Capítulo catorce

36 8 0
                                    

Sábado 18 de marzo de 2023

Las desveladas a los dieciocho si que afectan, o bueno, en lo personal si me afectan.

Cerrar los ojos y dormir era lo único que quería.

–Me voy a dormir un rato Juli porque no aguanto ni mi alma.

–Está bien Saúl, pero espera, aquí en mi mochila traigo algo para los dos.

Juli sacaba de ella un cobija verde que parecía ser bastante calientita.

Mi amiga era una persona muy atenta, en especial con nosotros tres.

–Muchas gracias Juli.

Nos tapamos los dos y cerraba mis ojos.

Me estaba quedando dormido hasta que sentí un reposo que no era del asiento.

Se sentía un hombro cómodo, suave.

Se hubiese malinterpretado la situación si me hubiese recargado en Juli despierto, pero al parecer ella pensaba que estaba dormido por eso no me dijo nada.

Que bien se sentía estar tan cerca de la chica de pelo ondulado, nunca habíamos estado tan cerca.

El olerla, el sentir su pelo, su presencia me daba paz.

–Abrázalo, abrázalo.

Lucas en la parte de atrás le susurraba a Juli que no dejara ir la oportunidad.

–Shhh que lo vas a despertar.

Fue un reto para mi fingir que estaba dormido, yo quería sonreír y seguir el juego, pero quería estar tranquilo por un momento.

Llegábamos a un lugar lleno de baches y arruinaba poco a poco mi contacto con Juli.

Ya estaba dispuesto a despertarme hasta que sentí una mano en mi cabeza. La mano sueve de Juli dirigía mi cabeza a su hombro.

Me puse a pensar "de verdad ¿tanto quiere que no me despierte que hasta me sujeta la cabeza para que siga descansando?"

Es un detalle que a usted querido lector seguramente no le tome importancia, que solo es algo que cualquier amiga haría, pero creo que no es muy común eso.

El hecho de que el día de ayer tuvimos una plática en donde según yo había indirectas de por medio, tanto ella como yo disfrutábamos de este contacto físico que nunca habíamos tenido.

Llegué a tal punto de estar tan incómodo con mi posición en la que estaba porque los baches así me habían dejado, y aun así no quería moverme ni en lo más mínimo. Mi cuello estaba todo torcido, pero no quería romper con ese momento.

En fin, querido lector, pasaron los días y la amistad con los cuatro iba creciendo a partir de esa salida.

Obviamente Lucas y Kenia seguían haciendo bromas sobre Juli y yo, pero no quedaba más que sonrojarme y reír un poco.

Juli siempre era la que acababa con ese cotorreo al decir que me incomodaban.

No me sentía incómodo, me gustaba bromear mucho con Lucas y lo tomaba así, como puro cotorreo.

Claro que mi decisión estaba tomada, no podía echarme para atrás ahora que pasaban los días.

Solo tenía que aguantar hasta que volviera a ver a Dalia para saber si había hecho una buena elección.

Pensé que pasaría mucho tiempo para volver a ver a la chica con nombre de flor, pero ese destino quería acelerar un poco los planes.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora