Capítulo 9

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Me aterré de mí misma tan pronto como aquel pensamiento se formó en mi mente. Yo jamás había pensado de esa manera, jamás había sido una persona sanguinaria o violenta, pero la venganza bullía con fuerza en mi sangre en aquel momento, llevando a mi mente a dar forma a aquel tipo de maquinaciones.

—Bzzzz, bzzzz —llamó Riku mi atención —. Apenas hablas, pero tu cabeza pocas veces descansa —comentó él.

—Mi educación nunca se basó en hablar, mucho menos en hacer preguntas —él había compartido conmigo aquel maravilloso lugar; era justo que yo compartiera algo como eso a cambio —. Además, tú mejor que nadie deberías saber cómo nos moldean los Lores y los vampiros con dinero a los que servimos —repliqué.

—Y lo sé, de hecho, tú eres de las que más ha hablado estando aquí —admitió, sonaba como si me acabara de contar un secreto de estado.

—¿En serio? —Pregunté, incrédula. Todo este tiempo me había hecho sentir como si fuera muda o demasiado cohibida. Riku asintió.

—Ha habido chicas que incluso no han mediado palabra, y no hablo de aquellas a las que les cortan la lengua de niñas —ah sí, otro fetiche de algunos vampiros.

Había escuchado rumores de que algunos dueños de humanas les arrancaban incluso los dientes a las pobres chicas, los Dioses sabían con qué fin.

—A veces ves cosas demasiado horribles, y otras esas cosas te las terminan haciendo a ti —hablaba con conocimiento de causa, solo había visto a Lord Xaldin comerse un bebé una vez, y esa grotesca escena quedaría de por vida grabada en mis más oscuras y horribles pesadillas.

Se me revolvía el estómago de solo pensarlo.

—He tenido el "placer" de ver algunas —comentó, haciendo comillas.

—Entonces puedes hacerte a la idea del nivel de trauma que puede desarrollar una mente tan débil y maltratada como la nuestra —me incluía, por supuesto que lo hacía.

Se hizo el silencio entre nosotros, pero mi mente no paraba. Aun así, e incluso si la escuchaba, Riku no mencionó la vibración que debía de estar emitiendo, y, si era sincera, lo agradecía.

No dejé de replantearme las cosas en toda la tarde, por un lado, y barajando la posibilidad de que yo no fuera humana del todo, era posible que debido a eso no terminase de encajar en las colonias, así que, ¿para qué ir allí? Por otro lado, y si les hacía caso a los pensamientos generados por mi sed de vengar la muerte de Mary, todo me empujaba a formar parte de aquella resistencia que Riku lideraba.

La noche cayó de nuevo, Riku y yo cenamos tranquilamente y después de eso nos fuimos cada cual a su habitación. No hablamos mucho el tiempo que estuvimos juntos, ya que por mi parte estaba demasiado sumida en mis pensamientos y por la suya... supuse que simplemente quería dejarme en paz, ya que seguramente escuchaba ese zumbido salir de mí constantemente. Riku era inteligente, seguramente sabía que algo importante me rondaba por la cabeza, algo en lo que debía pensar con detenimiento y fríamente.

Me costó conciliar el sueño aquella noche, y pese a que no dejaba de pensar en ello, no logré llegar a una conclusión clara. Siempre estaba la duda, esa probabilidad de que no fuera humana completamente, y eso me empujaba a no querer formar partes de las colonias. Si a eso le sumabas lo del tema de mi venganza el asunto solo se complicaba cada vez más.

A la mañana siguiente desperté por los rayos del sol que se filtraban entre las cortinas, así que me levanté y bajé a la cocina, donde mi desayuno estaba servido junto a una nota. Leí el papel, era un mensaje de Riku:

"Espero que te guste el desayuno. Voy a estar entrenando en el gimnasio de la casa, si quieres venir solo tienes que abrir la puerta que hay bajo las escaleras que llevan a la segunda planta y bajar, no tiene pérdida."

The Secret Of The Elf Blood {Riku from Kingdom Hearts}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora