Capítulo seis

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Sábado 4 de marzo de 2023

La casa de Juli parecía ser acogedora. La señora se encontraba ultimando los detalles para la comida y de repente algo me causó curiosidad.

–Juli ¿y esos libros que están ahí de que son? – le preguntaba señalando el librero.

–Son de nuestra religión.

Vaya, todo cobraba sentido.

Los libros si daban aspecto de ser de índole religioso.

Ahora que lo recuerdo, un día en la escuela Juli ya nos había comentado de la religión a la que pertenecía.

Yo no tenía problema con eso, siempre he sido de mente abierta.

Pero en un futuro sí que sería una gran barrera.

Llegaba la hora de comer y todos procedimos a sentarnos.

–Juli háblale a tu hermana para que venga a comer.

Ella se levantó y entró a una habitación.

Salió poco después.

–Está durmiendo ma.

La situación me parecía ya algo conocida.

–No importa, despiértala porque no ha comido.

Juli volvió a entrar a la habitación.

–Dice que no quiere comer, que ya al rato se calienta.

–Ay esa niña...

La señora nos había servido ya nuestro plato de pozole y empezábamos a comer.

La dinámica que había en la mesa era buena, la madre de Juli preguntándonos cosas generales como en dónde vivíamos, cuánto nos hacíamos a la escuela, cómo íbamos en las clases.

–Hija vele a hablar a Dalia, tiene que comer–. La madre parecía insistente.

Juli fue al cuarto, pero regresaba con la misma respuesta.

Al parecer su hermana lo que no quería era interactuar con nosotros.

Bueno, no importaba. Ni que me fuera a gustar mucho ¿o sí?

Me encontraba hablando sobre el juego que había tenido en la mañana, cuando escucho la puerta de una habitación abrirse.

Al parecer esa tal Dalia se había animado a convivir.

Y aquí quiero comentar algo.

En el último año no había estado flechado en el amor. Me encontraba enfocado en mí, en estar trabajando mi autoestima y pulir ciertas cosas.

Claro que me gustaban de vista una que otra joven, pero solo eso.

Y retomo esto porque no sé qué era lo que tenía esa chica.

¿Su rostro? Era hermosa pero no.

¿Su voz? Era cautivadora pero tampoco

¿La forma en la que sonreía? Nooo.

Entonces ¿QUÉ ERA?

Muchas personas dicen que si eres un buen observador necesitas solo treinta segundos para predecir como es la esencia de la persona.

A mí me pasaba eso, no necesitaba más de ese tiempo para saber la personalidad de la gente. No era para saber toda su vida, pero si su esencia.

No dejaba de observarla, de analizarla, así me la pasé toda la comida y nunca pude saber cuál era su esencia.

Y vaya que me costó bastante saber qué era lo que me hacía estar tan obsesionado a ella.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora