Capítulo 5

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Al día siguiente, al llegar al ITSF, Hiro se puso manos a la obra en un proyecto para la próxima semana. Ayer al llegar a casa su tía no se preocupó por verlo llegar tan tarde ya que a veces solía quedarse hasta tarde en el taller asi que no le hizo ninguna pregunta y solo le dio de comer.

Unos golpes lo desconcentraron.

—Hiro, soy yo, ¿puedo pasar? —escuchó la voz de Penny.

—Un momento —dejó las herramientas a un lado y se levantó a abrir.

En cuanto Penny estuvo dentro, se aseguró de cerrar bien la puerta luego de ver una cabellera rubia asomada en una esquina.

—Gracias por lo de ayer.

Cuando fue a dejarla a su casa, su madre estaba en la entrada asustada por su tardanza. Le dijeron que habían ido a tomar unos batidos a un café para conocerse como compañeros de clase y asi ella se tranquilizó

—No hay problema —le restó importancia— ¿qué tal tu tobillo?

—Está mejor, mi hermana estudia enfermería y lo revisó. —dijo moviendo un poco el pie— Fue una torcedura leve nada mas.

—Me alegra oír eso. —se arrepintió y trató de explicarse mejor— M-Me refiero, no me alegra que te hayas torcido ya que fue mi culpa, me alegra que no sea nada malo y que ya estés mejor, ¿estoy divagando? mejor me callo.

Penny soltó una armoniosa risa que lo hizo enrojecer. Ella se veía realmente bonita cuando reía.

—Descuida, entendí lo que trataste de decir. Ahora iré al centro de la ciudad a comprar una batería y otras piezas para mi robot ¿quieres que compre algo para ti? —preguntó ella antes de salir.

—No gracias, ayer compre refacciones —le sonrió.

—Esta bien. Nos vemos después —dijo y salió con sus audífonos rosas puestos.

Penny llegó a la tienda después de unos minutos de viaje en tranvía y compró lo que necesitaba rápidamente para volver al instituto. Iba saliendo cuando una gran explosión resonó en la ciudad asustándola a ella y a la gente a su alrededor. Una segunda explosión mas fuerte resonó haciéndola perder el equilibrio.

—¿Qué pasa? —de pronto vio a una multitud de personas correr en dirección contraria a la suya— ¿por qué huyen?

La respuesta apareció por detrás de los edificios, un enorme robot de casi 5 metros con la aterradora forma de... un conejo de acero. Con bigotes incluidos.

—¿Es enserio? —se quejó entre el pánico de ver un robot tan grande frente a ella— primero un gato y ahora un conejo. ¡A este paso tendré pesadillas con mis animales de felpa!

El robot pareció escucharla ya que giró la cabeza en su dirección y empezó a avanzar hacia donde ella estaba e involuntariamente soltó las bolsas y se puso a correr junto a los demás transeuntes.

—¡Cuando dejé de actuar estaba segura de que no tendría que hacer escenas de acción otra vez!, ¡no sirvió de nada renunciar! —lloriqueó y siguió corriendo con la respiración entrecortada hasta ocultarse en un callejón con la cabeza baja y una mano en el pecho tratando de recuperar aire.

El ruido ceso de un momento a otro, ya no escuchaba las pisadas del robot ni los gritos. Al parecer había pasado de largo y la había ignorado. O eso creía, pues una sombra oscureció su visión. Cuando miró hacia arriba solo vio una gigantesca mano cubrirla.

Mientras tanto, Hiro recibió una llamada de Wasabi por medio de la pantalla de Baymax diciendo que había un villano en la el centro de la ciudad y al parecer había caos masivo. 

Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora