Capítulo 12

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Penny estaba preocupada. Hiro parecía bastante irritado ese día y ella no sabía el por qué. Trató de hablarle pero él solo le atribuyó su mal humor a qué no había dormido bien los últimos días, aunque ella presentía que no era eso. Aun así, decidió no insistir y esperar a que Hiro le dijera con calma lo que le pasaba.

Justo ese día se suponía que saldría con Hiro al centro comercial pero uno de los profesores solicitó su ayuda así que Honey y Gogo se ofrecieron a acompañarla. Y de paso para sacarle información amorosa a la menor.

Decidieron comer algo primero ya que no habían almorzado, así que mientras estaban sentadas con sus hamburguesas es que Gogo decidió actuar.

—Así que Penny, ¿cuándo le dirás al nerd que te gusta?

Penny se atragantó con la soda que estaba bebiendo. Honey le dio palmaditas en la espalda rapidamente.

—¡Gogo, se supone que esperaríamos! —gruñó Honey fulminándola con la mirada— Lo siento Penny.

Ella solo se cubrió las mejillas rojas sin saber que responder. Estaba demasiado aturdida en ese momento.

—¿Soy muy obvia? —preguntó con voz temblorosa, tal vez Hiro ya había notado su interés en él.

—Si crees que Hiro lo ha notado descuida, ni las indirectas no surgen efecto en él —la tranquilizó Honey como leyéndole la mente.

—Hay que decirle las cosas de frente pues es un completo idiota en los temas de la vida y el  romance en general —completó Gogo. Honey sonrió.

—Lo que tratamos de decir, es que queremos ayudarte, claro, solo si quieres.

—¿Ayudarme, cómo?

—Hiro es ingenuo y muy temeroso así que nunca dará el primer paso, por ende, tendrás que hacerlo tú —dijo Gogo.

—Pero yo no le gusto a Hiro —dijo Penny desanimada.

Ambas chicas se miraron frustradas. Era obvio que ese par necesitaba ayuda urgentemente. No podían decirle que Hiro gustaba de ella pues no estaban seguras aunque podían decir lo contrario por las miradas de tonto enamorado que le dedicaba el pelinegro cuando ella volteaba a otro lado. Había atracción, eso era innegable, pero para que surgiera el amor entre esos dos hacía falta un empujoncito (uno enorme) así que ellas estaban dispuestas a darlo por ellos.

—Es una sospecha, pero creemos que a Hiro le atraes un poco —dijo Gogo.

—Y si nos preguntas como sabemos, es porque el no se comporta igual con nosotras que contigo —agregó Honey.

—¿No lo hace? —preguntó Penny confundida.

—No, y tenemos bastantes ejemplos. Principalmente influye que ambos se especialicen en robótica, no como Gogo y yo que estamos en mecánica y química respectivamente, ósea que tienen temas en común para charlar —Penny asintió comprendiendo ese punto.

—Segundo, eres justo el tipo de chica que podría gustarle.

Ella se sonrojó en ese punto.

—¿Cómo están tan seguras? —preguntó con curiosidad.

—Hace tiempo antes que llegaras, hicimos una entrevista a varios alumnos preguntando su tipo ideal de pareja, no nos mires así, era una tarea —se defendió Gogo cuando recibió una mirada extraña de Penny

—La cosa es que entrevistamos a Hiro y guardamos sus respuestas para el momento que alguna chica fuera lo suficientemente valiente para fijarse en él.

Honey sacó una hoja de papel doblada y se la entregó. ¿Debería leerla? Quería hacerlo pero al mismo tiempo sentía que invadía la privacidad de Hiro y eso era lo que menos quería.

—No estoy segura, siento como si violase si privacidad —dijo apartando la hoja. 

—¡De veras eres un amor! —alabó Honey abrazándola— Cualquier otra persona habría aprovechando la oportunidad de saber el tipo ideal de la persona que les gusta. Has pasado la prueba, ese era un simple papel vacío.

—¿Prueba?, ¿de que hablas?

Honey se puso nerviosa y empezó a jugar con los anillos en sus dedos.

—No te molestes con nosotras, solo queríamos asegurarnos que no eras de esas chicas celosas que revisan todo de su novio. Por seguridad —respondió Gogo con suavidad como temiendo que Penny se le tirase encima enfadada.

—Oh, está bien supongo —dijo tranquilizando a las dos chicas.

Penny entendió lo que ellas trataron de hacer. Ninguna buena amiga quisiera ver a una de sus amistades en una relación en la que no hay privacidad para ciertas cosas. Y ella respetaba la privacidad de las demás personas como quería que respetasen la suya.

—Es obvio que ya no puedo ocultar nada. Me gusta Hiro, y mucho. Creo que hasta podría estar enamorada por completo de él.

Esa confesión trajo consigo un chillido de alegría de Honey y una expresión sorprendida por parte de Gogo.

—Y claro que me encantaría poder ser correspondida, pero no quiero dañar nuestra amistad. Nunca había tenido amigos antes, mucho menos me había gustado alguien así que todo esto es nuevo para mi. Y aunque me duela, puedo sacrificar lo que siento por el con tal de quedarme a su lado como una amiga —sonrió a medias.

Honey volvió a abrazarla esta vez junto con Gogo. Ambas chicas tenían los ojos lagrimosos por la tierna confesión, y además por lo idiota de la situación. Dos personas que claramente se querían la una a la otra pero eran tan ciegas para no notar que su amor es recíproco.

—Te ayudaremos —dijo Gogo aún abrazándola.

—Definitivamente —le siguió Honey.

Se armó de valor. Quería gustarle a Hiro, haría lo posible por gustarle. Esperaría a notar algún indicio de que era correspondida y soltaría todo. 

Quería tomar su mano, abrazarlo, besarlo. Estar ahí como su amiga y novia.

—Acepto. Hagamos esto —dijo abrazándolas con más fuerza.


Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora