar.

Cantamos, hablamos, reímos.

Éramos como 15 compañeros siendo felices a altas horas de la noche.

Bien es cierto eso que dicen que cuando te sientes bien contigo mismo, vibras y conectas realmente con las personas a tu alrededor.

No necesitas ningún escape y ninguna droga para llenar ese vacío.

Elevar el autoestima, aceptarse tal y como somos y mejorar día a día para ser mejores personas, eran cuestiones que en un marco muy general te daba como resultado la felicidad.

Mi vida marchaba perfectamente así, hasta que se llegaba a tocar el tema del amor.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora