capítulo 23

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La mañana siguiente era sábado y todas las escuelas tenían una cena de despedida, las vacaciones de verano iniciarian pronto y todos volverían a sus hogares para los meses de descanso. Habían muchos equipos aquí incluyendo a los ganadores: Los Osos. Muchos conversaron y tuvieron juegos de noche para todo aquel que necesitaba un respiro.

Muchos trajeron un acompañante, Luzu trajo a Lanita y Monica a una porrista que le presentaron. Intentaron que su capitán igual trajera a alguien pero no se vio interesado en ello, simplemente les miro fijamente hasta que se rindieron.

ㅡ Le falta un novia a Rubius ㅡ. Dijo Fargan a la pelirroja, convencido de que eso ayudaría al capitán a mejorar sus ánimos. ㅡ Pensé que tú y él eran algo cuando los conocí.

ㅡ ¡¿Qué?! ㅡ. Se atraganto con el ponche de frutas que tenía en mano mientras observaba al castaño, quién se asusto a la repentina acción. ㅡ Eso nunca será posible, no.

ㅡ No me culpes, viven hablando y conviviendo solos ㅡ. Se alzó de hombros con obviedad. ㅡ Perdí mi apuesta con Alexa hace tiempo.

La orbes azules le miró incrédula pero no mentía. Nieves y Rubius eran como ser mejores amigos sin serlo, siempre estaban juntos, pero nunca podrían llegar a ser pareja por obvias razones.

ㅡ Hay razones por las que yo no le gusto.

ㅡ ¿Hay? Si eres perfecta, se ven lindos juntos no es por.. ㅡ. Interrumpe su amiga.

ㅡ Digamos que no soy su tipo de persona ㅡ. Apunto a su cuerpo completo y asintió, el castaño le miró confundido hasta que conectó los números.

ㅡ O sea que.. Espera eso no la sabia

Nieves se soltó a reir mientras negaba ante el descubrimiento de su compañero, a la lejanía miro como el peliblanco de su capitán se adentro a los baños del estadio de Las Aves y tomó otro nuevo ponche para remediar el anterior.

Por otro lado, Rubius se adentró a los baños al sentirse agobiado con todo. Willy estando casi encima suya con la mirada hasta los entrenadores queriendo hablar con él sobre futuros cambios, o simplemente promocionando los sitios libres en sus equipos. Odiaba tener la atención que un Doblas tenía con los entrenadores de deportistas.

Se adentro al de hombres para poder golpear su rostro con agua fría ayudándolo a despertar y reaccionar, no quería perder la cordura nuevamente en un sitio como este.

Temía que todo se vuelva a repetir con su hermano, si hizo aquello hace años con una poca edad sabia que era capaz de mucho más ahora. Su padre estaría decepcionado por segunda vez y causaría más problemas, su vida estaba tranquila viviendo con su madre así que estaba esperando las vacaciones para irse al pueblo con ella.

ㅡ ¿Te encuentras bien? ㅡ. Una voz resonó en los cuartos de baño y le mando escalofrios por el cuerpo. ㅡ Te ves agotado.

ㅡ Odio la atención de imbeciles ㅡ. Dijo mirando al azabache que estaba recargado en el marco de la puerta. Se aseguró que estaban solos y que nadie venía antes de encaminarse hasta él.

Vegetta estaba visiblemente preocupado por Rubius, quién se veía cansado de estar hablando con los entrenadores y respondiendo preguntas que tenían que ver con su hermano. La poca cordura que mantenía era la que se estaba agotando rápidamente en esta cena, la presencia del azabache no ayudaba demasiado porque cualquiera podría entrar.

ㅡ No es bueno que estés aquí ㅡ. Dijo el peliblanco entrando en sus sentidos. ㅡ Hay mucha gente afuera.

ㅡ ¿Qué tiene? La temporada terminó ㅡ. Se alzó de hombros porque tenía razón, en una semana podrían ser libres e irse de vacaciones a sus hogares como si nada sucediera.

Ninguno de los dos dijo ninguna palabra por unos largos segundos, el peliblanco presionó sus labios y le miró fijamente sin un brillo reflejado en sus ojos.

ㅡ Largo, no quiero ver tu estúpido rostro y dile a tu capitán que esa derrota la merece ㅡ. Se acercó al azabache a paso lente con esa misma mirada que le había dado en la bienvenida al distrito, en este mismo lugar.ㅡ Un lobo como tu no merece absolutamente nada.

ㅡ ¿Qué? ㅡ. La confusión golpeo a Vegetta cuando salió de su pequeño trance de sorpresa. ㅡ Rubius, ¿Qué dices?

Una risa juguetona abandono los rosados labios del pálido. ㅡ Vegetta, eres un imbecil más ¿No?

La mirada del azabache se volvió una rota, no creyendo lo que estaba escuchando tan repentinamente del chico que ha amado durante estos cortos meses. Asintió viéndolo y se alejó apretando la mandíbula para regresar con sus compañeros, quería llorar pero no era una opción en este momento.

¿Había hecho algo mal? Si era así, quería remediarlo pero conocía a Rubius y el que acaba de presenciar en el baño era el que todos conocían muy bien. El capitán de los osos.

Rubius maldecía por dentro pero sabía que era lo mejor en este momento, cuando el azabache abandonó el baño una silueta oscura apareció por donde Vegetta se había ido para poder dejar ver a su hermano.

ㅡ ¿Que hacía Vegetta contigo? ㅡ. Cuestionó el capitán de Los Lobos con curiosidad y alerta, le echo un vistazo a su hermano analizando su lenguaje corporal pero no logró nada.

ㅡ ¿Tendría que saber yo? Tus compañeros son idiotas ㅡ. Se incorporó dándole la vuelta a su hermano para ir a tomar unas de las toallas del baño y secarse el rostro. ㅡ Solo me pregunto si estaba bien, ¿Por qué? No sé, debería trabajar en tus nuevos integrantes.

ㅡ Claro ㅡ. Asintió y se recargo contra la pared mirando a su hermano.

ㅡ Me creas o no, desde todo este maldito incidente que padre provocó todos me hablan de ti ㅡ. Gruñó tirando la toalla en mano mientras se acercaba a su hermano para mirar el reflejo de sus ojos sobre ese rostro familiar. ㅡ Es desesperante.

Willy le dio la razón pero dudante de sus palabras, Vegetta se vio dolido ante el rechazo de su hermano y no podía evitar levantar sospechas.

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flawless ★ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora