No le dije a Riku que el arma me había hablado, aunque se debió notar en mi expresión que algo ocurría, ya que el vampiro me miró un tanto preocupado antes de hacerme una pregunta:
—¿Estás bien? Te has quedado algo pálida —alcé la mirada y asentí.
—No te preocupes, es solo que valoro mucho que me hayas permitido usarlo —le dije, desviando el tema. No quería que siguiera insistiendo.
—Me diste una buena razón para hacerlo —respondió.
Comenzamos el entrenamiento tras unos pocos minutos. Riku se colocó tras de mí y guio mis movimientos hasta que adopté una posición adecuada. Seguidamente, agarró mis brazos y los levantó, posicionando mi mano en el lugar correcto del arco. Me pasó una flecha y me enseñó a sujetarla.
—Esta es la postura perfecta —comentó mientras se alejaba un poco de mí, su presencia un fantasma tras de mí en aquel momento. Pasé saliva y observé con atención el arco, mis manos y la flecha.
—Entiendo.
—Descansa unos segundos y vuelve a esa postura, quiero ver si te has quedado con ella —asentí con la cabeza y bajé el arma. Me había tensado y ni siquiera me había dado cuenta de ello en aquel momento. Roté los hombros y el cuello y volví a levantar el arco, intentando acercarme todo lo que pudiese a la posición en la que había estado hacía unos segundos.
Aunque no quedé colocada exactamente igual, Riku solo tuvo que corregir un poco la altura a la que había colocado el arco.
—La flecha debe quedar por debajo de tu barbilla. Si la lanzas desde tu mejilla tarde o temprano terminarás haciéndote un corte —explicó —. Cada persona termina teniendo su propia técnica, pero yo te recomiendo que sigas lo que te digo.
—Eras el mejor, ¿no es así? —Riku asintió —. Entonces enséñame cómo lo hacías tu —pedí.
—Está bien. Mantén esa postura, pasaremos al tiro —volvió a colocarse tras de mí y puso sus manos sobre las mías —. Agarra el arco con fuerza y tensa la cuerda —hice lo que me dijo, moviendo mi brazo hacia atrás lentamente, hasta que no pude más —. Respira hondo, contén el aire y apunta —susurró en mi oreja, poniéndome la piel de gallina.
Cerré mi ojo izquierdo y centré toda mi atención en la diana, tomando una gran respiración.
—Dispara —Riku abrió su mano derecha y yo dejé ir la flecha, que salió disparada y cortó el aire, silbando hasta la diana.
Se clavó muy cerca del centro, y no pude evitar sonreír victoriosa, bajando el arma y girándome para mirar a Riku. El vampiro me observaba sonriente, orgulloso de mí y de mis avances.
—Bien hecho —felicitó, revolviéndome un poco el pelo.
Y así transcurrió la mañana, a veces me alejaba mucho del centro, y en otras ocasiones me acercaba más a él, pero no llegué a clavar la flecha en el centro de la diana en ningún momento. Pese a ello, no me desanimé. No había errado ningún tiro realmente, lo que quería decir que el arco tampoco se me daba tan mal.
Riku observaba todo desde la lejanía, sentado en un banco. Me llamaba la atención de vez en cuando, cuando mi postura no era del todo la correcta o quería que descansara por unos instantes.
—Deberíamos decirle a los demás acerca de los encapuchados de esta mañana —comenté dejando ir la flecha, que se clavó muy cerca del centro.
—Hablaré esta tarde con Aqua, no quiero convocar una reunión ahora mismo.
—¿Es por lo de ayer con Terra? —Asintió —. ¿Cómo está?
—Bien, no te preocupes por él. Ese chico es como un espartano —le quitó él importancia.
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The Secret Of The Elf Blood {Riku from Kingdom Hearts}
FantasyUna decisión lo puede cambiar todo. Todo cambió el día en el que los vampiros se alzaron como soberanos de nuestro reino. Los humanos se vieron envueltos en una guerra que no era suya, una guerra en la que elfos, demonios, vampiros, sirenas y demá...