Capítulo 8

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—¿Una yukata? —miró con curiosidad la prenda de vestir que Honey sostenía frente a ella, era la primera vez que veía una y le parecía preciosa.

—¡Claro que si! ¿acaso crees que te dejaré salir vestida con unos simples jeans y una sudadera a tu cita con Hiro? ¡ni pensarlo! —negó rotundamente con la cabeza.  

Se encontraban en la habitación de Penny, arreglándose para salir con Hiro al festival. No tenía ni la mas remota idea de como su rubia amiga se enteró que saldrían esta tarde, simplemente apareció en la puerta de su casa con unas bolsas llenas de ropa y maquillaje que no sabía como aplicar. 

—Primero, no creo que importe como voy vestida... —la puerta de abrió de golpe y Tessa se asomó.

—Penny Forrester, como se te ocurra salir de aquí con una camiseta vieja juro que te despertaré cada día de tu vida con estas bocinas —alzó una de ellas— que robé del tío Robert —la apuntó con su dedo.

—¿Tú no ibas a salir? —preguntó Penny molesta.

—Ya me voy. La dejo en tus manos, Honey —le guiñó el ojo y se fue dando un portazo.

—Tu hermana es de las mías, ¿qué decías antes de que llegara?

—Oh si, segundo, no creo que esto sea una cita y tercero, ¿qué haces aquí Gogo? —tirada encima de su cama estaba ella tecleando en su celular con su gata, Mittens, sobre su regazo— creí que esto del maquillaje no era de tu interés.

—Y no me interesa a no ser que sea delineador de ojos, pero si me interesa ver el avance de tu relación con Hiro —respondió sin apartar la mirada de su celular. Penny se puso roja por sus últimas palabras. 

—¿Avance en mi relación con Hiro? ¡pero si solo somos amigos! 

 Tenía la cara ardiendo en ese momento, y sin saber el por que, decir la palabra amigos la hacía sentir algo decepcionada. Además, le ponía algo incómoda hablar sobre eso pues nunca tuvo una amiga con quien discutir de revistas, chicos y maquillaje ya que esos temas no le interesaban mucho. 

—Así es como se empieza, por medio de la amistad —canturreó Honey mientras ajustaba el cinturón de la yukata— listo, voltéate.

Se miró en el espejo de pared que tenía en la habitación. La prenda típica japonesa era color rosa pastel con patrón de flores y no se le veía nada mal aunque no estaba acostumbrada a usarla. Le costaba moverse con libertad.

—Bien, estoy lista —dijo tratando de salir.

—¡No huyas, aún falta lo mas importante! —exclamó Honey mientras sacaba una base de maquillaje, sombras de ojos y brochas para aplicar. 

Penny se horrorizó y volteo a ver a Gogo con cara de súplica. Ella se levanto de la cama y justo cuando creyó que la salvaría caminó hacia la puerta con la gatita en brazos.

—Suerte, no me quedaré para ver esta abominación —salió de su cuarto riendo.

—Traidora.

 —Aquí vamos —escuchó a Honey reír malvadamente y cerró los ojos esperando que terminase pronto.

En otro lugar, Hiro discutía con su ropa. ¿No tenía ropa decente acaso? Suspiró derrotado viendo las playeras con estampados de robots y comics en el piso. Se lanzó a la cama a contemplar el techo, en una hora mas o menos se juntaría con Penny y no sabia como vestirse sin parecer un nerd otaku. 

—Diablos, ya parezco una chica enamorada —negó con la cabeza— ¡No! ¡eso si que no!

Se golpeó las mejillas tratando de apartar esos pensamientos y dio un grito de frustración por lo revuelta que estaba su cabeza en esos momentos.

—¿Hiro, estás bien? —la voz de su tía asomada en la puerta lo sacó de su ensoñación. 

Ella entró y contempló los montones de ropa esparcidos en el piso antes de dirigir su mirada hacia su sobrino. 

—¿Estás haciendo limpieza profunda o no sabes que ponerte para salir con tu futura novia? —le preguntó moviendo las cejas.

—¿Qué sabes tú sobre eso? ¿cómo es que te enteras de todo? —preguntó sentándose en la cama.

—Tengo mis contactos —dijo tocando su nariz.

—Fue Honey ¿verdad? —adivinó alzando una ceja. 

—¿No es obvio? ¡lo siento!, no pude aguantar a preguntarle si había avances entre Penny y tú.

¿Avances? por dios, ¡ellos dos solo eran amigos y nada mas! Suspiró con desánimos llamando la atención de su tía.

—¿Te encuentras bien? sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿verdad?

Se sentó a su lado dispuesta a escucharlo. Hiro la miró,  dudando si contarle sobre el gran lio que eran su cabeza y corazón en aquellos momentos. Finalmente, apartando la mirada hacia el piso decidió desahogarse.

—Conocí a Penny de camino al instituto, iba en una patineta que ella misma había inventado. En ese momento solo intercambiamos unas cortas palabras, al menos yo tenía curiosidad sobre la estabilidad y eso —su tía rodó los ojos ante ese gran tema de conversación— Luego se fue rápidamente y de alguna manera, al verla irse pensé que ya no la vería otra vez y eso hizo que se me oprimiera el pecho un poco, —se frotó la cara sonrojada— lo se, es algo tonto sentir eso.

—¡Claro que no, no digas eso! —lo interrumpió de inmediato— lo siento, continúa.

—Cuando llegué al instituto vi unas cajas fuera del laboratorio que se encuentra al lado del mío asi que supuse que un alumno nuevo había llegado y fui a presentarme. Cuando se abrió la puerta era ella quien estaba al otro lado y no sabes lo contento que estaba en ese momento. Y luego cuando ese robot conejo la tomo como rehén, estaba tan preocupado. ¿Qué demonios me sucede? —se cubrió la cara con las manos, avergonzado. 

—Creo que lo que sentiste en esos momentos fue amor a primera vista —cuando dijo eso, Hiro la miró confundido.

—¿Cómo es que llegaste a esa conclusión? —preguntó sin querer creerlo. Él no era para nada esas personas que creían en el amor a primera vista. 

—Es simple, al notar tu preocupación por ella y el como hablas puedo darme cuenta de que te estas enamorando.

Lo miró con dulzura y trató de no reír ante su rostro aun confundido. Se encontraba demasiado aturdido para contradecirla en ese momento.

—Ven aquí, te ayudaré con la ropa y trataremos de arreglar esa maraña de pelo.

Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora