Always in my head »Penniro«

Capítulo 13

—Bien, el plan es bastante simple: solo debes estar un momento a solas con él e invitarlo al cine. Sencillo para empezar —leyó Honey de una libreta en la que estaba anotado el "Plan de 5 pasos para enamorar a Hiro y no morir en el intento". Nombre cortesía de Gogo.

—Repasemos. Primero debes invitar a Hiro a algunas salidas normales como las que siempre hacen, pero ahora debes ir un poco más arreglada, ¿entiendes? —explicó Honey— No es cosa de ponerte un kilo de maquillaje encima. Un brillo labial sutil, algo de perfume y unos aretes hacen una gran diferencia.

Penny escuchaba atentamente mientras asentía y tomaba algunas notas en otra libreta aparte. Y es que desde que había confirmado que se había enamorado, y de su mejor amigo, estaba planeando con las chicas una estrategia para que el también se enamorase de ella, o al menos intentarlo. Era algo de 50/50.

—El segundo paso es bastante simple. Tienes que sonreír. Cada vez que hablen o sus miradas se encuentren debes sonreír. No es necesario que sea una sonrisa mostrando los dientes, con una leve sonrisa a boca cerrada estará perfecto. Si haz logrado sacarle un sonrojó, entonces es obvio que le afectas de algún modo.

Penny asintió.

—Bien, intentaremos con eso por ahora y luego te diremos los tres pasos restantes —dijo Gogo— ¿Lista?

—Por supuesto —respondió Penny con confianza.

Las tres chicas se levantaron del césped donde habían estado sentadas repasando todo y se dirigieron a buscar al pelinegro.

—Ahí está nuestra víctima —Gogo apuntó hacia Hiro mientras se escondían detrás de un pilar de cemento— Ve por él.

Penny suspiró mientras se acercaba a Hiro, quien estaba frente a una máquina expendedora pidiendo ositos de gomita y una gaseosa. Nada sano.

"Okey, simplemente te acercas y le preguntas si quiere ir por un helado al parque, normal entre amigos"

Mientras tanto, Hiro pensaba en como invitar a Penny a por un batido sin que Jason apareciese derrepente luego de su proclamada rivalidad.

Un toque en su hombro lo hizo voltear encontrándose a una sonriente Penny a su lado.

—Hey —saludó ella sonriendo— ¿No es muy temprano para las gomitas?

El rio sabiendo que ella diría algo así. Es que Penny desde pequeña siguió un estricto régimen alimenticio al cual terminó por acostumbrarse, así que estaba casi horrorizada al ver que Hiro comía diariamente sus sagradas gomitas. Al final se tranquilizó cuando Hiro prometió comerlas cada dos días y no a diario para no empeorar su salud. Y además, él estaba dispuesto a sacrificar sus dulces al ver lo preocupada que ella estaba.

—Nunca es muy temprano ni muy tarde para mis gomitas —dijo sacando el paquete y tratando de no sonrojarse como hacía cada vez que veía sus bonitos ojos.

—No tienes que hacerme caso, ¿sabes? Puedes seguir comiéndolas diario si tanto te gustan —dijo ella mientras ambos empezaban a caminar de vuelta a los talleres.

"Me gustas más tu"

—Esta bien, ahora que lo pienso no es muy sano que coma dulces todos los días —respondió después de pensar bien lo que diría.

Siguieron caminando y platicando hasta llegar a frente a sus respectivas puertas.

—Oye Hiro —habló ella deteniéndose frente a él sin saber que la corta distancia afectaba al pelinegro.

—¿S-Si? —no puedo evitar tartamudear y carraspeó la garganta para quitarse los nervios.

—Abrió una nueva heladería en el parque de los cerezos, y pues, me preguntaba si quieres...