flawless ★ rubegetta

capítulo 29

Todo se repetina una y otra vez, mismas prácticas y mismas expectativas de su padre estaban presentes. La mirada de los Lobos siempre encima suya con una gran curiosidad, lidiaba con su hermano diariamente sin poder decir una sola palabra.

El entrenamiento había acabado y todos se pudieron retirar a vestirse, el capitán del uniforme morado se retiro del estadio cuando terminó de ducharse para irse a su hogar. A este punto ya no esperaban por Rubius porque era el último en entrar a las duchas pero un conductor personal de los Doblas lo llevaba de vuelta a la casa de su padre para asegurar que que volviera.

ㅡ Eres Rubius, ¿verdad? ㅡ. Una dulce chica de cabello castaño se sentó a su lado, tenía un aroma a flores mientras sonreía. ㅡ Soy Dulce.

El peliblanco asintió en su sitio sin interés de seguir la conversación, la chica notó esto y dejó ir un suspiro suave intentando comprender la situación.

ㅡ Déjalo ㅡ. Akira resonó detrás de ellos saliendo recién de los vestidores, ella era alta y de cabello rubio muy largo cuando no lo tenía agarrado hacía arriba. ㅡ Esta aquí por ordenes familiares, dudo que quiera hablar con alguno de nosotros.

Vegetta apareció de los cuartos de hombres y cruzó mirada con los ojos avellana por un instante, los dos chicos reflejaron un pequeño brillo en sus ojos y el azabache terminó alejándose rápido antes de que algo sucediera.

ㅡ Esta bien, solo queda poco para irme de aquí ㅡ. Dijo como su faltaran días cuando en realidad le quedaba medio mes para poder irse a su equipo, los deportistas regresaban una semana antes para entrar a sus dormitorios.

Las chicas compartieron miradas con confusión, quizás preocupación. Igual no lo conocían, no sabían si realmente estaba siendo paciente o solo era así con todo el mundo. Lo poco que conocían de él era lo que veían en televisión y rumores, no había más.

Cuando todos abandonaron el sitio Rubius fue a ducharse con tranquilidad golpeando su cabeza contra la pared para mirar hasta su brazo donde su tatuaje resaltaba, presionó los labios reteniendo el sentimiento de vulnerabilidad.

ㅡ Agh, nunca debí acceder a esto pero no tenía otra opción ㅡ. Musito con el agua corriendo desde su cabeza hasta abajo, tenía la presión encima de querer irse directamente.

Los Doblas siempre obtenían lo que querían, los Lobos no entraron a un distrito de bajos recursos por diversión. Lo hicieron para acercarse a él, su persona siendo el objectivo principal. Su propio padre quería revivir a su pequeño dúo dorado de sus dos únicos hijos como antes, por dinero y fama.

Los Gundersen queriendo lo mejor para ambos, pero solo pudo quedarse con uno debido a que el otro si quería seguir estudiante. Cerró la ducha y fue hasta su armario pars cambiarse en algo rápido para asi poder retirarse de este lugar lo más rápido posible.

ㅡ ¿Estás bien? ㅡ. La voz del azabache se escucho a sus espaldas logrando sacarle un escalofrio, detuvo sus acciones después de cerrar el armario y voltear al chico.

ㅡ ¿Por qué sigues aquí? ㅡ. Su cabello húmedo cubría parte de su rostro, Vegetta solo se acerco a él asegurando que la puerta estaba cerrada. ㅡ Pensé que estaba solo.

ㅡ Necesito que hablemos ㅡ. Pidió, se acercó a él intentando sujetar su mano pero el peliblanco la alejó rápido. ㅡ Por favor.

Rubius tenía un comportamiento extraño con todo el equipo, todo lo que tenía que ver con el morado le aborrecía. Su respiración se comenzó acelerar y el azabache notó eso, los ojos del menor haciéndose grande.

ㅡ ¿De qué?

ㅡ ¿Realmente sentías todo eso que dijiste? ㅡ. Se detuvo frente a Rubius con una ligers inclinación hacía abajo para lograr verlo mejor, sus ojos reflejando preocupados y tristeza: algo que los avellena le costo digerir.

Negó la cabeza y llevo su mirada en dirección a la puerta entrada del baño, mentiría si dijera que no tenía miedo de que alguien entrara y los viera demasiado juntos a solas en un baño casi oscuro.

ㅡ No ㅡ. Susurró.

ㅡ ¿Y por qué? ㅡ. La mano helada alcanzó la mejilla de Rubius para dar pequeñas caricias con su pulgar, aquello mando escalofrios visibles hasta su mejor. ㅡ ¿Por qué dijiste todo eso, Rubius?

ㅡ Willy estaba escuchando ㅡ. Mordió su labio inferior, quería retener el sentimientonde sentirse vulnerable ante alguien. ㅡ No puedo, no con ellos.

Vegetta junto sus frentes cuando los ojos avellana comenzaron a brillar, los dos no dijeron nada por largos segundos después de cerrar sus ojos y enfocarse en la presencia del otro.

Muchas cosas no entendía el pelinegro, pero estaba bien: solo quería saber que Rubius estaba bien.

ㅡ Escuchame.. ㅡ. Musito bajo cerca de sus labios debido a la cercanía de las frentes.ㅡ Quiero que estés bien, quiero ayudarte pero no sé como.

ㅡ Tú no puedes ayudarme con mi padre ㅡ. Soltó en un hilo de voz, Vegetta asintió acunando la mejilla derecha del peliblanco. ㅡ Perdón.

ㅡ ¿Y fuera de todo eso? ㅡ. Preguntó bajo mientras acariciaba su labio inferior con el pulgar insinuando un beso, Rubius tomó aire para asentir lento.

ㅡ Sí.

Todo estaba silencioso, un beso se formó por parte de los chicos siendo uno lleno de necesidad y emociones confusas. Rubius mantuvo sus manos sujetando la playera que poseía su mayor frente suya, quería poder aferrarse a algo: alguien.

Los chasquidos fueron bajos gracias a que era un ósculo sentimental, lleno de diferentes emociones que los dos estaban pasando en ese instante. Estaban perdidos y confundidos: sin un destino.

ㅡ Perdóname por todo, solo quiero tu perdón ㅡ. Susurró entre el beso, Vegetta lo intentaba callar continuando el beso para que no se preocupara de eso ahora mismo.

ㅡ Sh.. sh, no importa ahora ㅡ. Rodeo el cuerpo del peliblanco para abrazarlo con fuerza, y sorprendentemente fue correspondido al instante.

Rubius no estaba llorando en forma fisica porque no habían lágrimas, pero si sentía su cuerpo temblar al estar en una posición fuera de su zona de comfort.