Capítulo 29

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—¿Todo? —Riku alzó una ceja, yo asentí con la cabeza, sin dejar de observar sus orbes dorados.

—Yo... Tú... Es decir, nosotros... —me había quedado en blanco de golpe.

Riku dejó la improvisada venda a un lado y cubrió mis manos con las suyas, despacio, pasando sus pulgares lentamente sobre la piel. Respiré hondo, mirando nuestras manos, y continué tras ordenar un poco mi cabeza:

—Todo lo que siento por ti, y me he estado guardando —contesté, alzando la mirada.

Los ojos de Riku se abrieron un poco al escucharme decir aquellas palabras. En vista de su silencio, proseguí:

—Me gustas mucho, Riku. Muchísimo. Has sido todo para mí en estas semanas, me has descubierto muchas cosas, me has apoyado en todas mis decisiones, ya fueran buenas o perjudiciales para mí; me has enseñado a defenderme del mundo, de todo y todos aquellos que buscan hacerme daño, pero sobre todo has estado a mi lado en todos los momentos horribles por los que he pasado, quedándote incluso cuando yo no quería admitir que te necesitaba.

El vampiro me miraba atento, con una sonrisa de ternura en la cara. Sentía las mejillas ardiendo, y aparté la mirada tan pronto como su mirada buscó la mía. Riku apartó una de sus manos de las mías y atrapó mi mentón, haciéndome alzar la cabeza.

—Desde el primer momento en que te vi, algo revivió dentro de mí, Ellia —admitió —. A veces eras un complicado rompecabezas, y el no saber a ciencia cierta qué eras aparte de humana no hacía más que confundirme, pero cada vez que eso pasaba, más atraído hacia ti me sentía.

Sonreí al escucharle decir aquellas palabras.

—Tuve tanto miedo de perderte... eres todo para mí, Riku —mis ojos se habían llenado de lágrimas.

—Y tú para mí, pajarita —la comisura derecha del labio de Riku se alzó, dibujando una irresistible sonrisa de medio lado en el rostro del vampiro.

Nos miramos a los ojos por unos instantes, hasta que una pequeña risa escapó de mis labios. Si era sincera, no terminaba de creer que Riku me correspondiera, pero aquello estaba pasando, así como los besos que nos habíamos dado en los días pasados, que sí resultaron ser de amor sincero y real.

—Gracias por rescatarme aquella noche, Riku —le dije.

—Gracias a ti por querer quedarte con nosotros, no sé qué habría hecho si hubieras decidido ir a las colonias humanas —admitió mientras que yo me quitaba las mallas y me ponía el pantalón corto que me había traído.

Por alguna razón que desconocía, no me sentía incómoda al cambiarme delante del vampiro. Al final, lo achaqué al momento que acabábamos de tener, y también a que, a fin de cuentas, le estaba facilitando el acceso a la herida para que pudiera curarla.

—¿No te agobia ni sientes la necesidad de beber más sangre? —Riku negó, ahora que le veía con los ojos dorados miles de preguntas rondaban por mi cabeza.

—De momento no, pero lo que sí voy a pedirte es que te quedes esta noche aquí, conmigo —solicitó, pasando una toalla húmeda por la zona. Siseé de dolor.

—No tengo problema con ello. Riku, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Las que quieras —el vampiro sonreía divertido, sabía que mi mente no paraba, incluso con el muro levantado él lo sabía.

—¿Hay posibilidad de que sufras una especie de síndrome de abstinencia? —Riku me miró a los ojos por unos segundos, y luego devolvió la mirada a la herida.

—No estoy seguro, pero espero que no —respondió, yo asentí con la cabeza.

—En el caso de que lo tengas, ¿qué debo hacer? —Me miró de nuevo al cabo de unos instantes, con la ceja alzada, como diciendo "¿acaso no lo sabes?"

The Secret Of The Elf Blood {Riku from Kingdom Hearts}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora