Capítulo 2

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Terminó de ordenar todo en una hora. Después de la visita de Hiro Hamada, el director había ido a darle la bienvenida junto a otro profesor. Al parecer su horario había tenido un error y la clase que creyó tener a las 9 de la mañana empezaba a las 10 asi que tenía un poco de tiempo antes de eso.

—Hora de trabajar.

Encendió la computadora para ver algunos planos y seguir con el robot que había dejado a medio hacer en casa. Estaba revisándolo cuando le llego una notificación de vídeo en vivo. Un grupo de personas en trajes de superhéroes luchaban con lo que parecía ser un villano. Cuando llegó a San Fransokyo se emocionó al ver lo moderna y tecnológica que era la ciudad, pero eso no era nada comparado con su asombro al enterarse que era protegida por 6 héroes desconocidos que ayudaban a mantener el orden y a luchar contra el mal. Habia visto varios videos en internet, incluyendo el primero de ellos registrado en donde quedó en blanco al leer en la descripción que el villano había sido un ex profesor del ITSF, y no cualquier profesor: Robert Callaghan. Recordaba que una vez su padre se había reunido con él hace muchos años atrás.

A partir de ese momento se podría decir que se había convertido en una admiradora mas. Tenía las notificaciones activadas para avisarle de momentos como ese en donde se veia que luchaban contra un robot de aproximadamente 3 metros y con una forma particular.

—¿Un gato de la suerte? Eso es lindo.

Eso pensó hasta que vio como su pata destruía parte de la avenida, esperaba que el incidente no llegara a mayores. Sin despegar sus ojos de la pantalla buscó un soplete en los cajones para unir algunas partes, pero no lo encontró. Revisó por todo el lugar sin éxito para luego recordar que lo había dejado en el garaje anoche.

—¿Debería ir a casa por el? —se cuestionó. Sería un viaje rápido en patineta, sin embargo, las clases empezaban dentro de poco y no quería llegar tarde otra vez. 

De pronto recordó las palabras de Hiro, dijo que si necesitaba algo él estaría al lado. No quería aprovecharse de alguien que apenas conocía, pero tampoco le apetecía ir a casa a buscarlo. Suspiró resentida y fue al taller de enfrente.

—¿Hiro, estás aquí? —preguntó tocando la puerta pero nadie respondió. Volvió a tocar mas fuerte— ¿Hiro?

Estaba ahí hace un rato, ¿A donde había ido tan rápido?. No conocía a nadie mas ahí, asi que se rindió y prefirió volver a su taller a ver el resto de la pelea ya que no tenía nada mas que hacer. El final fue el esperado, los héroes ganaron y la villana, una señora de cincuenta años que quería que todo el mundo amara los gatos, fue derrotada y mandada de vuelta a casa con una restricción.

—¿Piensan que una restricción la detendrá? —preguntó para si misma. 

Observó la hora en su reloj, faltaban 10 minutos para la clase y al parecer Hiro aún no llegaba

—¿Hiro? —escuchó el ruido de alguna pieza de metal cayendo al piso y él soltando una maldición. Por un momento se preocupó— ¿estás bien?

—¡Si! —respondió rápidamente desde el interior— Solo me sorprendiste.

—¿Puedo pasar? Necesito pedirte un favor.

—Si, solo... —hizo una pausa— déjame ordenar algo.

—Esta bien —lo escuchó revolver unas cosas algo, luego soltó otra maldición casi inaudible y algo volvió a caerse— ¿Todo en orden? te oyes algo agitado —preguntó desde el pasillo.

—Es que salí a, a comprar y... p-pues...

—¿Acaso te topaste con el gato de la suerte? —la puerta se abrió de golpe y Hiro salió bastante agitado, con el cabello revuelto y una reciente herida sobre su mejilla.

Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora