Capítulo 12

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Poco a poco aquella aura asesina de Riku se fue retrayendo, y poco a poco logró también amansar un poco a Roxas. El rubio seguía pareciendo reacio a que me incorporase al grupo, pero al menos ahora no se mostraba tan hostil ante mí.

Axel y Xion informaron a Riku de que las partidas estaban peinando Bloodheim de arriba abajo, aunque sin éxito. Era improbable que se acercaran a la finca, pero cabía la posibilidad de que así fuera. Igualmente, no la encontrarían, ya que, según me había dicho Riku, la propiedad estaba protegida por un velo de invisibilidad levantando entre Xion, Kairi y una tal Aqua.

Ella era una de las últimas incorporaciones de la resistencia, junto con Terra y Ventus, el gemelo de Roxas. Según me había dicho Riku, ellos estaban cumpliendo la misión de asegurarse de que las chicas a las que habían salvado anteriormente seguían en las colonias humanas, sanas y salvas.

—¿Entonces... —hablé yo mientras comíamos, había sido una mañana larga y algo abrumadora por el tema de las discusiones con Roxas — ...Xion, Kairi y Aqua son las que más poder mágico tienen?

—Más o menos, ellas están más entrenadas en ese ámbito —explicó él. Suspiré.

—Perdona por causarte tantos problemas con Roxas —Riku negó con la cabeza.

—Tiene que aceptar los cambios, incluso si no le gustan. Tenías derecho a quedarte si así lo querías.

—Gracias por darme esta oportunidad, Riku.

—No agradezcas.

Quise sacar el tema de mi olor, pero me contuve, sentía que era demasiado complicado como para hablar de él en aquel momento, teniendo en cuenta que la mañana ya había sido lo suficientemente intensa.

—Bueno —comentó una vez que terminamos de comer y ordenamos la cocina —. ¿Lista para el entrenamiento? —Mis ojos se abrieron un poco más a causa de la sorpresa, ¿tan pronto? Lo pensé por unos pocos instantes, y finalmente asentí.

—Vamos a ello —le dije, con una sonrisa.

—¿Te parece si empezamos con el tema de tu cabeza? —Claro, el zumbido y saber protegerme ante la gente como Riku.

—Por mi bien —si era sincera, estaba ilusionada, al fin mi vida estaba cambiando de verdad, por fin iba a aprender y a saber protegerme debidamente.

—¿Nerviosa? —Negué —. Feliz, ya veo. Me alegro —su sonrisa fue reconfortante, contagiosa incluso —. Vayamos al salón, estaremos más cómodos.

Una vez acomodados en el sofá, Riku comenzó a darme instrucciones tras reflexionar un poco:

—Cierra los ojos e intenta concentrarte tanto como puedas —asentí con la cabeza y seguí sus órdenes —. Vale, necesito que visualices algo que querrías proteger a toda costa.

—¿Unas alas emplumadas están bien? —Libertad, esa que acababa de adquirir por fin y que no quería perder por nada del mundo.

—Por ejemplo. Ahora, imagina que esas alas están en una sala, una sala completamente cerrada, sin ventanas, solo una puerta —me concentré y creé en mi mente esa imagen, una sala de tamaño medio, con paredes color crema, suelo de madera y un gran portón de madera muy gruesa —. Esa sala es tu cabeza, y las alas son tu mente. Sabiendo esto, ¿qué harás para proteger esa puerta?

—Pondré un guardián —dije tras pensarlo por unos instantes.

—Dale forma, no dejes que irrumpa en tu sala del tesoro —y en ese momento sentí aquellas manos invisibles de nuevo. Riku estaba extendiendo su poder hacia mí.

Tenía que encontrar una forma para mí guardián, una perfecta y adecuada.

Un perro de tres cabezas. Cerbero.

The Secret Of The Elf Blood {Riku from Kingdom Hearts}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora