Riku tenía múltiples cortes en su cuerpo, desde su rostro hasta sus brazos, y todos estaban abiertos. Solo la plata podía frenar de esa manera la rápida curación de los seres mágicos. Pasé saliva al verle en aquel estado, el mundo parado para mí en aquel momento. Sólo existíamos Riku y yo, el caos de la plaza había quedado en segundo plano.
Antes incluso de que pudiera decir nada, Riku comenzó a regañarme:
—¡¿Es que te has vuelto loca?! ¡Te dije que no dejaras que ver a Xaldin te afectase! —Exclamó mientras tiraba de mí para que nos pusiéramos en marcha.
—¡No le he disparado a él! ¡Sólo quería mandar un mensaje! —Me excusé.
—¡Me da igual! Debiste ceñirte al plan —gruñó sin dejar de correr. Al fijarme en ese movimiento me di cuenta de que Riku tenía una leve cojera.
—¿Y los cazadores? El humano al que salvaste me dijo que te estaban persiguiendo, y Sora que te había visto pelear con una —pregunté, pese a que estaba herido, Riku estaba a mi lado, y eso me aliviaba en gran medida.
—Maté a esa y a dos más. ¿Vosotros? —Contestó.
—Con los que despacharon Terra y Sora, hacemos tres también —informé.
Eso nos dejaba con seis cazadores más siguiéndonos.
Fue entonces que un destello a mi derecha captó mi atención. Frené en seco y saqué el arco, apuntando y disparando sin pensarlo dos veces. Eché a correr de nuevo tras Riku tan pronto como escuché un grito a lo lejos. Mi flecha había sido certera.
—Quedan cinco —comenté fríamente.
Si no supiese que caeríamos por nuestro propio peso, habría cogido a Riku en brazos y habría echado a volar, pero el vampiro era demasiado pesado como para que pudiera levantarnos a ambos en el aire. Mis alas no eran tan fuertes, al menos, no de momento. Quizá en un futuro lograse cargar con el vampiro.
Tras unos cinco minutos corriendo, un cazador se lanzó sobre Riku, logrando clavarle una daga en el brazo izquierdo. Aun así, el vampiro sacó rápidamente su pistola y le disparó a su atacante en la cabeza, matándolo al instante antes de que yo pudiera siquiera reaccionar ante la situación.
Solo quedaban cuatro cazadores, pero tenía un mal presentimiento.
Aullé de dolor cuando, unos metros más adelante, una daga se clavó en mi gemelo derecho. Caí al suelo y alguien tiró de mí, arrastrándome por la tierra del bosque.
—¡Riku! —grité mientras que el vampiro giraba y se lanzaba sobre mi captor.
Me liberé al mismo tiempo en que Riku cortaba la garganta del cazador que me había atacado. Era un chico rubio y alto, de ojos dorados. Ahora solo quedaban tres, pero mi pierna había sufrido daños. Saqué la daga de mi carne y pronto Riku acudió a mi lado, cortando la manga de mi camiseta para enrollarla alrededor de mi pierna y parar el sangrado.
Una vez que la improvisada venda quedó bien ajustada, Riku me ayudó a levantarme, pero tan pronto como echamos a andar, tres nuevos cazadores aparecieron en nuestro campo de visión. El anterior cazador había sido un sacrificio para poder atraparnos.
Me fijé en nuestros nuevos oponentes; el de la derecha tenía la cabeza rapada, el del centro, que supuse que era el líder de aquel trío, era alto y corpulento, y su cabello era corto y negro, y la última, que presentaba una cicatriz en su mejilla, tenía el pelo castaño y largo, recogido en una coleta. Los tres tenían los ojos dorados, al igual que una sonrisa cínica en sus semblantes.
—Dereck... siempre fuiste el más rastrero de todos —habló Riku, mirando al vampiro del centro.
—¿Qué quieres que te diga? El fin justifica los medios —comentó, acercándose hasta mí —. Menuda suerte, la chica de Lord Xaldin, ¿así que la tenías tú?
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The Secret Of The Elf Blood {Riku from Kingdom Hearts}
FantasyUna decisión lo puede cambiar todo. Todo cambió el día en el que los vampiros se alzaron como soberanos de nuestro reino. Los humanos se vieron envueltos en una guerra que no era suya, una guerra en la que elfos, demonios, vampiros, sirenas y demá...