Capítulo 23

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Penny no supo como logró aguantar las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos. Su padre estaba frente a ella, vivo y con la memoria intacta. Ahora solo tenía que sacarlo de aquí y arruinar los planes de Uyeda. 

—Mucho gusto, mi nombre es Penny —habló con voz suave tomando su mano, sabiendo que eran escuchados— ¿podría decirme su nombre?

Mientras hablaba en voz alta, escribía en código morse en la palma de la mano de su padre.

"te sacaremos de aquí"

—T-Thomas, me... llamo Thomas —respondió con voz ronca y la mirada en un punto fijo.

"Es peligroso, vete"

Apretó los labios con nerviosismo. No iba a abandonar a su padre ahora que había vuelto a ella. 

—Es un placer conocerlo. ¿Sabe en donde está?, ¿el lugar se le hace conocido?

"No me iré"

—Eso... creo. —dijo, podía notarse algo de enfado en su mirada. Como si le reprochase el no irse cuando se lo ordenó.

Ella se sentó a su lado dándole la espalda al sospechoso cristal en la pared. Era obvio que estaban siendo vigilados.

—¿Puede decirme todo lo que recuerda?

"¿puedes correr?"

Su padre tragó saliva con dificultad. Miró sus piernas y apretó los labios.

—Eso creo. —respondió de manera indirecta la pregunta hecha silenciosamente— Sé muchas cosas, cosas que son desconocidas, pero muy familiares.

El arete en su oreja lanzó una corta interferencia que la puso alerta. Su padre siguió hablando sobre física y química aplicada para hacer tiempo mientras ella asentía.

—Penny, luego de que las luces se apaguen tienes diez minutos. —escuchó la voz de Hiro— Ten cuidado, por favor.

Soltó aire para intentar calmarse. Pasó su mirada por la habitación esperando encontrar algo útil. Si su padre tenía dificultades para correr sería muy difícil sacarlo. Vio una silla de ruedas escondida detrás de unas camillas, sus ojos brillaron con esperanza.

Su padre miró sigilosamente en la misma dirección y apretó su mano.

"Confía en mi, papá"

Luego de decir eso empezaron a escuchar alboroto del otro lado. Miles de pasos sonaron en el pasillo junto a las siluetas de los guardias corriendo hacia la misma dirección. Las luces empezaron a parpadear unos segundos antes de apagarse por completo.

Rápidamente saltó de la cama y corrió para traer la silla. De su bolsillo sacó tres canicas que parecían inofensivas a la vista, pero que en realidad dos eran bombas de humo rosa lacrimógeno y la otra un fuerte pegamento, cortesía de Honey Lemon.

—Venga, a la silla. Nos vamos de aquí.

Sin perder más tiempo ayudó a su padre a sentarse. Se encontraba algo atrofiado por estar tanto tiempo dormido, esperaba que no fuese demasiado grave. No hubo tiempo para abrazos ni besos de reencuentro. Debian huir ya.

Arrastró la silla hacia la salida de emergencia oyendo golpes en la puerta principal. Una vez cerrada lanzó la bomba y la puerta fue cubierta de una masa color rosa chicle con pequeños destellos. Penny trató de no rodar los ojos ante los detalles de color y corrió con la silla por el pasillo.

Presionó su arete y habló.

—Estoy en la salida de emergencia.

—Fred y Honey están distrayendo a los guardias, Jason está hackeando la computadora madre. —comunicó Hiro. Oír su voz la tranquilizaba un poco.

Always in my head »Penniro«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora