Capítulo 28

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Por supuesto, el lugar seguro en esos momentos era la cochera en casa de Hiro. Intentaron ir a la guarida de Jason, pero encontraron un par de guardias custodiando los alrededores así que optaron por la cochera al encontrarse en una zona mas residencial con cámaras de vigilancia en cada esquina. Los secuaces de Uyeda no se atreverían a ir ahí.

Hiro se encontraba completamente en blanco, no sabia si sentir enojo, tristeza o cansancio. Ni siquiera sabia como iba a decirle al padre de Penny que su hija había sido secuestrada. Por suerte no tuvo que hacerlo, tía Cass le dijo que el hombre había caído dormido luego de darle un poco de sopa. 

La mujer, al ver a los chicos cansados y tan deprimidos se fue a prepararles algo de comer. Cuando llegaron sin Penny la mujer estaba lista para ir a patearle el trasero a Uyeda, pero la convencieron de quedarse a cuidar al padre de la chica.

—Le pregunté si quería que avisáramos a su familia, pero dijo que primero quería que Uyeda estuviese en manos de la justicia, donde no pudiese hacerles daño.

Antes que Hiro pudiese decir algo un sonido lo interrumpió. El localizador de Honey estaba emitiendo una alarma junto a un par de coordenadas. De inmediato Jason envió la ubicación a su tableta y la proyectó hacia el resto del grupo. 

—¿Es una isla? —preguntó Wasabi. 

El mapa mostraba un pequeño punto rojo sobre lo que parecía una mancha en medio del océano. 

—Lo es, pertenece a la compañía. Ahí hacen las pruebas de los robots mas grandes de Airsoft, ya que por ley deben ser testeados en un área asegurada libre de vidas humanas. —respondió Jason— He estado ahí un par de veces, es al este de la Isla de Ishigaki. 

—Bien equipo, prepárense. Salimos en 15 minutos. —ordenó Hiro. El resto de sus amigos asintió con determinación mientras caminaban rápidamente hacia algún lugar— Jason, síguenos.

El chico siguió al pelinegro con algo de duda debido a la seriedad con la que había hablado. Fueron hasta el garaje en donde había una enorme cantidad de herramientas, partes de trajes en el suelo y 2 computadoras. Nada realmente impresionante.

—¿Qué hacemos aquí?

—Te prestaré un traje —respondió Hiro presionando un botón en la pared que abrió otra puerta que ocultaba el verdadero taller. Los primeros en entrar fueron los Fred y Wasabi, seguidos de Honey y Gogo.  Hiro le hizo una seña para que los siguiera.

Bajando un par de escaleras hacia lo que parecía el sótano, Jason no pudo evitar sentir algo de pánico. Si bien era algo cercano con el grupo, se sentía mas cómodo con Penny a quien ya consideraba como una hermana o mejor amiga. En medio de la oscuridad una suave luz azul aclaró el camino.

—Vaya —exclamó maravillado. 

Frente a sus ojos había un increíble taller con 6 divisiones en diferentes colores y diseños, retratando claramente al dueño de cada espacio. El de Honey era rosa brillante con detalles amarillo pastel y celeste, con un juego de química moderna, un refrigerador para los elementos químicos y una mesa amplia llena de planos y partes de su traje. Gogo tenía un espacio en color morado y negro con luces neones, una pantalla de computadora con unos modelos en 3D y un brazo robotico que ensamblaba unas ruedas. El lugar de Wasabi era el mas limpio y ordenado que alguna vez haya visto, con colores claros y muy iluminado. Y Fred, él tenía un sofá y varios comics apilados en la mesa.

Hiro lo guio hacia su taller, que era bastante simple. En tonos rojizos y morado, lo que mas destacaba eran algunos robots que reconoció eran de peleas callejeras y 2 cuadros con fotos en un rincón: un pequeño Hiro con su tía y otro chico mayor muy parecido a él. Supo de inmediato que era el fallecido hermano de él. Tadashi Hamada. La otra foto era reciente, él y Penny con unos divertidos sombreros de cangrejo y tiburón que usualmente se usan en las maquinas de fotos de los arcade.

Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora