Capítulo 10

695 68 10
                                    

Hiro estaba molesto. Él no lo había admitido pero Penny podía percibirlo claramente con solo ver su mandíbula apretada, su manera tosca de caminar en medio de la gente (había empujado a unos cuantos y recibido maldiciones que respondía con gruñidos) y la fuerza con que apretaba su mano sin llegar a lastimarla. 

La situación le era familiar ya que solía frustrarse con facilidad en el laboratorio y ella parecía ser la única dispuesta a calmarlo pues los demás no soportaban por mucho tiempo su actitud berrinchuda, así que ahora tendría que ponerse manos a la obra.

Frenó de golpe haciéndolo detenerse abruptamente, sin embargo, él no giró a verla así que ella soltó con cuidado su mano y dio un rodeo hasta quedar frente a frente. Aún así, no la miró ni suavizó su ceño fruncido.

—Hey, mírame —pidio ella con un poco de autoridad sin notar que ese tono solo ponía más nervioso a su acompañante que seguía con la vista en el piso.

—Vas a golpearme —murmuró.

Ella rodó los ojos. La primera vez que se enfrentó a un Hiro enfadado ella había terminado con el cabello cubierto de aceite de motor y él había resultado con un golpe en la frente para que dejara de lloriquear. Hasta el día de hoy, él seguía recordando eso, diciendo que le había provocado migraña pero ella no parecía arrepentida

—Eso pasó hace tiempo, no lo repetiré a menos que te metas con mi cabello —le aseguró pero siguio sin hacer contacto visual— muy bien, así será.

Tomó el rostro de Hiro entre sus manos y lo alzó asegurándose de que sus ojos castaños se encontrarán con los suyos. Hiro solo trataba en vano de no enrojecerse ante tal osadía de la chica que le gustaba. Por un momento se dejó llevar por lo suaves que eran las manos de Penny hasta que sintió los pellizcos en sus mejillas

—¡A-Auch! ¡Me duele! —se quejó mientras trataba de quitar las manos de su rostro, en vano.

—¿Ahora sí me miras, eh? —a pesar de ser más alto que ella, se sentía intimidado.

Ella dejó de apretar sus mejillas dándole una leve caricia a la piel irritada

—Lo siento por eso, ahora dime qué te pasa, has estado raro desde que nos encontramos a Jason.

"Pues simplemente me puso de mal recordar que ese idiota pudo hacerte daño y ahora trata de hacerse el amigable contigo, y para colmo lo veremos en el instituto"

—Nada —respondió simplemente y sobando donde las manos de su amiga estaban anteriormente. Ella suspiró.

—Bueno, si no quieres decirme no te obligare —se cruzó de brazos— pero si estás obligado a acompañarme a ver los fuegos artificiales.

Eso logro que volviera a sonreir.

—Eso lo haré con gusto, vamos

Se tomaron de las manos nuevamente y corrieron a buscar un buen lugar

Un grupo peculiar ha estado espiando desde los árboles a tan tierna pareja desde el momento en que se encontraron. Separados en pares han seguido cada uno de los pasos de sus amigos tomando fotos, grabando y acechando por si algún problema surge, y claramente para Honey Lemon ese chico que apareció de la nada es una amenaza hacia su pareja predilecta.

—Gogo, ¿ves al chico que se le acercó a Penny? —preguntó por el auricular.

—Lo veo.

—Algo en el no me gusta, ¿podrías investigarlo?

—Dalo por hecho.

Se acomodó los binoculares tratando de enfocar mejor mientras a su lado Wasabi arreglaba un equipo de audio para tratar de oírlos. La rubia podía ver qué Hiro no estaba contento con la interrupción, incluso la había protegido con su cuerpo ante la señal de presunta amenaza. Solo recordar la tierna escena la ponía tan feliz que no pudo evitar soltar un chillido que asustó al moreno.

—¿Ahora que viste?

—¡Es que no entiendes! ellos son tan adorables que me dan diabetes pero al mismo tiempo tan ciegos que quisiera golpearlos —dijo ella con voz soñadora.

—Repítemelo, ¿por qué estamos espiando su cita y por qué demonios acepté hacer esto?

—Porque temo que Hiro haga alguna estupidez y porque prometí dejar de usarte como conejillo de indias cuando trato de cocinar —ella lo miró mal.

—Vale la pena para mí —se rio en su cara.

—¿Han dicho algo interesante?

—Pues, ese chico es que creador del robot gigante de la vez pasada.

—¿El que secuestró a Penny? —preguntó asombrada

—Ese mismo, y al parecer será nuestro compañero de clases.

La rubia hizo una mueca pero no comentó nada. 

Vio a Hiro llevarse a Penny lejos mientras el chico los miraba irse con las manos en los bolsillos, observó como una sonrisa sospechosa aparecía en sus labios mientras caminaba en dirección contraria.

—¿Todo bien? —preguntó Wasabi algo preocupado.

Honey nunca se quedaba callada más de dos minutos a no ser que algo malo estuviese pasando por su mente. Ella suspiró

—Puedes llamarme paranoica, pero hay algo en ese chico que me da mala espina —dijo ella con seriedad.

Wasabi dirigió su mirada en dirección al muchacho viéndolo escribir en un teléfono mientras se dirigía a la salida. A su vista se veía como un chico común y corriente pero es verdad que Honey tenía una especie de don para leer a las personas y esta vez parecía ponerlo en marcha, así que confiaría en ella.

—Escucha, no dudaré que la mayoría del tiempo tus intuiciones hacia otras personas con malas intenciones han sido correctas, y esta vez no creo que sea distinto. Si hay algo mal en ese chico tú, los chicos y yo lo averiguaremos ¿está bien? —la miró tratando de transmitirle calma— y si algo sale mal nos encargaremos.

Le pasó un brazo por los hombros de manera juguetona haciéndola sonreír.

—De acuerdo. Aunque espero equivocarme esta vez, me gustaría tener algún momento de paz.

—Elegimos ser héroes de esta ciudad, los momentos de calma ya no aparecen en nuestro vocabulario.

La pareja había encontrado un buen lugar donde ver el espectáculo. Charlaron, rieron y contaron anécdotas desde antes que se conocieran. Ambos se sentían muy a gusto con la compañía del otro. Sus corazones latían en la misma sintonía dándoles a conocer lo que sentían por el otro sin revelarlo en voz alta.

Estaban enamorados. Hiro lo sabía desde antes de la salida, Penny acababa de descubrirlo, más bien ya lo sabía pero acababa de procesarlo pues Hiro era su mejor amigo y no quería arruinar su amistad por un "amor unilateral".

El espectáculo acabó con un mensaje desde los parlantes dando las buenas noches y gracias a todas las personas por asistir.

—Te llevo a casa, traje la moto —dijo Hiro algo nervioso.

—Claro —ella no lo miró, no luego de lo que acababa de descubrir.

El subió y se puso el casco, luego le pasó otro a ella quien se lo puso luego sin pensar si arruinaría su pelo o no, subió con algo de dificultad por la yukata sin saber cómo afirmarse.

—Debes rodear mi cintura o te caerás —le escucho decir a Hiro sin percibir el temblor en su voz.

Ella puso sus manos con cuidado una a cada lado de su torso sin apretar mucho, luego sintió como Hiro tomaba sus manos con delicadeza y la hacía rodear toda su cintura haciendo que sus manos quedasen entrelazadas encima de su estomago.

—Así, no te sueltes. —dijo sin voltear a verla echando a andar la moto— ¿Lista?

—Andando —dijo ella sonriendo y apoyando su cabeza en su espalda dejándose llevar por los rápidos latidos del corazón de Hiro.






Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora