capítulo 10

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Los sábados por la noche siempre eran muy poblados en cualquier sitio que la gente visitaba, todos querían salir a disfrutar o liberarse de los estudios, o mismo trabajo. Algunos otros se querían retirar del ambiente que tenían en casa, pero los bolos estaban alrededor de solo treinta personas jugando o comiendo en los restaurantes dentro del local.

ㅡ Eres terrible jugando ㅡ. Lolito comenzó a reirse viendo como el azabache hacía muevas con su boca una vez la bola de boliche no golpeaba los bolos. ㅡ Debería darte clases algún día de estos.

Vegetta rodó los ojos dejándose caer sobre el asiento mientras la rubia que venía con ellos sujetaba una bola rosada y se encaminaba a su pista. El ambiente era tranquilo y había aromas de diferentes comidas de los restaurantes de fondo, su cabello estaba humedo por el sudor que se creó sobre su frente.

El pelirrojo se terminó acercando junto al azabache tomando su asiento, luego se giro a ver hacia un lugar en específico.

ㅡ Aquí trabaja uno de los osos, algunas veces por los estudios y como tal ㅡ. El azabache se volteó a ver rápidamente a la dirección donde su compañero de equipo estaba logrando ver a Fargan aquí.

ㅡ Oh, no sabía que podian tener empleos ㅡ. El ojos púrpura se sorprendió viendo al joven atender gente: dando unos zapatos especiales para la actividad.

ㅡ Ellos, a diferencia de nosotros, no tienen un contrato específicamente para vivir y respirar del soccer. Envidio eso de ellos ㅡ. Se recostó sobre el respaldo de aquel sofa con una sonrisa ligera pintada en sus labios dejando a un azabache confundido.

ㅡ ¿Ellos no entrenan casi 5 veces al día diarios? ㅡ. Abrió los ojos casi susurrando su respuesta mientras Akira a lo lejos se posicionaba con la bola en sus manos y sus ojos fijos en los bolos.

ㅡ Exacto, tienen tiempo para sus vidas personales si es que no quieren ir profesional ㅡ. El grito de emoción de la rubia indicó que había sido un chuza.

Mientras las horas pasaban y todos estaban divirtiendose, llego la hora de finalizar la noche de juegos para volver de nuevo a sus dormitorios. Lolito y Akira decidieron comprar algo más de comida en los restaurantes para sus compañeros o para mañana, Vegetta fue el que se decidió ir a buscar el coche para esperarlos en la entrada y que sea más fácil.

Las cuatro horas jugando fueron bastante rápido, ya eran las nueve de la noche cuando abandono el sitio y se adentro a los estacionamientos. Estaba haciendo frío, el aire soplaba algo fuerte pero decidió avanzar rápido.

ㅡ Ya estoy esperándote ㅡ. Una voz familiar resonó cerca suya en camino a su coche, volteó para todos lados hasta que una cabellera blanca dentro un coche moderno de color negro se asomó por una ventanilla con el móvil en mano.

Arqueó la ceja confundido de ver a el capitán de los osos aquí, estacionado en un sitio algo alejado de la universidad pero justo en ese instante las palabras de Lolito golpearon su mente recordando que aquí trabajaba uno de su equipo.

ㅡ Vegetta ㅡ. Siseo el peliblanco aburrido. ㅡ ¿Que haces aquí?

ㅡ Vine con unos miembros de mi equipo ㅡ. Relamio sus propios labios mirando al chico de ojos avellana con afán sintiendo los cosquilleos golpear su cuerpo.

Rubius le indico que se acercara un poco y eso hizo el azabache con sorpresa a si mismo, el estacionamiento estaba casi solo y unas cuantas personas que ninguno conocía realmente. El aroma del capitan golpeo las fosas nasales del azabache al minuto que estuvo frente la ventanilla de su coche.

ㅡ En una semana te presentarás en mi cancha, ¿No te emociona? ㅡ. Sujetó la barbilla del ojos púrpura con aburrimiento, su codo recargado en el borde de la ventanilla mientras veía al chico sin interés alguno.

Vegetta asintió y Rubius sonrió mostrando los dientes: sus colmillos naturales asomándose más gracias a su tamaño.

El azabache estaba perdido en la presencia del chico frente suya, el encuentro en ese club fue algo que no ha podido sacar de su mente desde esa noche y lo volvía loco, necesitaba poder repetirlo y entender que quería con eso.

ㅡ Rubius ㅡ.  Su voz salió débil de sus labios, encontró su voz temblorosa al igual que sus manos. ㅡ ¿Por qué?

ㅡ Agh ㅡ. Se quejó ㅡ De verdad que tu vocabulario conmigo es mínimo, ¿Quieres que te regale un diccionario? Joder

El peliblanco soltó el agarre que tuvo en su mandibula, Vegetta jadeo rápido y corto. ㅡ Hazlo de nuevo.

ㅡ ¿Mhm? ㅡ. Arqueó una ceja con sus ojos avellana sobre su rival.

ㅡ Besame de nuevo.

Una risa corta escapo del pálido mientras negaba con la cabeza.

ㅡ Oh dios, estás perdiendo tanto la cabeza ¿No es así? ㅡ. Los ojos grandes púrpura del chico parecían rogar de una manera que solo el mismo Rubius entendió, así que empezó a morder suave su mejilla interna antes de suspirar en corto nuevamente. ㅡ Ve al club el jueves por la noche.

 ㅡ Ve al club el jueves por la noche

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flawless ★ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora