Capítulo tres

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Martes 14 de febrero de 2023

Tres semanas han pasado del semestre y no hay mucho que decir.

Los profesores dando sus clases, repartiendo temas para exposición, programando exámenes, dejando tarea.

Lucas y yo poco a poco íbamos siendo más unidos y, con ello, su novia Kat y Juli también.

Todavía en mi mente estaba el hecho de que ellos tres habían estado juntos, pero no me generaba ninguna incomodidad.

Lo que los demás hagan o no hagan es cosa de ellos, y hasta el momento no habían hecho algo conmigo para que me hicieran sentir incómodo o molestarme. Me gustaba pasar tiempo con ellos.

Como habrán visto en la fecha, este día es día de San Valentín.

Día en el que todas las parejitas regalan chocolates, flores, peluches.

Día en el que los chicos se les declaran a sus amadas y en donde el veinte por ciento de ellos tienen éxito.

Día en el que los moteles están a tope.

Bueno, hoy era ese día.

A mi no me molesta ver que las parejitas se regales cosas, es más, me pone feliz. Pero el hecho de que el día de hoy regalan las flores más hermosas y al día siguiente le son infieles a su novia con una de sus amigas, eso es lo que ya no me cuadra.

Pero bueno, era algo que yo nunca he experimentado.

Se me hacía un día común, tomar clases, pasar tiempo con Lucas y las chicas.

Por cierto, Kenia le regaló una caja de chocolates y un peluche de perrito.

Mientras que Lucas le había regalado un rosa hermosa que estaba dentro de una bola de cristal llena de agua.

La parejita del grupito de amigos eran los más felices.

Juli y yo éramos los solteros y obvio mis amigos no dejarían pasar la oportunidad.

Acababan las clases y partíamos hacía la salida, vimos que en un edificio de la universidad estaban haciendo bodas gratis.

–Amor vamos a casarnos ¿Sí? –. Kenia se dirigía a Lucas.

–Mmm no lo sé amor.

–Ándale Lucas, vayan–. Decía Juli igual de emocionada.

–Esta bien, pero si tu y Saúl también se casan.

A mi luego luego me dio risa, pero al verlos ninguno de ellos se reía.

–Oye si, que sea una boda doble­–. Kenia sonreía.

Veía a Juli y no decía nada, solo se sonrojaba.

¡Un momento! No sé si era mi ego alto o ¿a la chica de pelo ondulado le gustaba?

–No chicos, ustedes nada más cásense­–. Les decía con un tono apenado.

–O bueno, nada más dense un beso aquí y ya.

–No manches Kenia.

–Córrele Saúl bésala.

Volteaba a ver a Juli y más roja no podía estar, veía a Lucas y al parecer también quería que nos besáramos.

Juli era una gran chica, de verdad lo digo. Era atenta con nosotros tres, se reía de todo, era muy bonita, pero no sentía ese gran clic que me hiciera pensar en ella todo el tiempo.

Llevábamos poco tiempo de conocernos y aparte todavía tenía en mente lo que me había dicho Enrique.

El momento de tensión lo rompió Juli.

–Ya Kenia, lo estas incomodando.

En fin, Lucas y Kenia tuvieron su boda en la universidad y yo me quedaba con la sensación de que le gustaba a Juli.

No cerraba las puertas a seguir conociéndola y que en un futuro se pudieran dar las cosas poco a poco.

Pero a mis planes tendría que entrar la chica con nombre de flor que, para bien o para mal, marcaría una etapa en mi vida.

Mi Bella InquietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora