flawless ★ rubegetta

capítulo 6

ㅡ Supongo ㅡ. Se sentó en el borde de la ventana abierta para poder tener mitad de su cuerpo fuera, tomó el encendedor de su bolsillo para prender el cigarro que había sacado de su cajilla unos segundos antes. ㅡ No pongo atención a las noticias.

ㅡ Eres el capitán, ¿Cómo no pondrás atención? ㅡ. Luzu fue quién se encontraba alterado en la habitación del albino y sus compañeros, recién habían regresado de su práctica diaria en el estadio. ㅡ ¿Has visto lo que ponen?

ㅡ Soy el capitán, no un obsesionado por lo que la prensa diga y mucho menos fanáticos, o mucho menos por el juego ㅡ. Sus labios atraparon el cigarro recargando su espalda y cabeza en el borde de la ventana escuchando a lo que el castaño tenía que decir. ㅡ Deberías hacer lo mismo.

ㅡ No puedo creer que el Señor Marlin te eligiera de capitán ㅡ. Habló entre dientes, el castaño de pie en el marco de la puerta tenía la mirada fija en la ventana dónde estaba sentado Rubius, despreocupado fumando de su cigarro como si nada sucediera. ㅡ Los Lobos nos van a terminar aquí.

La mirada de Rubius fue intensa y Luzu captó la señal de que quería que se fuera, el miedo que el albino lograba crearle a sus miembros era indescriptible en algunos sentidos. No sería una primera vez que el capitán atacaría a alguien de su propio lado, en absoluto.

Nieves fue quién se asomó desde la cocina una vez Luzu abandonó la puerta, tomó rumbo para cerrarla y acercarse a la sala de estar tomado asiento en el sofá.

ㅡ ¿Te preocupa? ㅡ La dulce voz llegó hasta el ojos avellana mientras dejaba escapar el humo atrapado en su cavidad bucal. ㅡ Son Los Lobos después de todo, ahora si hablamos de un alguien.

ㅡ Es lo mismo de siempre ㅡ. Levantó los hombros sin más dándole el último sorbo a su cigarro antes de tirarlo por la ventana ya terminado, pero sin moverse del sitio miró hacia Nieves un momento. ㅡ Los conozco.

La mirada curiosa de Nieves fue suficiente para que el albino continuara hablando. ㅡ Willy, lo conozco lo suficiente para saber que su propio ego será su mayor enemigo en la cancha contra nosotros, especialmente conmigo dentro.

ㅡ ¿Y eso por qué?

ㅡ Es un imbecil que no sirve para nada más que creerse mejor, ¿entiendes? sólo piensa ganar y yo sé sus jugabas como las cicatrices en mi cuerpo ㅡ. Tomó aire para limpiar sus pulmones del ambiente que se había creado en la habitación, el fresco y puro aire sintiéndose como un regalo.

ㅡ Entiendo. ¿Qué hay del nuevo en su equipo? Lo que dijiste ese día.. ㅡ. Arregló su cabello con cuidado y delicadeza, sabía que Rubius le tenía confianza pero no sabía hasta que punto. ㅡ Sonabas convencido.

ㅡ ¿Vegetta? Nuevo en el equipo no es, no como todos piensan. Willy hablaba de él hace bastante y sabía lo que era en la cancha ㅡ. Inició sacando otro cigarro y ofreciendole uno a la chica, pero negó lento. ㅡ Ese chico ha escuchado de mí gracias a rumores porque Willy no es capaz de abrir la boca cuando se trata de mí, no soy parte de su presente más que su enemigo de la cancha vecina.

ㅡ ¿Conoces a Vegetta, entonces? Si es que Willy lo conocía de antes.

ㅡ Tsk.. Personalmente hasta hoy, ambos nos vimos de frente antes de la noche de inicio de temporada por una casualidad. Me odia y yo lo odio, ¿Sabes por qué? ㅡ. Fue irónico preguntar porque sabía que no recibirá una respuesta pues continuó diciendo. ㅡ Porque es un chico miserable al igual que todo ese equipo, todos buscan ser los mejores en un deporte absurdo.

ㅡ Vaya, vas haciendo enemigos contra todos desde siempre ¿no? aunque me causa gracia que no conocías a el amigo de Willy desde un principio ㅡ. La risa que soltó fue más de comprendimiento que por felicidad, y Rubius simpatizo eso.

ㅡ No son amigos, Willy es un obsesionado con el juego y se ponía a investigar personas que pudieran servirle de algo ㅡ. Cerró los ojos posicionandose mejor en el marco de la ventana con el cigarro sujetado en sus dedos con ese mismo brazo fuera del edificio.

Los jovenes se mantuvieron en un silencio que no era incómodo, uno estaba tranquilo bajo los efectos de su medicina y la pelirroja solo miraba al albino con curiosidad.

Sabían lo suficiente de uno al otro, llevaban conociéndose cinco años y se sentían como hermanos lejanos. Mejores amigos incluso, pero Rubius nunca le daría una etiqueta a alguien con la palabra "amigo" en el titulo.

El silencio y tranquilidad acabó cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe mostrando a un castaño llegar con dos bolsas y tres bebidas en una especie de charola de cartón.

ㅡ He traído el almuerzo, la comida de la cafetería hoy es un asco ㅡ. Fargan dejó todo en la mesa de centro llamando la atención de los dos jovenes quienes eventualmente terminaron comiendo con el chico, más Nieves que Rubius.