Fue peor de lo que pude imaginar. Lord Xaldin decidió que sería divertido añadir a una chica más a la fiesta. No lo fue, al menos no para mí. Una vez que el moreno nos lo permitió, tanto la vampira como yo abandonamos su habitación.
—¿Quieres un café? —Ofrecí a la chica de cabello corto y negro. Era casi mediodía, pero para nosotras el día acababa de empezar.
—Sí, no estaría mal —aceptó con voz amable.
No me explicaba cómo era posible que sus ojos no fueran dorados. Todos los vampiros tenían los ojos así, sin excepción, pero ella... Pese a que la curiosidad me estaba matando, decidí que lo mejor sería mantener la boca cerrada y no hacer preguntas, tal y como había hecho durante toda mi vida. Si alguien quería hablarme, yo escucharía, pero jamás haría preguntas. Mary me educó así, y no iría en contra de sus enseñanzas, al menos no con vampiros.
Y así fue, preparé la bebida y la chica y yo la tomamos en silencio en la cocina. Me sentía un poco violenta en aquella situación, es decir, habíamos pasado toda la noche explorando el cuerpo de la otra, así como Lord Xaldin nos había tocado a nosotras, y ahora estábamos ahí, sentadas una enfrente de la otra tomando un café casualmente, como si la noche anterior jamás hubiera pasado.
Quería, no, necesitaba salir de ahí, a cada segundo que pasaba peor me sentía y más preguntas se agolpaban en mi cabeza. ¿Cuántos años tendría? ¿Cómo se llamaba? Era difícil saber la edad de un vampiro ya que generalmente alcanzaban su apariencia adulta y se quedaban así hasta el fin de sus días, que tardaba mucho, pero que mucho tiempo en llegar.
Al principio los humanos pensamos que los vampiros eran inmortales, pero poco a poco el tiempo nos demostró que no era así. Si bien era cierto que tenían una vida muchísimo más larga que la de un humano, llegaba un momento en el que se veían obligados a suicidarse o dejar que su cuerpo se fuera quebrando y cayendo a pedazos, como si de una vasija de porcelana se tratara. Jamás había visto a un vampiro en aquel estado, aunque sinceramente tampoco me atraía demasiado la idea.
—¿Cómo te llamas? —La calmada y amable voz de la chica me sacó de mis pensamientos.
—Ellia —respondí escuetamente, evitando mirarla a los ojos y centrando mi atención en mi café; apenas quedaba.
—Es un bonito nombre —halagó ella, yo asentí, cohibida —. Yo me llamo Xion —se presentó.
—Encantada —susurré para luego apurar mi bebida y levantarme —. No sé en qué habréis quedado el Lord y tú, pero por mí puedes quedarte el tiempo que quieras —a fin de cuentas, ese no era del todo mi hogar.
—Aprecio tu hospitalidad, pero tu Lord solo pagó para que pasara la noche aquí, y tengo más clientes que atender —explicó, dejando su taza en el fregadero, tratándome como si fuera una igual a ella.
—No se supone que hagas eso —la regañé, yo estaba ahí para servir a todo vampiro que entrase en esa casa.
—Tengo manos que son iguales a las tuyas —replicó ella —, además, me sabe mal que alguien quite algo que yo misma he ocupado.
—Pero... —comencé.
—Sé que estás aquí para eso, pero simplemente no me gusta, ¿vale? —Me cortó ella —. Yo no soy tu Lord ni nadie importante de la comunidad vampírica, así que para mí estás al mismo nivel que yo. Ni más abajo, ni más arriba —me sonrió cálidamente, pero yo no sabía cómo tomarme exactamente sus palabras.
Sentía que quería hacerme sentir bien, pero ella era una prostituta... No, ella era más que eso, Xion era una vampira, un miembro de la raza superior y gobernante... Al final, le sonreí de vuelta y la acompañé hasta la puerta.
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The Secret Of The Elf Blood {Riku from Kingdom Hearts}
FantasyUna decisión lo puede cambiar todo. Todo cambió el día en el que los vampiros se alzaron como soberanos de nuestro reino. Los humanos se vieron envueltos en una guerra que no era suya, una guerra en la que elfos, demonios, vampiros, sirenas y demá...